Tras retornar de su incapacidad por gravidez, Circe Ocampo ha sufrido violencia institucional, quedándose sin escuela, sin sueldo y sin expediente
Patricia Monreal
El 15 de mayo Circe Ocampo tuvo pocas razones porqué celebrar, el Día del Maestro llegó para ella con un sabor amargo luego de sufrir por meses violencia institucional desde la Secretaría de Educación del Estado (SEE). La razón: el haber tenido un hijo.
Cuando concluyó la incapacidad por gravidez, fue recibida en su centro laboral con la noticia de que su horario y funciones habían cambiado, a tal punto que resultaban inaceptables. A partir de ahí empezó la pesadilla que la mantiene hasta ahora en incertidumbre laboral, objeto de violencia institucional que incluye amenazas.
Circe ingresó a la Secretaría de Educación del Estado mediante examen y fue asignada al Centro de Capacitación y Desarrollo de la Juventud (CECADEJ) 1 de Tacámbaro, un internado de nivel secundaria.
“En 2022, al incorporarme, desempeñé varios roles: estuve en el aula de medios, impartí talleres de danza y ejercí como prefecta. Mi nombramiento oficial de la Secretaría de Educación era como prefecta, una clave federal que conlleva un horario y salario específicos. Aunque algunas de estas tareas no correspondían a mi puesto, las realicé con dedicación”.
Inicialmente, su horario era de 11:00 a 19:00 horas, luego cambió a 6:45 a 14:00 horas. Durante ese tiempo, además de sus funciones como prefecta, también le solicitaron impartir clases de español, lo cual hizo simultáneamente.
“Tengo fotos de la escuela donde estoy participando, donde pongo bailes, donde se ve todo el trabajo que he realizado. Yo trabajaba con comunicación educativa y daba conferencias, incluso en una ocasión la Secretaría de Educación me otorgó un reconocimiento en un evento público. Creo que eso les cayó muy mal a alguna gente del plantel y de ahí derivaron muchas cosas”.
Circe se embarazó en 2024 por lo que obtuvo una incapacidad formal por gravidez, que abarcó del seis de agosto al tres de noviembre de 2024, expedida por el ISSSTE.
Al reintegrarse, se presentó en su horario habitual, pero el subdirector Olivio Ortega le informó que su puesto ya no estaba disponible y le asignó un nuevo horario que comenzaba los domingos a las 16:00 horas y finalizaba los lunes a las 7:00 horas.
Ese horario dominical nocturno implicaba 16 horas continuas, a pesar de que tenía un puesto establecido y un bebé de menos de tres meses. Ante esa situación, expresó su preocupación por la pérdida de sus derechos laborales.
Posteriormente, le asignaron un nuevo horario: martes, miércoles y jueves de 14:00 a 21:00 horas. Ese horario no solo era diferente al que tenía, sino que tampoco correspondía a sus funciones, ya que implicaba realizar labores de tutora, una tarea que no se le iba remunerar adecuadamente, dado que ese cargo tiene un salario mayor debido a sus horarios vespertinos, nocturnos o dominicales. Fue entonces cuando manifestó su inconformidad.
La justificación que le daban era que la escuela requería su presencia en ese horario, a lo que ella respondía que esa no era su responsabilidad, sino de la Secretaría de Educación. Por ello fue tachada de egoísta y caprichosa, insistiendo en que debía aceptar ese horario.
“Los subdirectores a cargo eran Olivio Ortega y Verónica Padilla Hernández, esta última fue quien inició el acoso y mostró mayor interés en que yo cubriera el turno vespertino.
“Al asignarme el horario, intentaron intimidarme, argumentando que era una oportunidad que debía aprovechar y evitar conflictos. Incluso llegaron al extremo de sugerirme que llevara a mi bebé de dos meses, con su cobija y cuna, a la escuela. Ante esto, les cuestioné cómo podían siquiera considerar que llevara a un bebé que no debería salir de casa a dormir con más de 300 niños, y que lo amamantara allí, como si no hubiera riesgo de enfermedades.
“Intentaron asustarme de muchas maneras, amenazándome con la posibilidad de perder mi empleo si no dejaba de insistir y aceptaba la situación, argumentando que ellos eran la autoridad y tenían el derecho de trasladarme a donde quisieran”.
Circe acudió a la Secretaría de Educación buscando resolver el problema. “Acudí al CONAPRED y presenté mi oficio. Allí me aseguraron que buscarían la manera de sacarme de esa escuela por mi seguridad, ya que estaba sufriendo violencia.
“El Sindicato (Poder de Base) de la escuela y el de la región comenzaron a intimidarme, advirtiéndome que no me permitirían ingresar a ninguna escuela de la región si continuaba con mis reclamos. Osvaldo Pablo Asensio, me instó a no entrar en conflicto y a aceptar el horario, ya que de lo contrario me cerrarían las puertas de toda la región y no podría trabajar en ninguna escuela”.
Incluso Circe habló en un evento con la secretaria de Educación, Gabriela Molina Aguilar, a quien le explicó la situación de acoso que estaba viviendo y le pidió ayuda. Ella prometió protegerla, pero todo quedó en promesa.

Alrededor de 70 integrantes de la comunidad educativa del CECADEJ, acudieron a Morelia para reunirse con Judith Dieguez González, directora de Secundarias en la SEE para solicitarle más personal. Ahí, la subdirectora Verónica Padilla acusó a Circe de aviadora y le solicitó a la funcionaria le suspendieran el sueldo, lo que ocurrió en la siguiente quincena.
“Ante esta situación, y con el apoyo legal que ya tenía en el jurídico de la Secretaría de Educación, comencé a presentar escritos para saber por qué me suspendían el sueldo, yo no estaba trabajando no por voluntad propia, sino porque ellos me habían dado un documento donde me indicaban que me retirara hasta que la Secretaria de Educación resolviera mi situación. Por lo tanto, mi ausencia en la escuela no era por mi decisión, sino porque ellos me habían retirado.
“Así comenzó mi lucha, pero ahora directamente contra Judith Dieguez González, funcionaria de la Secretaría de Educación. Ella me citó y me dijo, Circe, regresa al horario que te asignen, vuelve a esa escuela. Hay miles de maestras que tienen hijos y trabajan».
“Yo le respondí que no se trataba de trabajar o no, sino de que estaban pasando por encima de mis derechos. Yo tenía un puesto y por maternidad no podía perder mis derechos. Entonces me dijo: regresa o te quitaré el sueldo. En ese momento, le dije que lo consultaría con el jurídico, que era quien llevaba mi caso”.
Circe considera que a partir de ese momento la funcionaria tomó de manera personal el problema. “Personal porque, ahora que estuve yendo a Morelia para ver lo de mi pago, a la hora que verifican porqué se retuvo mi pago, la persona encargada del área me informa que no retuvo mi pago, empieza a revisar el libro y no encuentra mi expediente, me mira y me dice que mi expediente no está, que ya no tengo expediente en la Secretaría de Educación”.
“Creo que Judith Dieguez González sustrajo mi expediente directamente. La acuso directamente porque no hay otra explicación. No están los documentos de cómo ingresé, ni mi examen, ni nada. No tengo expediente”.
Ella cuenta con respaldo de todos sus documentos, por lo que al acudir al jurídico de la Secretaría y notificarle que desapareció su expediente, que le quitaron su pago y escuela, el jurídico agenda una audiencia para el nueve de mayo
“Ahí, Judith Dieguez González me dice que regrese a esa escuela, que porque ella se comprometió con la gente de allí a que me regresaría a esa escuela y que entonces me regresa mi pago. Me estaba amedrentando con cuestiones económicas y yo, claramente, estaba muy desesperada y acepté. Le dije que estaba bien, que regresaría. Me dice que el horario que me dejará es de las 14.00 a las 21:00 horas, le dije que estaba bien, aunque no sea por lo que me pagan, aunque no sea mi nombramiento, lo acepté porque necesito el dinero.
“Regreso el lunes 12 de mayo y me presento en la escuela. Cuando llegué, el director Daniel me dice que no me puede recibir hasta que no le traiga un documento sellado y firmado por Judith Dieguez González donde le diga qué voy a hacer y el horario que voy a desempeñar. Le digo que ya tengo un nombramiento, que se supone que ya tengo una función y un horario, pero bueno, si ya me están dando otro, ¿por qué él no me lo asigna? Es el director de la escuela, ¿por qué desde arriba me tienen que someter a hacer lo que ellos quieren? ¿Por qué la directora de todas las secundarias del estado me tiene que someter a lo que ustedes quieran?.
“Le pedí que me diera un documento donde dijera que no me aceptaba en la escuela hasta que Judith me dé otro, y me dijo que no me podía dar nada, que me fuera”.
Hoy día Circe permanece en la incertidumbre, sin un centro de trabajo, y con el mendo de no contar con su pago debido a un asunto que no depende de ella.
“Esto es violencia de género por un tema de maternidad. Más que nada, quiero hacer visible esta situación que probablemente vivan muchos maestros y maestras. Sobre todo, quiero tener la seguridad y la certeza de que se van a respetar mis derechos”.
Su exigencia es porque le asignen en un centro de trabajo y le den seguridad de que se respetará su pago, “yo no puedo seguir viviendo así con esa incertidumbre. La verdad es que ha sido una situación muy terrible para mi familia y para mí. Esta última semana que estuve yendo a Morelia para ver mi situación fue una semana donde dos veces se me ponchó la llanta, sin sueldo, iba casi a raya con el dinero. No puedo estar así por el capricho de unas personas, simplemente por quererme someter a lo que ellas quieren”, refiere.
