Regla de Tres

La irrupción del Ejército en San Nicolás


Hace 58 años se escribió uno de los pasajes más negros en la historia de la Universidad Michoacana, cuando el Ejército irrumpió en el Colegio de San Nicolás para detener a estudiantes y profesores en lucha

Bajo el argumento de acabar con una agitación comunista en la Universidad Michoacana, el ocho de octubre de 1966, fuerzas castrenses irrumpieron en el Colegio de San Nicolás de Hidalgo para detener a estudiantes y profesores que luchaban por la autonomía universitaria.

Por instrucciones del gobernador Agustín Arriaga Rivera, el Congreso del Estado, solicitó al gobierno federal la intervención del ejército, y Gustavo Díaz Ordaz, que ya ensayaba los métodos que aplicaría en 1968, ordenó la moviliza­ción del ejército para reprimir el movimiento nicolaita.

La historia empezó a contarse años antes, luego que el siete de agosto de 1961 el entonces gobernador Franco Rodríguez nombró a Elí de Gortari rector de la Universidad Michoacana a partir de una terna propuesta por el Consejo Universitario, que incluía además a Ángel Baltazar Ba­rajas y Luís Mora Serrato.

Oficio con la designación de Elí de Gortari

Con la llegada a la rectoría de Elí de Gortari se trabajó para que maestros y alumnos asistieran regularmente a clases, se aprobaron reglamentos y se clarificaron y expidieron nuevas normas al interior de la Máxima Casa de Estudios. Asimismo el 17 de noviembre de 1961 el Consejo Universitario aprobó la creación de la Facultad de Altos Estudios «Melchor Ocampo».

En 1961 se promulgó una nueva Ley Orgánica que seguía contemplando la existencia de un Consejo Universitario Paritario y que el rector fuera nombrado por el gobernador. La nueva Ley orgánica intentó una orientación más progresista a la educación universitaria, resultado de una nueva correlación de fuerzas en la universidad

El 16 de septiembre de 1962, Agustín Arriaga Rivera rinde protesta como gobernador, fue entonces cuando la concepción del Estado sobre la función de la Universidad Michoacana dio un giro de 180 grados.

Cinco meses después, el diez de febrero del 63, se da a conocer un manifiesto en el que 75 firmantes -entre estudiantes y maestros- acusan al rector de violaciones a la Ley Orgánica, nepo­tismo, malversación de fondos y ofensas a la Universidad.

Tras el manifiesto se declaran huelgas en diversos planteles, sin embargo éstas no tienen eco con el resto de la comunidad nicolaita lo que deviene en una reunión del Consejo Universitario para condenar las actividades de subversión, suspender a los inconformes y consignarlos a la Comisión de Honor y Justicia, además se acuerda una auditoría a la Tesorería de la Universidad, esto último a petición del propio rector.

En apoyo a de Gortarí saldrían a la calle más de cuatro mil alumnos a manifestarse con la consigna de «iClases si, huelga no!».

Así los movimientos antidegortaristas y degortaristas hacían acto de aparición. Finalmente la Comisión de Honor y Justicia acordó la expulsión de 34 maestros y 13 estudiantes del grupo disidente, por lo que el gobernador y el comandante militar, Felix Ireta, pidieron a de Gortari que intercediera para la cancelación de las expulsiones acordadas, pero la respuesta del rector fue negativa.

Con asesoría de algunos académicos Arriaga Rivera elaboró un proyecto de Ley Orgánica para la Universidad que término con el cogobierno universitario y puso en manos de una junta de gobierno la designación de autoridades, con lo cual el rector se vio obligado a renunciar acusado de “promover una ideología comunista”.

La nueva norma significó un duro golpe para maestros y estudiantes, por lo que decidieron tomar el Colegio de San Nicolás no obstante la presencia militar que ya se hacia presente en la ciudad. El enfrentamiento no se hizo esperar y la detención de maestros y alumnos sucedió al desencuentro.

Agustín Arriaga Rivera

Entonces fue designado Alberto Bremauntz como rector nicolaita, a quien Arriaga Rivera le ofreció un contingente militar para que tomara posesión de su cargo, ofrecimiento que fue rechazado por Bremauntz, quien se dirigió a la casa de Elí de Gortari y cuando éste pretendió entregarle la institución allí, sin for­malidad alguna, se rehusó y prefirió ir al Colegio y entrar en contacto con los universitarios sin compañía alguna.

La gestión de Bremauntz al frente de la Universidad se desarrolló en medio de choques de los grupos encontrados. Para el 30 de julio de 1966 la Junta de Gobierno determinaría que el nuevo rector sería Nicanor Gómez Reyes.

Ese año, el dos de octubre, estudiantes y ciudadanos de Morelia se movilizarían en contra del alza en las tarifas del transporte público, ahí resultó muerto a tiros el estudiante Everardo Rodríguez Orbe, por lo que la comunidad estudiantil decidió estallar la huelga.

Debido al suceso los estudiantes se organizaron para exigir la desaparición de poderes en el estado, demandando la salida de Arriaga Rivera de la titularidad del Ejecutivo Estatal, sin embargo éste apoyado en la convicción de Díaz Ordaz por conjurar las amenazas comunistas tuvo el respaldo suficiente para responder.

Al filo de las tres de la tarde del ocho de octubre, los militares tomaron la universidad y detuvieron a profesores y estudiantes luego de un desfile intimidatorio previo por las calles de Morelia.

El Ejército irrumpiría en el colegio de San Nicolás de Hidalgo, así como en domicilios particulares de profesores y alumnos, además de sitios en los que éstos solían reunirse. La difusión de fotografías de anaqueles de oficinas y bibliotecas con libros y revistas de propaganda subversiva apoyaría su narrativa sobre el combate al comunismo en la Universidad.

Trascendieron versiones acerca de que la renuncia del rector fue lograda vía tortura, aunque oficialmente el gobernador señaló que había abandonado sus funciones.

Con las escuelas tomadas por el Ejército, profesores y estudiantes presos, el Congreso del Estado sesionó para conocer y aprobar un proyecto de reformas y adiciones a la Ley Orgánica de la Universidad enviado par Arriaga Rivera.

Se nombró como rector a Alberto Lozano Vázquez, quien el 18 de octubre del 66, luego de que finalmente los soldados abandonaran el colegio de San Nicolás, brindó un fuerte abrazo al comandante de la XXI Zona Militar como prueba de amistad.

Telegrama de estudiantes neoleses en apoyo al movimiento estudiantil nicolaita


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