A un mes de llegar al poder, la presidenta no ha presentado un plan para enfrentar la crisis de desapariciones, y no ha respondido a las familias buscadoras que le han solicitado reunirse
Carlos Manuel Juárez
Del proyecto A dónde van los desaparecidos
A un mes de que asumió la presidencia, Claudia Sheinbaum no ha presentado un plan para enfrentar la crisis de desapariciones ni ha recibido a las familias de las víctimas que han solicitado un diálogo para acordar una política de búsqueda y atender la crisis forense en cada región de México.
“Instamos, respetuosamente, a la Dra. Claudia Sheinbaum a emitir un posicionamiento oficial en torno a la agenda de desaparición y víctimas”, pidieron los 86 colectivos que integran el Movimiento por Nuestros Desaparecidos en México (MNDM) en un comunicado emitido el 30 de agosto.
Si, como ha afirmado la presidenta, “solo lo que se nombra existe”, durante cuatro semanas evitó referirse a esta tragedia que suma más de 117,000 víctimas. El pasado 29 de octubre aseguró en su conferencia mañanera que su gobierno dará “seguimiento” a la metodología de búsqueda diseñada en la Ciudad de México que, tras adoptarse en todo el país durante el mandato de López Obrador, se convirtió en la Estrategia Nacional de Búsqueda Generalizada.
“Esta metodología la vamos a seguir, pero, además, vamos a reforzar la Comisión [Nacional] de Búsqueda y también el contacto con distintas organizaciones de madres buscadoras […] para que podamos entrar en contacto […] y que, a través de las fiscalías estatales, de la fiscalía general y de la propia comisión de búsqueda, debemos apoyarles”, dijo Sheinbaum sin plantear ninguna acción concreta, a pesar de la constante exigencia de los colectivos de víctimas para conocer su propuesta.
El 2 de octubre, las buscadoras reunidas en la Glorieta de las y los Desaparecidos reclamaron que en los 100 compromisos que la presidenta estableció en el Zócalo capitalino al recibir el bastón de mando de los pueblos indígenas no se mencionara a las decenas de miles de personas desaparecidas. “Mientras nuestro corazón lata, nosotras, como desde hace décadas, seguiremos gritando sus nombres. ¡Hasta encontrarles!”, escribieron en un mensaje publicado en su cuenta de X.
Para Grace Fernández, representante del MNDM, quien busca a su hermano Dan Jeremeel, desaparecido en Coahuila en 2008, los colectivos pasaron “muy rápido” de la expectativa por la elección de Sheinbaum a la preocupación por no estar incluidos en su discurso.
“No sabemos cómo trabaja; entonces, lo que te queda es comparar, y la comparación inmediata es con alguien que ella admira, con quien trabajó, que es López Obrador, y hay que reconocer que cuando él era presidente electo ya había designado a Alejandro Encinas [subsecretario de Derechos Humanos] como el interlocutor [de los colectivos], las familias ya nos habíamos sentado con Olga Sánchez Cordero [titular de la Secretaría de Gobernación] para construir un plan juntos. Ahora no tenemos idea de quiénes van a ser nuestros interlocutores, ni tampoco hemos tenido [diálogo] con absolutamente nadie del gabinete”, afirmó.
En su comunicado, el MNDM invitó a Sheinbaum a una reunión, junto con miembros de su gabinete, para construir juntos “una agenda de prioridades en los ejes de búsqueda, identificación, justicia y protección” que incluya, como primer punto, una política de Estado para la búsqueda e identificación acorde con las recomendaciones emitidas por el Comité contra la Desaparición Forzada de la ONU en 2022 y 2023.
El movimiento plantea también la necesidad de destinar “presupuesto suficiente” a todas las instancias involucradas en la búsqueda de personas desaparecidas, y la creación de una estrategia nacional de identificación que facilite la coordinación entre fiscalías y comisiones de búsqueda.
Sobre la designación de cargos en las comisiones de búsqueda, el MNDM pide establecer mecanismos que permitan la participación de las familias y la selección de los perfiles idóneos; requiere, además, garantizar la protección de las personas buscadoras e investigar de manera “efectiva” los ataques en su contra.
Ausencia en el discurso
Sheinbaum preside un país con 117,138 víctimas de desaparición, según el Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas (RNPDNO); el 45% corresponden al sexenio de su antecesor, Andrés Manuel López Obrador. En promedio, desapareció una persona cada hora del 1 de diciembre de 2018 al 30 de septiembre de 2024.
Durante los primeros treinta días de la presidencia de Sheinbaum se reportaron 1,120 personas desaparecidas; Ciudad de México y Sinaloa son los estados con mayor número de casos en este periodo, según el RNPDNO.
A esta tragedia se suman los más de 72,100 cuerpos sin identificar que ingresaron a los Servicios Médicos Forenses (Semefos) de 2006 a 2023, el 48% durante la presidencia de López Obrador. Su gobierno incumplió la promesa de impulsar una política de Estado que convirtiera en prioridad “número uno” la búsqueda de personas desaparecidas.
Los instrumentos creados para atender la crisis forense, el Centro Nacional de Identificación Humana y el Mecanismo Extraordinario de Identificación Forense, fueron desmantelados antes de que terminara el sexenio. Esto significó que la Comisión Nacional de Búsqueda (CNB) regresara las tareas de identificación a las fiscalías, lo que fue considerado por los colectivos como un retroceso.
El 1 de octubre, la presidenta no dedicó, ni en el Congreso ni en el Zócalo, una línea a las miles de familias de personas desaparecidas, salvo para refrendar el compromiso de continuar con la investigación del caso Ayotzinapa. La morenista evadió también abordar el tema de la violencia y defendió la integración de la Guardia Nacional a la Secretaría de la Defensa Nacional.
Siete días después, el secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, Omar García Harfuch, presentó la Estrategia Nacional de Seguridad, centrada en la atención a las causas, el fortalecimiento de las áreas de inteligencia e investigación, la consolidación de la Guardia Nacional, y la coordinación entre las instituciones. No se mencionaron las desapariciones, a pesar de los señalamientos de organismos como el Comité contra la Desaparición Forzada de la ONU sobre la gravedad de esta problemática.
En un país como México, donde las desapariciones son generalizadas, es necesario aplicar una metodología de análisis de contexto que permita identificar “las estructuras, redes de vínculos y patrones conductuales” que facilitan este delito, a fin de diseñar estrategias de búsqueda que prioricen la localización con vida de las personas, señala el coordinador de Derechos Humanos de la organización Fundar, Humberto Francisco Guerrero Rosales, en el texto La invisibilizada crisis de desapariciones.
“A reserva de que posteriormente se genere una estrategia específica para afrontar la crisis de desapariciones, que considere el entramado político, criminal y económico que las propicia, las primeras señales del nuevo gobierno no son alentadoras respecto de un viraje de la situación a corto o mediano plazo”, concluye el especialista.
La evasión
Sheinbaum no ha sido una política cercana a la tragedia de las desapariciones. Cuando era jefa de Gobierno de la Ciudad de México (GCDMX) eludió reconocer el aumento de casos durante su mandato. De 2006 a 2018, se reportaron en promedio 74 desapariciones por año; en su gestión, los casos se dispararon a un promedio anual de 926 entre 2019 y mayo de 2023.
Su administración obstruyó la propuesta de convertir en un espacio de memoria la Glorieta del Ahuehuete sobre la avenida Paseo de la Reforma; ante la falta de respuesta del GCDMX, las familias decidieron renombrar el lugar como Glorieta de las y los Desaparecidos.
Ya como candidata a la presidencia, Sheinbaum no se dirigió a las madres buscadoras. Únicamente aseguró que tuvo una reunión con colectivos de Chihuahua, sin dar más detalles.
En su proyecto de nación, 100 pasos para la Transformación, abordó el problema de las desapariciones en el punto 97: “Mediante la coordinación entre autoridades de distintos niveles vamos a continuar y a darle seguimiento a los protocolos de búsqueda de personas desaparecidas”. Pero durante su campaña la candidata de la coalición Sigamos Haciendo Historia no hizo planteamientos concretos sobre cómo enfrentar las crisis de desapariciones y forense.
El pasado marzo, durante una visita a Tamaulipas, aseguró que su gobierno desarrollará un sistema de búsqueda que permita hacer cruces de datos con la información de las fiscalías estatales. Al preguntarle si planeaba reunirse con las madres buscadoras, dijo: “Es mejor hacer propuestas que criticar, y yo creo que hacia allá hay que avanzar, y por eso hay que seguir, hay que atender las causas, hay que disminuir el delito de desaparición y hay que atender a las víctimas”.
Días después, en Gómez Palacio, Durango, la candidata afirmó, con relación a las desapariciones en la Ciudad de México: “Se decía que había cerca de 30,000 desaparecidos, […] y yo siempre dije como jefa de Gobierno: si esto fuera una realidad, pues sería un movimiento de 30,000 personas con sus familias”.
Luego se refirió a la falta de actualización de las bases de datos: “Puede ser una persona que decidió voluntariamente separarse de su casa, se presenta la denuncia en la fiscalía, después aparece y no se regresa a la fiscalía, o sencillamente no quiso regresar a su casa, que sería el caso de no localizado o personas desaparecidas por la delincuencia organizada”.
El pasado 3 de octubre, Sheinbaum abordó el tema de la crisis forense: “Lo estamos trabajando. Ernestina [Godoy, consejera jurídica de la Presidencia] tiene mucha experiencia en esto; cuando estuvimos en el gobierno de la ciudad, y ella fue fiscal general de justicia, hizo un banco de ADN certificado muy importante. Estamos trabajando en ello y también algunas adecuaciones jurídicas que nos permitan avanzar más rápido en la identificación”.
Godoy fue una de las responsables de implementar el censo de personas desaparecidas a su paso por la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México.
Después de que Sheinbaum informó a López Obrador cómo habían disminuido las cifras de personas desaparecidas en la capital tras cruzar los reportes de desaparición con los registros administrativos, e implementar búsquedas casa por casa y vía telefónica, el presidente pidió a Rosa Icela Rodríguez, entonces secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana y hoy titular de Gobernación, que se replicara a nivel nacional el modelo.
El llamado “censo” de López Obrador fue rechazado por colectivos y generó numerosas quejas debido a la opacidad en su metodología, a que las visitas eran realizadas por servidores de la nación y personal no capacitado para las búsquedas, y a cientos de errores que revictimizaron a las familias.
Llamados no escuchados
Ceci Patricia Flores Armenta, líder de Madres Buscadoras de Sonora, hizo el primer llamado público a Sheinbaum para encontrarse con colectivos. “Espero que por ser mujer tenga más sensibilidad, que entienda el dolor de una madre que sufre por no encontrar a sus hijos”. Sin embargo, la candidata no respondió a su propuesta.
El pasado 30 de agosto, Día Internacional de las Víctimas de Desaparición Forzada, Diana Gutiérrez, del colectivo Buscándote con Amor, pidió a la presidenta, en un acto realizado en el Ángel de la Independencia, “sensibilidad y claridad sobre quiénes serán las personas interlocutoras en la agenda de derechos humanos y desaparición para el siguiente sexenio”.
En 2024, Graciela Pérez Rodríguez cumplió 12 años de buscar a su hija Milynali; sus sobrinos Aldo, Arturo y Alexis, y su hermano Ignacio en Tamaulipas. Una de lasclaves para la buscadora es mantener la lucha a nivel local.
“Mirar al Gobierno federal es volver a sentarse a escuchar la misma historia por lo menos de hace seis años. Yo tengo tres sexenios, con Calderón, Peña Nieto, AMLO, y ahora este de Claudia que está iniciando, pues realmente es verdaderamente cansado darse cuenta de que la retórica es la misma”.
La University Network for Human Rights (UNHR) y la organización Fundar publicaron el 2 de octubre el informe Las desapariciones en México. Impunidad activa y obstáculos en materia de justicia y búsqueda. En el documento recomiendan la creación de un “mecanismo híbrido de justicia” en materia de desapariciones. Un mecanismo internacional, en colaboración con autoridades nacionales, consideran, podría tener una mayor legitimidad debido a que las instituciones de justicia del país “no cuentan con el respaldo y la confianza” de la sociedad y de las víctimas.
“Este mecanismo híbrido ofrece una clara alternativa para alcanzar justicia por parte de miles de víctimas y familias en México. Sin este, la justicia y verdad de estas personas se encuentra subordinada a poderes de facto, como el poder político, la delincuencia organizada y las Fuerzas Armadas en México”, señaló la asesora senior de UNHR, Sofía Galván.
Para el politólogo y comisionado del Mecanismo para el Esclarecimiento Histórico (MEH), Carlos Pérez Ricart, el Gobierno federal no ha enfrentado los incumplimientos en memoria y justicia que tiene con las familias de personas desaparecidas, a lo que se agrega que “el personal que está hoy en la Comisión Nacional de Búsqueda no está capacitado”.
La falta de experiencia de su titular, Teresa Guadalupe Reyes Sahagún, en los temas de desaparición y búsqueda, y la falta de transparencia en el proceso de su designación ha sido cuestionada por colectivos y organismos.
Sheinbaum, a diferencia de su antecesor López Obrador, nunca prometió atender la crisis de personas desaparecidas por agentes del Estado o integrantes de grupos delictivos. AMLO, como presidente electo, se reunió con familias y colectivos de búsqueda en dos ocasiones y luego nunca más cruzó palabra con quienes buscan a sus familiares en territorio nacional, a excepción de los padres y madres de los normalistas de Ayotzinapa.
Cuando se le preguntaba sobre posibles encuentros, el exmandatario afirmaba que las madres buscadoras eran atendidas por el entonces subsecretario de Derechos Humanos Alejandro Encinas. Aseguró también que hablaba con ellas en sus giras, y que no se reuniría porque el tema era utilizado para “politiquería y publicidad”.
En las primeras semanas de su administración, la presidenta ha dialogado con empresarias y empresarios de México y Estados Unidos para explicar reformas legales y oportunidades de inversión. Una actitud contraria a la que mantiene con los familiares que buscan que sea atendida la crisis humanitaria de la desaparición de personas en México, heredada por López Obrador e ignorada hasta ahora por Sheinbaum.
Imagen de portada: Familiares de personas desaparecidas protestaron, el 5 de junio de 2022, frente a la entonces jefa de gobierno Claudia Sheinbaum, cuando se plantó el ahuehuete en el lugar que después fue renombrado como Glorieta de las y los Desaparecidos | Fotografía: Paola Macedo/ObturadorMX
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Carlos Manuel Juárez es reportero. Ha publicado crónicas y reportajes sobre víctimas y victimarios de las guerra contra el narcotráfico. Acompaña a familias que buscan a sus desaparecidos en el territorio tamaulipeco. Director de Elefante Blanco.
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A dónde van los desaparecidos es un sitio de investigación y memoria sobre las lógicas de la desaparición en México. Este material puede ser libremente reproducido, siempre y cuando se respete el crédito de la persona autora y de A dónde van los desaparecidos (@DesaparecerEnMx).