Regla de Tres

La mujer del camarote 10


“Cuando Laura calcula que el ladrón ya se ha ido, sale de la habitación y una enorme sensación de haber sido violada la invade…”

Laura Blacklock es una periodista especializada en viajes que trabaja para una revista del ramo, donde se dedica a recortar y pegar fotos, acompañadas de algunos textos sobre sitios “de ensueño”, que tienen el potencial de convertirse en artículos de fondo para la publicación y que luego entrega puntualmente a su jefa, la editora de la revista. Esta actividad tan poco creativa, rutinaria y sin mayores perspectivas es un desperdicio para su formación y le genera una enorme frustración. A eso se suma su situación personal, tampoco muy alentadora, con un novio al que quiere, pero que se niega a formalizar cualquier compromiso, y su afición al alcohol.

Una noche llega muy borracha al sótano en el que vive sola, convertido en un miniapartamento, y cae profundamente dormida. Al poco tiempo, es despertada por unos ruidos extraños y los maullidos de su gata, única compañía de Laura. Descubre que hay un extraño en su pequeño espacio. Este la encierra en la habitación y se dedica a robar sus pocas pertenencias. Cuando Laura calcula que el ladrón ya se ha ido, sale de la habitación y una enorme sensación de haber sido violada la invade. A su frustración laboral, su incapacidad para el compromiso y su incipiente alcoholismo, ahora se suma una profunda desazón por su seguridad.

Esa crisis la acompaña durante horas, hasta que recuerda que ha sido comisionada por su editora para realizar un viaje a bordo de un crucero de lujo por los fiordos noruegos. Entre sus dudas, Laura reconoce que esta es una oportunidad que no puede desperdiciar: el momento para demostrar (y demostrarse) su verdadero talento como periodista. Sabe que esa situación difícilmente se repetirá y que, si debido al asalto a su casa justifica su ausencia en la comisión, sellará su carrera con un rotundo fracaso. Así que, sobreponiéndose con dificultad a la crisis del robo, los problemas con su novio Judah y su crisis emocional, se prepara para el viaje.

Resulta que Lord Richard Bullmer, un millonario apenas unos años mayor que ella, ha decidido invertir en un barco boutique de solo diez camarotes, con una cocina digna de dos estrellas Michelin y toda la exclusividad, el buen trato y una atención extraordinaria. El pasaje derrocha clase, saber estar y gran fortuna… y Bullmer ha escogido a su revista para la reseña del primer viaje. Todo un sueño que, además, Laura jamás podría costearse.

Todo va muy bien al inicio del viaje, una vida que muy pocos pueden disfrutar, hasta que una noche Laura escucha un grito estremecedor y luego, al mirar por la claraboya, descubre que el cuerpo de una mujer ha sido lanzado al agua. Sobreponiéndose al miedo, Laura avisa a la tripulación, pero ellos afirman que el camarote 10 nunca fue ocupado y, en el recuento de pasajeros, no falta nadie. Asumen que Laura tuvo un sueño y se confundió.

Laura entra en una nueva crisis: ¿Se lo ha imaginado, como le dice todo el mundo? ¿Estaba esa mujer en el barco sin permiso? ¿O están intentando esconder algo mucho mayor? Ella comienza a relacionar ese suceso con sus frecuentes pesadillas nocturnas, muy vívidas, y su propensión a abusar del alcohol. Así que, si desea superar sus demonios, tendrá que investigar por su cuenta. Pronto, la verificación de ese supuesto sueño comenzará a generar situaciones extrañas que incluso pondrán su seguridad y su vida en riesgo.

Hablamos de La mujer del camarote 10 (Salamandra, 2017), novela de la joven escritora británica de suspenso psicológico Ruth Ware. Estamos ante un thriller y una novela de misterio en toda regla. El tema no es extraño: estamos ante un testigo de un crimen a quien nadie cree, en horas bajas y en un ambiente de aislamiento y soledad. Hay otras novelas sobre esta temática (la mismísima Agatha Christie trabajó el tema, y también la muy exitosa La chica del tren, de Paula Hawkins), pero esta puede ser diferente. Es un thriller sencillo, sin demasiadas pretensiones, entretenido y con una “puesta en escena” muy interesante. Esta sencillez es su principal virtud: el misterio se sostiene muy bien, no es una lectura lineal en la que desde el principio descubrimos al criminal. Laura duda de sí misma, y nosotros nos preguntamos lo mismo. Después de todo, ¿a quién se le ocurriría cometer un crimen en un espacio cerrado y con pocos candidatos a ser culpados? Pero Agatha Christie ya nos demostró que sí es muy posible.

Ya está en preparación una película prodicida por Netflix y estelarizada por Keira Knightley en el papel de Laura Blacklock. No se pierda la novela, es ideal para pasar un buen fin de semana, acortar un viaje tedioso o una espera en la sala del dentista…


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