Carente de protocolos que atiendan la búsqueda y la seguridad para su familia, el caso transcurre ante la indiferencia y la terquedad de quienes lo reclaman
Raúl López Téllez
Desaparecido desde el 19 de marzo de este año, al profesor y ambientalista José Gabriel Pelayo Zalgado, fundador del Consejo Popular de Chinicuila, parece no buscarlo nadie desde áreas de gobierno.
Así lo señala María, nombre ficticio de la integrante del comité de búsqueda del docente que habla del caso para Regla de Tres.
Versiones de medios señalan que el defensor de los recursos naturales fue amenazado en septiembre de 2022 cuando se opuso a la tala clandestina de un predio en Coahuayula, ubicado en el municipio de Chinicuila, al que revistas especializadas en turismo califican como “un edén”. Desde esa fecha comenzaron las amenazas, presuntamente por integrantes del Cártel Jalisco Nueva Generación.
En vísperas del 24 de diciembre del 2023 el activista “habría sido llevado por sujetos armados ante el jefe de plaza de la comunidad de Chinicuila con el objetivo de darle un ultimátum”, refiere una versión de Animal Político.
Entrevistada durante la manifestación de comuneros nahuas de Ostula ante la sede del Poder Judicial de la Federación en Morelia, hace dos semanas, la activista indica que aunque el caso es del conocimiento de las autoridades estatales -las cuales emitieron una alerta de búsqueda-, “solo nos han dado largas, que vamos a tener reuniones con la Comisión de Búsqueda y Fiscalía (General del Estado), pero no se dan y cuando se dan hacen venir a las personas, a los familiares, en balde, porque quienes deben estar en esa reunión, no llegan”.
Señala que por lo tanto, no se ha establecido una interlocución directa con la Secretaría de Gobierno. “La única vez que así fue, es porque participamos en un evento con otros compañeros que iban a otra cosa, expusimos nuestro caso, nos dijeron que iban a hacer otra reunión, pero a partir de ahí sucede lo que ya comenté, fue lo mismo, siempre diciendo ´estamos trabajando´, pero nunca trabajan…”.
Hasta una segunda reunión, “fue que nos pidieron un contacto de algún familiar (del maestro)”, lo que refiere como una prueba de la falta de protocolos, ya que cuando se denuncia una desaparición el primer contacto que deben buscar las autoridades es con los familiares. En otra reunión, agrega, “la mesa no estuvo completa, cuando se supone que deberían estar los de la FGE y del Comité de Búsqueda y se les hizo venir a los familiares, sabiendo lo que conlleva todo eso y si se les va a dar seguridad, pero se les ha negado.”
Los familiares les piden avances y no hay avances (en la presunta investigación), nunca les han dado acceso a las cámaras de seguridad, las que afirma “hace como un mes fueron quemadas y ahora es el pretexto”, señala entre otras irregularidades que resume en una frase: “Nunca se han seguido los protocolos como debería de ser”.
Bajo el asedio
En la zona de Coahuayula, “hay muchos desaparecidos, líderes comunales, ambientalistas, personas que están luchando por sus derechos. ¿Por qué? No están pidiendo ser millonarios, solo quieren tener paz”, se cuestiona a la vez que refiere que la comunidad se encuentra “asediada, en cualquier momento (la población) sale con el peligro de que los puedan balacear, de hecho no hay clases desde que el maestro está desaparecido, échele cuentas”.
El caso de Pelayo, define, “es una situación muy grave, todos se echan la bolita sin hacer nada, la noticia no trasciende más allá de Morelia, aunque la comunidad está sitiada, desde hace como un mes no podían salir a comprar despensa, están en una situación muy grave”.
Señala que “nunca ha habido” en Coahuayula presencia de corporaciones de seguridad.
-¿Ni este caso detonó algún operativo?
“Dicen que se han hecho como seis operativos pero, ¿qué tipo de operativos son si no se ofrece información?” Al igual que se ha buscado que la gente desista de buscar al maestro.
Dice que hay “muchas irregularidades en el caso”, pero refiere que no es ella quien las tendría que exponer y anticipa una rueda de prensa en la capital estatal para señalarlas.
Sobre una causa específica que hubiera detonado la desaparición de Pelayo, María sostiene que “en general es como todos los ambientalistas, luchar por la tierra”, en una zona del estado “muy preciosa, con exuberantes recursos, pero a su vez, con nada de apoyo del gobierno o de alguien, solo quieren saquear la comunidad, históricamente son personas que han querido hacerse del territorio porque es un paso a la Costa, hay muchas empresas que les interesa esa zona”.
En Chinicuila, refiere, los ambientalistas y docentes “son muy importantes al fomentar el deporte, la defensa de la cultura como comunidad nahua, dado que muchas cosas se estaban perdiendo; Pelayo es un promotor cultural, ambiental, social…”.
Los mismos intereses que están de por medio, son la razón para el colectivo que demanda la aparición de Pelayo, para que el maestro no sea buscado con tanto interés como otros desaparecidos. “Desde las primeras dos semanas (de la desaparición) estuvimos en marchas todos los días, entonces ruido sí hubo, igual que en el medio digital, pero en lo digital te bloquean, las publicaciones ya no le llegan a nadie, específicamente en aquellas publicaciones en donde puntualizas la lucha por los recursos naturales, es por algo…”.
En aquella zona de la entidad, refiere a pregunta expresa, el desplazamiento forzado es un fenómeno latente. “En general hay un miedo horrible, hay muchas comunidades pequeñas y se sabe de personas que han tenido que irse, pero los que se han quedado también están con el peligro de que no pueden salir, ya que si lo hacen tienen que pasar por puntos donde te pueden interceptar”. A lo que agrega que la zona es escenario “de balaceras y dronazos”, indica sobre el uso cada vez más frecuente de drones por parte de los grupos delincuenciales, lo que genera que “nadie puede entrar ni salir, además de que no hay alimentos, no hay medicamentos, no hay ningún doctor, hacen falta muchos recursos en esa zona”.
Fotografía de portada, tomada del muro de José Gabriel Pelayo Zalgado
Consulta:
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