Regla de Tres

La guerra de los pasteles

El 2023 dejó testimonio de la rebatinga por los pasteles de Costco y su auge en el mercado informal. Aquí algunos datos sobre informalidad y género


Beatriz Rojas

Algo que nos dejó el 2023 y que se ha ido apagando conforme avanza el 2024 fue la “guerra” por los pasteles de la tienda Costco: un furor desmedido por adquirir estos productos y unos precios de reventa ridículos.

Videos en donde se observa a personas empujándose y cayendo al piso en una rebatinga por los postres o personas pernoctando afuera de la tienda, capturas de pantalla donde se daba cuenta de la reventa y medidas extremas como un límite de artículos por cliente, así como comentarios de corte elitista en el sentido de que sólo deberían poder comer estos pasteles quienes pagaran una membresía alimentaron el fuego mediático de un asunto que ni siquiera es nuevo.

En realidad el negocio de reventa de postres de Costco practica desde hace años, sobre todo por parte de tiendas de abarrotes que venden en formato individual donitas y muffins que obtienen en charolas con varias unidades. Lo nuevo en sí son los pasteles en rebanadas ofrecidos ya no por locales minoristas sino por vendedores independientes -en su gran mayoría mujeres- en formato “neni”. Es decir, venta por internet a domicilio o para entregar en “punto medio” y en ocasiones, en puestos ambulantes colocados afuera de sus casas.

Este tipo de negocio ha sido adoptado en su mayoría por mujeres porque de acuerdo con los datos, son quienes en su mayoría se decantan por el trabajo informal. De acuerdo con especialistas en el tema, porque las mujeres pueden enfrentar inequidad desde su formación, que les impide acceder a empleos formales, en donde en ocasiones no reciben el mismo sueldo que sus colegas hombres y también por las condiciones laborales.

Para una mujer que es madre es complicado cumplir una jornada de ocho o más horas diarias si no cuenta con un respaldo familiar o institucional para el cuidado de sus hijos y del hogar, por lo que opta por el autoempleo.

A esto se suman las consecuencias del machismo y la violencia de género, que llevan en muchos casos a que las mujeres obtengan un menor nivel académico de los hombres y que estén a cargo del trabajo doméstico y de cuidados.

La informalidad de las “nenis” permite además no tener que pagar la renta de un establecimiento, no tener que dejar a los hijos y no pagar impuestos pero las desventajas, de acuerdo con el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), son que ganan menos, deben invertir sus propios recursos y no pueden acceder a créditos.

Ahora bien, la informalidad brinda una aportación importante a la economía de México, pues más del 50 por ciento de los empleos en el país son informales.

Algunas aclaraciones

Antes de revisar los datos sobre informalidad y género en México, vale la pena tener en cuenta lo siguiente:

  • No todos los trabajadores informales son nenis: Más de la mitad de las personas que trabajan en México lo hacen desde la informalidad. No todas las trabajadoras informales son nenis pero todas las nenis son informales.
  • No todas las revendedoras de pasteles son nenis. En sentido estricto de la palabra, NENI son las siglas de “Nuevas Emprendedoras de Negocios por Internet”, entonces algunas sí lo son, porque muchas veces esos postres se ofertan por internet, aunque no necesariamente, también se instalan puestos improvisados afuera de los hogares.
  • No todas las nenis son amas de casa o madres autónomas, pero por sus condiciones laborales, se puede deducir que la mayoría lo son.
  • No todas las nenis venden pasteles: se trata de un negocio diverso y multifacético en donde se oferta todo tipo de productos y algunos servicios.

¿Qué se puede esperar?

Para regocijo de algunos, ya hay medios de comunicación que consignan historias trágicas de revendedores de Costco que “se quedaron con la mercancía” porque la ofertaban a un precio tan alto que nadie les compró.

Siguiendo la teoría de la oferta y la demanda acuñada por Adam Smith, se plantearía que a mayor demanda de pasteles, tendería a bajar el precio de los mismos; sin embargo, al haber escasez, incrementará el precio y surgen los especuladores (papel que juegan los revendedores).

El ciclo se romperá, según esta lógica, cuando el precio llegue a un punto en el que los consumidores ya no estén dispuestos a pagarlos. Esto hará o bien que baje el precio y se recobre la demanda, o que éste se mantenga y la demanda disminuya.

Para que esto se cumpla, habría que estimar la elasticidad de la demanda de los pasteles de Costco, pero hay circunstancias y particularidades humanas que escapan a toda estadística, pues la gente suele consumir por modas o por imitación. Lo que se puede esperar, finalmente es que la sabiduría popular resuelva el entuerto y exija “¡que impriman más pasteles!”

Deja tu comentario