“Nadie escapa a las tragedias de lo cotidiano informativo, nadie. Así es como nos hacer ver las ruinas del pasado y las incertidumbres del futuro. El presente está en otra parte.”
Mario Torres López
Educación y Cultura
1. México sigue siendo un país rico en narrativas imaginarias en donde lo menos importante es la construcción de un país consolidado en estructuras de gobierno que den solidez a una nación que, al menos en proyección, sea inclusiva y todos estemos dispuestos a verdaderos debates por la democracia, la equidad y la tolerancia política, ideológica y cultural.
Para eso nos falta educación y despojarnos de esa visión históricamente clasista de la que somos, o no, en lo que se refiere a las identidades étnicas y nacionalistas.
Seguimos atrapados en la cultura del despojo y en las redes de la corrupción. Nadie se compromete realmente con los otros, los intereses se han individualizado hasta volverse una suma estadística de presencias y ausencias sin beneficio social.
2. Tras siglos de vivir sometidos a la conciencia de inferioridad histórica, hoy resulta palpablemente difícil creer que algo puede cambiar en este país; pasamos del sojuzgamiento colonialista al control corporativo como parte de la normalidad institucional, hasta llegar a la actualidad en donde, lo queramos o no, estamos siendo sometidos abiertamente al terrorífico dominio de la narcodelincuencia que ha rebasado, por mucho, el control de la delincuencia de cuello blanco que enraizó en muchas instituciones de gobierno, y que hoy resulta prácticamente imposible de erradicar.
Es por esta razón que el concepto de ciudadanía pierde su sentido cuando los politicastros que dicen defenderla se empeñan en mostrar su mezquindad y egoísmo en favor de sus propios intereses.
La democracia para sí nos obliga a pensar que sin propuestas de gobierno creíbles, cualquier organización política será siempre un parásito del erario público.
3. Parece que el ideal de la nueva democracia opositora es reciclar la chatarra politiquera para renovar su capacidad hipócrita de saquear el erario público; la fortuna para ellos es que tienen un mercado cautivo de compra-votos y de funcionarios judiciales y electorales que fácilmente se hacen de la vista gorda. No han perdido su capacidad casi natural de ser miméticos y disruptivos.
4. Mentiras y humillaciones públicas son los elementos básicos del discurso cotidiano de los partidos políticos mexicanos, aunque en menor o mayor grado, se puede generalizar a todos los países, sin importar ideologías o principios programáticos y organizacionales.
5. Prejuicios y violencia son los elementos activos del fanatismo político en cualquiera de sus variantes.
6. La clausura del diálogo es el principal signo social de este siglo, porque todos somos desiguales y diversos desde las narrativas del género y otras linduras que favorecen el control de la diversidad ideológica irracional. Esto se hace palpable cuando observamos que la pérdida de identidad es el principal mecanismo de control económico desde la mercadotecnia y la publicidad. Esto mismo no es ajeno a los mecanismos de fortalecimiento de la gobernanza de la gerontocracia política y empresarial, manejadas desde el plano subterráneo de los jóvenes tecnócratas.
7. La violencia nos aísla socialmente, al mismo tiempo que fractura la conciencia de nuestra naturaleza y de las visiones planetarias, sin que podamos comprender cabalmente que nada de lo que fuimos, aun en el pasado más reciente, volverá a ser igual, porque somos carne de cañón de la historia de lo efímero.
8. Los medios de información nos alimentan diariamente de violencia, mentiras verdaderas, verdades pasajeras, estados emocionales de inseguridad, imágenes sangrientas, corrupción política y contrariedades institucionales, como si ese fuera el único modo de ver, percibir y entender la realidad, sin comprender que de esta manera se manipulan nuestras visiones culturales del mundo, al mismo tiempo que se distorsionan los principios educativos en torno a la dignidad humana, así como los preceptos jurídicos que deberían regular el comportamiento y los valores morales que antaño pretendían dar solidez y cohesión social.
Nadie escapa a las tragedias de lo cotidiano informativo, nadie. Así es como nos hacer ver las ruinas del pasado y las incertidumbres del futuro. El presente está en otra parte.
9. Todos estos hechos, circunstancias y determinantes, tarde o temprano habrán de exigir a las ciencias sociales configurar nuevos objetos de estudio y/o actualizar sus propias bases teórico-conceptuales, así como en las agendas de investigación en el terreno de las ciencias de la educación.
Por otro lado, asumimos que todo proceso de conocimiento empieza por el conocimiento de sí, de ahí que se haya acentuado la necesidad de abrir las líneas de investigación en el ámbito educativo hacia el análisis de los aspectos sociopedagógicos y psicosociales desde las llamadas brechas de género, así como de las digitales, el control del conocimiento y el deterioro de los esquemas tradicionales de enseñanza-aprendizaje en aras del desarrollo de la inteligencia artificial.
Ilustración portada: Reco