Regla de Tres

La muerte de “Kiki” Camarena

Golpizas brutales, descargas eléctricas, perforaciones con un taladro, rotura de huesos y dientes, fueron algunas de las brutales torturas que sufrió

El caso del agente encubierto “Kiki” Camarena ha sido el botón de muestra desde hace cerca de tres décadas de los oscuros contubernios que sostienen narcotraficantes y elementos de las corporaciones policiales mexicanas y americanas, detrás de las cuales se ocultan los intereses del poder político.

Un siete de febrero de 1985, policías corruptos en contubernio con el Cártel de Guadalajara secuestraron a Enrique Camarena Salazar, conocido como “Kiki” Camarena, un agente encubierto de la DEA (Administración para el Control de Drogas en Estados Unidos) que murió dos días después a causa de las torturas que sus captores le infligieron.

Tenía 27 años de edad cuando se incorporó en 1974 a la DEA, donde tras siete años de servicio como parte de la Unidad Especial de Narcóticos, fue comisionado para infiltrarse en el Cartel de Guadalajara, el único en su tipo en aquellos años en los que solo traficaban marihuana y hacían negocios con los narcotraficantes colombianos para el trasiego de la cocaína hacia Estados Unidos.

Enrique Camarena salía del Consulado de Estados Unidos en Guadalajara para dirigirse a comer con su esposa, cuando elementos de la Dirección Federal de Seguridad lo secuestraron y trasladaron a una finca propiedad de uno de los capos del Cartel, Rafael Caro Quintero, de la cual no saldría con vida.

“Kiki” Camarena y su esposa

Brutales golpizas, descargas eléctricas, perforaciones con el taladro, rotura de huesos y dientes, fueron parte de las innumerables torturas que sus captores le infligieron. Un suplicio que se prolongó por cerca de 30 horas con la ayuda de médicos que mantenían con vida al agente a fin de extraerle toda la información de las indagatorias que había efectuado y  hecho del conocimiento de la DEA.

El cuerpo de Camarena sería encontrado el 5 de marzo de 1985 -cerca de un mes después de su secuestro- en el pueblo de La Angostura, municipio de Vista Hermosa, en Michoacán. Las huellas de la tortura fueron el contundente mensaje conque los capos de la droga de entonces y los policías corruptos -tanto mexicanos como americanos- desalentaban la determinación de un agente honesto.

Durante su tiempo infiltrado en el Cártel de Guadalajara, Enrique Camarena ubicó grandes plantaciones de droga en distintas regiones montañosas de México, que llevaron a la incursión del Ejército Mexicano al Rancho Búfalo, municipio de Allende, en el estado de Chihuahua -propiedad de Caro Quintero-.

En esa operación realizada en noviembre de 1984, fueron destruidas alrededor de mil hectáreas de mariguana que se resintieron en los bolsillos de Miguel Ángel Arellano Félix, Rafael Caro Quintero y Ernesto Fonseca Carrillo, los tres fundadores del Cártel de Guadalajara. Tres meses después era secuestrado “Kiki” Camarena.

Miguel Ángel Arellano Félix
Rafael Caro Quintero
Ernesto Fonseca Carrillo

La DEA lanzó entonces la Operación Leyenda, la más vasta investigación realizada hasta ese momento de parte de la corporación por un homicidio. Fonseca Carrillo y Caro Quintero fueron arrestados al mes siguiente del descubrimiento del cuerpo del agente, en tanto que Félix Gallardo permaneció libre por cuatro años más, hasta su detención el ocho de abril de 1989.

Tras cumplir 33 años de prisión, el 12 de septiembre de 2022 a Félix Gallardo se le concedió el beneficio de la prisión domiciliaria, no obstante la brutalidad de su crimen y de la sentencia que contemplaba 37 años de prisión por el asesinato del agente de la DEA, además de 40 años por tráfico y acopio de armas.

Por su parte Fonseca Carrillo fue condenado a 40 años de reclusión, aunque cumplió solo 31 al ser puesto en libertad en 2016 bajo la figura de arraigo domiciliario, por razones de salud y edad.

Condenado también a cuatro décadas de prisión, Caro Quintero salió libre tras pasar solo 28 años tras las rejas. El 9 de agosto de 2013, un juez mexicano invalidó su condena y ordenó su liberación al sostener que hubo fallas en su proceso, lo que suscitó la reacción inmediata de las autoridades de Estados Unidos que solicitaron se emitiera de una orden de captura tanto por sus actividades vinculadas al tráfico de droga como por el secuestro y asesinato de Enrique Camarena.

El Buró Federal de Investigaciones (FBI) del país vecino colocó a Caro Quintero en su lista de los 10 más buscados y ofreció una recompensa de 20 millones de dólares a quien condujera a su arresto. Tuvieron que pasar nueve años para que el 15 de julio de 2022 fuera arrestado de nueva cuenta en México. Estados Unidos aún espera respuesta a su petición para la extradición del fundador del Cártel de Guadalajara.


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