“Durante más de 100 mil años la vida en la Tierra fue poco impactada por la acción del homo sapiens, ha sido en los últimos 75 años donde se ha agudizado el deterioro de nuestro hábitat…”
Leopoldo Chassin Ramírez
Palabras y Utopías
Ya hemos abordado en colaboraciones anteriores la relación intrínseca de la vida y el agua. Hora iniciamos una de serie de reflexiones de otro de los elementos sin los cuales no existiría la vida, no estaríamos aquí ahora. La Madre Tierra.
Creemos que es imperante hablar sobre el agua y la tierra, debemos reflexionar, plantear ideas y por supuesto, esencialmente discutirlas, hablarlas en colectivo, es decir con el otro, los otros. Si no emprendemos acciones de muy poco valen nuestras cavilaciones; quedarán arrumbadas.
En nuestra casa, la Pachamama que nos ha acompañado durante 3 mil 800 millones de años, nosotros somos un resultado del proceso evolutivo. Se dice por quienes han estudiado, que apenas estamos aquí desde hace 120 mil años, sólo un parpadeo desde la aparición de la vida.
¿Y que hemos hecho a partir de entonces?
Durante más de 100 mil años la vida en la Tierra fue poco impactada por la acción del homo sapiens, ha sido en los últimos 75 años donde se ha agudizado el deterioro de nuestro hábitat, y principalmente a raíz del uso de combustibles, pues no hemos tomado en cuenta una de las reglas de la ciencia-técnica y que supuestamente se deben tener siempre presente: causa-efecto, es decir a quien(es) se daña-perjudica con la innovación.
El desarrollo de los combustibles se dice que comenzó en Inglaterra en el siglo XVII con el uso del carbón de piedra, pero fue hasta el siglo XVIII que se afianzó con la generación de vapor.
De entonces a la fecha, la evolución de los combustibles en su carrera loca, ha llegado hasta la energía nuclear que hoy nos tiene al borde de una conflagración nuclear. Vea las revoluciones industriales.
Las consecuencias de la combustión el carbón, petróleo y sus derivados, ha impactado criminalmente a nuestro hábitat, es decir donde aún hay vida. Como sabemos, la combustión produce gases nocivos para la vida, como óxidos de nitrógeno (Nox) y de carbono (Cox) que han devorado superficies de bosques, tierras fértiles, contaminado el agua, la tierra y el aire, donde habitamos por ahora animales y vegetales; muchas especies las hemos asesinado con nuestra compulsión por comprar muchas de las cosas que no son indispensables para el bienestar colectivo de quienes habitamos el planeta.
De la energía nuclear ni que decir, es un monstruo que ha terminado con cientos de miles de vidas humanas, (Hiroshima, Nagashaki, Chernovil, Fukushima) amen de la desertificación de miles de hectáreas donde es imposible la vida.
Hasta la fecha se tiene registro de más de 800 especies extintas, la mayoría de ellas a partir de la segunda mitad del siglo XX (1950) Las plantas extintas son más de 600.
¿Ha valido la pena proseguir en ese camino, el del consumo insaciable?
Películas imperdibles: Interestelar y Cuando el destino nos alcance.
¿Estaremos a tiempo de rectificar?
Los expertos dicen que estamos en el vértice donde se rompe el equilibrio entre la vida y la muerte. De proseguir con el camino que nos han trazado los poderosos, los que desde hace años nos indican que debemos consumir para comer, nos dicen que debemos leer, en que nos entretenemos, que vestimos, escuchamos, el tipo de trapos de moda, zapatos de tal o cual marca, desodorantes, perfumes, etc. (y que nosotros lo seguimos como zombis, sin chistar, sin cuestionarnos), mientras la aniquilación de la vida sigue su marcha hacia el precipicio, hacia el suicidio colectivo.
¿Y dónde están las gentes del saber?
Los pueblos originarios en el mundo, siguen en su terquedad de preservar la vida en la Madre Tierra, de cuidarla y seguir apostando a la vida. ¿Será que son ellos los únicos que conservan el instinto de conservación? ¿Son ellos, los que saben escuchar, observar lo que pasa con el aire, el agua, la tierra?
¿Y qué nos proponen “las gentes de razón”? Los expertos de la Academia Mexicana de la Ciencia, del Colegio Nacional, del Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias y Tecnologías, las universidades e institutos del país?
De seguir impávidos ante la vertiginosidad de los inventos creados por “la gente de razón” que al parecer se nos han deteriorado los sentidos.
La única salida ante la ceguera, es la lucha por cuidar el agua, la tierra, el aire. Luchar por la vida.
Ilustración portada: Pity