Regla de Tres

Periodistas, víctimas de la 4T


Ciertamente la defensa de la libertad de expresión nunca fue una postura clara en el tabasqueño, con varios señalamientos por parte de organizaciones nacionales e internacionales defensoras de periodistas y de la libertad de expresión.

Objeto de agresión cotidiana en sus “mañaneras”, los periodistas fueron uno de los blancos favoritos del presidente Andrés Manuel López Obrador al relacionarlos con la corrupción en el medio, de complicidad con “neoliberales” y sin rubor alguno divulgar sus datos personales. De esa retórica nos dejará su consabida muletilla: “¿dónde estaban cuando…?”, que después extenderían sus seguidores a cualquiera que intentara criticar algún hecho de la Cuarta Transformación.

No obstante este ángulo persistente en su discurso en contra de los informadores, AMLO no reconoció en ningún momento responsabilidad alguna del Estado. Así lo rubricó apenas el pasado 5 de septiembre, cuando señaló que en su sexenio no se dieron asesinatos de periodistas, “más allá de lo que las circunstancias han ocasionado” aunque las cifras lo refuten como una realidad lacerante para el gremio y que tras su impunidad alienta la persistencia de las agresiones. En cambio, para refrendar su apoyo al periodismo vergonzante y adulador que le sigue, encabezó el 30 de agosto en Palacio Nacional el Primer Encuentro Continental de Comunicadores Independientes: Informar es liberar, donde los participantes “lo recibieron entre gritos, aplausos y arengas provocando el entusiasmo del tabasqueño”, quienes finalmente le dijeron: “Lo queremos”.

Ciertamente la defensa de la libertad de expresión nunca fue una postura clara en el tabasqueño, con varios señalamientos por parte de organizaciones nacionales e internacionales defensoras de periodistas y de la libertad de expresión. Los apercibimientos de la ONU, de Reporteros sin Fronteras, de Artículo 19, de Amnistía Internacional, además de la defensa que tuvieron que asumir los mismos periodistas atacados, fueron ignorados por el huésped de Palacio Nacional que, rodeado de comunicadores incondicionales, se blindaba con el “tengo otros datos”. Incluso creó en su show tempranero un segmento, “Quién es quién en las mentiras”, que más que análisis es un linchamiento público a nivel nacional y que una vez concluida la mañanera se convertía en insultos y amenazas, incluso de muerte, en contra de los comunicadores y medios aludidos.

Con la ineficacia del Mecanismo de Protección a Periodistas de la Secretaría de Gobernación (Segob), México no varió en el gobierno de presunta izquierda su calificación como nación donde el ejercicio periodístico alcanza niveles de peligrosidad que ni en países en guerra se han visto. De acuerdo con las cifras de Artículo 19, en el sexenio de AMLO fueron asesinados 46 periodistas y 4 permanecen como desaparecidos, con 3 mil 408 agresiones contra la prensa, lo que representa un incremento de 62.13 por ciento en comparación con el sexenio de Enrique Peña Nieto.

Medios como etcétera, refieren en sus cifras que son 80 los periodistas asesinados en el sexenio morenista desde el 2018 hasta junio del 2024 -entre ellos los michoacanos Roberto Toledo y Armando Linares López, ambos de Zitácuaro, asesinados en el año 2023-, además de las agresiones y homicidios de  buscadoras de desaparecidos (14, de acuerdo con Artículo 19), casos que se mantienen con un 99 por ciento de impunidad absoluta como reconoció Alejandro Encinas, cuando fungía como subsecretario de Gobernación en el gobierno.

Otros ataques en contra de la libertad de expresión por parte de AMLO fue la represión contra trabajadores de Notimex, en tanto que fortaleció a medios oficialistas como La Jornada al punto de salvarla con recursos públicos de la quiebra financiera, aunque no hizo sino complementar lo que ya había iniciado Peña Nieto con los números rojos del medio fundado por Carlos Payán.

En el reciente proceso electoral, los candidatos Xóchitl Gálvez y Manuel Álvarez Máynes -de la colación Fuerza y Corazón por México y Movimiento Ciudadano, respectivamente-, signaron un compromiso alentado por Reporteros sin Fronteras de que en caso de ganar se comprometían a respetar irrestrictamente la labor de los periodistas; se dice que Claudia Sheinbaum Pardo, la candidata de la coalición oficialista Volvemos a Hacer Historia, lo suscribió posteriormente.

La sucesora de AMLO, ya anunció que mantendrá las “mañaneras” a partir del 2 de octubre. ¿También la misma tónica en contra de la libertad de expresión?

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