Regla de Tres

Verónica Huante, tres años de lucha


La justicia aún tiene camino que recorrer, habrá de esperar se resuelva una apelación promovida por Alejandro en busca de echar abajo su vinculación a proceso

Ese 2022, la tarde se despedía de la avenida principal de Morelia. La Madero, que rebozada de violeta, se cimbraba por las consignas y exigencias de miles de mujeres en defensa de sus derechos. Era ocho de marzo y entre el tumulto, una joven de 23 años sostenía firme una cartulina que consignaba: “Yo tenía 9 años, no lo provoqué. Alejandro Vivanco periodista, abusador”.

Han pasado tres años desde que Verónica Huante Parra decidió alzar la voz, visibilizar a su agresor y emprender ruta legal en su contra. Como la mayoría de las víctimas en el país, luchar por justicia ha sido un camino sinuoso, cuesta arriba.

En víspera de cumplirse tres años de haber hecho público su caso, Verónica fue notificada del fallo emitido por el Juez Tercero de Distrito en el Estado de Michoacán, en el que negó el amparo solicitado por Alejandro –periodista de larga data en los círculos y drenajes del poder público michoacano- en contra de la vinculación a proceso que se le dictó el tres de octubre de 2025.

La marcha de la justicia aún tiene camino que recorrer, por lo pronto habrá de esperar que el Tribunal Colegiado en Materia Penal del Décimo Primer Circuito resuelva la apelación promovida por Alejandro en contra del fallo emitido por el Juez Tercero.

“La espera no ha sido sencilla y causa cierta incertidumbre como víctima, ya que es desgastante por el tiempo que se demoran al resolver, pero estoy convencida en que las autoridades competentes harán su trabajo conforme a Derecho”, refiere Verónica.

Y agrega: “Muchas veces no dimensionamos el poder que tenemos sobre nuestros agresores hasta que los exponemos. Por eso también me alegra el saber que las leyes están cambiando a favor de que ya no prescriben los delitos de abuso sexual”.

Su madre, Verónica Parra, señala: “Estamos a la espera de la resolución para que pueda reponerse la audiencia intermedia. Los meses pasan pero estamos confiadas primero en el trabajo del abogado que acompaña a mi hija, luego por el compromiso que ha mostrado la Fiscalía a través de los Ministerios Públicos y finalmente, en que pueda darse el juicio que permitirá darle la sentencia que merece”.

En uno de los balcones de Palacio de Gobierno, durante la movilización del 8M de 2025 en Morelia | Fotografía: Cortesía Verónica Parra
Verónica Huante durante la movilización del 8M de 2025 en Morelia | Fotografía: Cortesía Verónica Parra

La historia

Alejandro le tomó gusto a la noche y a las celebraciones familiares para abusar de Verónica. Dos años atrás del primer suceso, inició una relación sentimental con la madre de su víctima, eran pareja y él llegó a vivir a la casa que ella habitaba con sus hijos pequeños. Era 2006 y para entonces Verónica tenía siete años.

Fue aceptado como parte de la familia, no sólo del núcleo comprendido por Verónica, su madre y hermanos, sino por tíos, primos y familiares. Él se mostraba afable y cariñoso, pero la historia cambió para su víctima en 2008, un día en que la noche se convirtió en miedo.

El 15 de marzo de 2008, Verónica cumplió nueve años de edad. Por la noche, tras el festejo, Alejandro subió a su cuarto con un perro grande de peluche para obsequiárselo. Ella estaba sentada en su cama y su primera reacción fue de emoción al ver el muñeco.

Al abrazar el regalo, sintió la mano de Alejandro deslizarse entre sus piernas, abrirse camino entre su ropa interior hasta llegar a su sexo y ser penetrada con los dedos. “No pasa nada, no es nada malo”, le comentó él, y la apercibió para que no comentara nada.

Por algún tiempo, Alejandro se abstuvo de reincidir en el abuso a Verónica, hasta que ella tuvo once años y se encontraba en plena pubertad.

En los primeros días de mayo de 2010, ella se encontraba en su cuarto, cuando escuchó que desde la planta baja su madre le gritaba que bajara a comer.

Al salir, se topó con Alejandro sentado, sintió cómo la jaló para sentarla en sus piernas, por lo que ella hizo el intento de levantarse diciéndole que tenía que bajar a comer, pero él no cedió presionándola sobre su regazo.

-Te picó un mosquito-, dijo él.
-No es cierto-, respondió ella.
-Sí te picó, en la vagina-, insistió Alejandro.

La escena no se prolongó debido a que desde la parte baja, la madre de Verónica insistía sobre la comida. No faltó la advertencia de él para que no dijera nada.

Meses después, al mediar octubre, Verónica estaba acostada en su cama cuando Alejandro entró a su cuarto. En la casa no había nadie más. Se abalanzó sobre ella abriéndole las piernas mientras liberaba su miembro para frotarlo en el sexo de la menor, masturbándose, luego procedió a penetrarla. El miedo, las náuseas y el dolor por la violación la invadieron.

Él insistió en que no se trataba de nada malo y le advirtió que si comentaba lo ocurrido, a su madre le podía pasar algo.

El Día de Reyes del 2011 por la noche, Verónica bajó a la cocina a beber agua, llevaba una de sus pijamas favoritas –la de Kitty- y un short, aún tenía once años. Cazándola, Alejandro bajó hasta donde ella estaba, la sometió quitándole pijama, short y calzón, sujetándola de los brazos para violarla. Ella no ha podido borrar de su mente los ruidos de satisfacción que su victimario emitía.

Diez días después, la escena se repetiría. Por la noche, la familia dormía tras haber regresado de una boda, Verónica bajó al baño debido a que el de la planta alta estaba ocupado. Mientras orinaba, vio entrar a Alejandro, quien una vez más la sometió para violarla.

Para abril de 2011, Verónica ya había cumplido 12 años, era el día diez y acababa de regresar con su familia de un viaje que hicieron a la Ciudad de México, a la Basílica de Guadalupe. Una vez más bajó al baño para orinar, ahora procuraba poner el pasador a la puerta. Al sentir que Alejandro tocaba para que le abriera, el terror la invadió, frente a las amenazas de él de dañar a su madre y hermanos, lo dejó pasar para ser violada.

Un mes después, durante el festejo del Día de la Madre, ella estaba en su cuarto recostada, él volvió a abalanzarse sobre ella, introduciendo los dedos en su sexo. “¡No vas a decir nada! ¿Ese es el festejo que quieres darle a tu mamá?”.

Verónica decidió guardar silencio, agradeció que la relación de su madre con Alejandro terminara tiempo después, pero su carácter cambió hasta que finalmente su familia lo notó.

Ya como estudiante universitaria, le contó a una tía lo ocurrido. El dolor inundó a su familia al enterarse y a ella le dio el valor para hacerlo público y librar batalla por la justicia.

El seis de junio de 2023, Verónica Parra coloca una lona en el Salón de Sesiones del Congreso del Estado, pidiendo apoyo para la localización del agresor de su hija

La lucha

El calor de la exigencia colectiva, del saberse acompañada por mujeres que como ella, gritaban del dolor y la rabia de saberse violentadas, fortaleció ese ocho de marzo de 2022 el ánimo y la determinación de Verónica.

Dos días después, acudió a la Fiscalía General del Estado a presentar denuncia contra su agresor. Su madre la acompañó y fue en ese momento que supo a detalle del horror que había vivido su hija durante tres años.

No pasó mucho tiempo para que Verónica empezara a notar el lento paso de la procuración de justicia en Michoacán. A los diez meses de haber presentado la denuncia ésta fue archivada –en 2023- por la Fiscalía, justo un 13 de enero, día en que Alejandro cumplía años. Ella se enteró a través de su abogado ocho semanas después, debido a que ninguna autoridad le notificó.

Ya con la asesoría legal de Salvador Ceja Barrera, Verónica logró que el caso se reactivara y el 29 de julio –un día después de la detención de Alejandro- se celebró la audiencia inicial en la que el juez Cristóbal Luviano Tena estableció como fecha el tres de agosto para la audiencia de vinculación a proceso, también determinó que su agresor llevara el proceso en prisión.

La esperanza sobre la posibilidad de justicia ahondó la convicción de Verónica para seguir luchando.

La Fiscalía había tardado en dar con el paradero de Alejandro, ya que en sus documentos aparecía con direcciones en Quiroga, Indaparapeo y Morelia que al ser cotejadas con vecinos, corroboraban que no habitaba en ninguna de ellas. Incluso al ser detenido, proporcionó datos de un lugar de residencia en el que no vivía. Debido al riesgo de que se diera a la fuga, se determinó que permaneciera recluido en el penal David Franco Rodríguez.

No duró mucho para Verónica la satisfacción por la vinculación a proceso de Alejandro ya que él apeló, encontrando eco para su causa en el magistrado de la Primera Sala Penal del Supremo Tribunal de Justicia del Estado, Alejandro González Gómez, quien determinó echar abajo el fallo de manera inmediata.

Verónica Huante, el 27 de junio de 2023 al manifestarse frente a la antimonumenta de Morelia

Como un lacerante déjà vú, Verónica reviviría el 27 de septiembre de 2023 el capítulo suscitado ocho semanas atrás: sentada en la Sala de Oralidad 14, escuchó a los fiscales exponer nuevamente su caso, los detalles de las agresiones de las que fue víctima entre sus nueve y 12 años de edad, todo ello buscando allegar elementos suficientes para que el nuevo juez, Fernando Sánchez Martínez, resolviera si Alejando era o no vinculado a proceso.

A siete metros de distancia de Verónica, mientras ella se comía las uñas escuchando una vez más los pormenores de los cuatro hechos de violación y tres de abusos deshonestos por los que la Fiscalía pedía vincular a proceso a Alejandro, éste permanecía inmutable custodiado por dos elementos de seguridad, vestido con camisa blanca y pantalón beige. Suelto, como usualmente se le solía ver en los pasillos y eventos del poder público, altivo y sin preocupación.

Esa nueva audiencia fue declarada en receso y reanudada seis días después, ahí nuevamente se determinó vincular a proceso a Alejandro, lo que él apeló una vez más, por lo que el 15 de noviembre de 2023, la magistrada de la Quinta Sala Penal del Supremo Tribunal de Justicia, María de los Ángeles Llanderal Zaragoza, determinó inoperantes e infundados los conceptos de inconformidad expresados por la defensa de él, y el 22 de noviembre notificó a las partes su decisión de dejar en firme la vinculación.

Alejandro haría uso de otros recursos legales, entre ellos uno de revisión sobre el fallo de la Quinta Sala Penal y posteriormente promovería un amparo. En ninguno de ellos se le concedió la razón.

Hoy día, la audiencia intermedia se encuentra a la espera de que un Tribunal Colegiado resuelva una apelación promovida por Alejandro en contra del fallo emitido por el Juez Tercero por el que le negó el amparo que solicitó.

De negarse la apelación promovida por Alejandro, Verónica aún deberá esperar la posibilidad de un juicio oral contra su agresor. Primero deberá realizarse la audiencia intermedia, y es previsible que la defensa de Alejando solicite un juicio abreviado para reducir una posible pena y en caso de no lograrlo, impugnar en tribunales la decisión.

Enrejado del complejo de las Salas de Oralidad del Penal de Mil Cumbres, en agosto de 2023 durante la primera vinculación a proceso de Alejandro

La reforma

La ruta para lograr justicia en su caso ha generado otros caminos para Verónica, quien en julio de 2022 acudió al Congreso local para promover una iniciativa ciudadana de reforma al Código Penal del Estado para que los delitos de violación, abuso sexual, contra el libre desarrollo de la personalidad y contra la libertad personal de menores de 18 años dejaran de prescribir, es decir, que independientemente del tiempo transcurrido pudieran ser denunciados y sujetos a una pena.

La iniciativa tuvo eco en el Congres, y tras ser dictaminada junto con otra promovida por el diputado Víctor Manríquez, fue aprobada por unanimidad del Pleno Legislativo quince meses después de ser presentada. Ahí estuvo presente Verónica, atestiguado el hecho desde una de las curules de los diputados.

“Es como si la Vero pequeña hubiera logrado algo muy grande”, dijo entonces sin poder contener las lágrimas mientras se fundía en un abrazo con su madre y abuela.

Luego que en su caso, en dos hechos de los delitos de los que fue objeto, el juez dictaminó que habían prescrito, Verónica hizo posible que en Michoacán no vuelva a aplicarse ese criterio para ninguna víctima.

El 25 de octubre de 2023, durante la aprobación de las reformas al Código Penal del Estado

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