Regla de Tres

Reimaginando el fonógrafo

Fonógrafos, nuevas tecnologías, discos de obsidiana, medios imaginarios… ¿De qué va el proyecto Fonografías Atemporales, de Víctor Prados Pinto?

Lo que fue, lo que pudo ser y lo que es ahora el fonógrafo se conjuga en Fonografías Atemporales, un proyecto que ha llevado a Víctor Prados Pinto a repensar este artilugio de reproducción mecánica de sonido.

Fonografías atemporales consta de siete discos que pueden reproducirse en fonógrafo, creados a partir de nuevas tecnologías como la impresión 3D y grabado láser. Las grabaciones son música y poesía de creadores contemporáneos, principalmente, pero de acuerdo con el artista de la Ciudad de México, cualquier archivo de audio es factible de trasladarse a un disco fonográfico.

Este proyecto parte de una investigación desde la arqueología de medios y aunque Víctor Prados deja en claro que no se trata de reconstruir un invento que ya existe ni de exaltar la nostalgia de lo que representó en su tiempo, el surgimiento de la idea parte de una remembranza.

“Hace como unos 15 años más o menos mi abuela falleció y me dejó un fonógrafo Edison. De discos, no de los viejitos de cilindro, sino de discos con una colección. Y entonces ya los empecé a escuchar, me causó como mucha intriga el hecho de que no funciona con electricidad, sino que simplemente pones a girar el plato y le pones la aguja con el reproductor, que está así como de una aguja, una membrana y este que se llama diafragma; entonces, pasa así como por una bocina en forma de cuerno y amplifica el sonido”, explica a Regla de Tres.

Esta curiosidad lo llevó a preguntarse hace ocho años si podría aplicarse este método de reproducción empleando tecnologías actuales y a concepctualizar el proyecto y reflexionar acerca de cuáles serían las expectativas originales cuando se creó este invento, si se pensó para reproducir música o si, más bien, ante la generación de otras líneas de investigación que llevaron a la creación del teléfono y el telégrafo, que sí empleaban electricidad, su uso se fue delimitando y se orientó a la reproducción de música a partir de una grabación de una pieza del tenor Enrico Caruso.

Víctor Prados Pinto con sus discos fonográficos | Foto: Cortesía

“Este invento, que es tan fabuloso, tan maravilloso, fue desplazado en su momento y no se concibió más allá de lo que podría ser un juguete dedicado como al entretenimiento, es decir, a la reproducción de la música grabada”, narra.

Aclaró que no se trata de demeritar este uso, pues precisamente gracias a la posibilidad de reproducir música grabada es que la industria musical es lo que es en la actualidad, sí se perdió cierto misticismo que existía en torno a este arte, pues en el pasado se tenía la percepción de que cuando se tocaba música en vivo, algún tipo de divinidad estaba presente.

“Me propuse ahora generar, no un fonógrafo, pero sí un reproductor mecánico de sonido. Eso tiene que ver como con otra visión, otros objetivos porque, o sea, para volver a hacer una máquina que ya existe, como que ya no sería como tanto arte”, comparte Víctor.

Este proceso se conoce como ingeniera inversa, explica, “es decir que tú como que vas deshebrando, desmenuzando los inventos y luego vas como entendiendo cómo funcionan, puedes volver a construirlos”.

Con un financiamiento que recibió en 2021, Víctor Prados logró adaptar procedimientos mediante “métodos sustractivos y aditivos que serían básicamente la impresión 3D, la escultura 3D y el corte láser”.

Mediante un código, los archivos de audio se convierten en números y de ahí una imagen 3D que se ajusta en un programa en donde se determina el grosor y la duración para, finalmente imprimir. El proceso, como puede adivinarse, no es precisamente económico.

Fonografías Atemporales, serie de siete discos fonográficos generados con tecnología actual.

La obsidiana y Alva Edison

Los discos fonográficos pueden realizarse en distintos materiales, como vinil y vidrio, incluso obsidiana, platica Víctor Prados, y la historia se relaciona con Teotihuacán y Thomas Alva Edison.

La idea surge del mito de que el inventor del fonógrafo no es estadounidense sino mexicano y vivió en Teotihuacán, “una vez llegaron, unos gringos, de traje, y entraron a la iglesia, y se robaron, pues todos los registros”.

A partir de esto, Romero Castro pensó en enviarle un mensaje a través del tiempo al inventor y qué mejor manera de hacerlo mediante un audio que pudiera contenerse en discos de obsidiana, y se logró gracias al trabajo de artesanos de Teotihuacán y el método de Víctor una máquina de corte láser.

Vista de las ondas de sonido en 3D | Fotografía: Víctor Prados


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