Deterioro del inmueble, carencia presupuestal y con inestabilidad laboral para sus trabajadores, señala quien fuera la subdirectora del inmueble hasta el 31 de enero
Raúl López Téllez
Sofía Stamatio, renunció al cargo de subdirectora del Centro Cultural Antiguo Colegio Jesuita, tras aducir carencia presupuestal y falta de apoyo para el mantenimiento de la infraestructura y el rescate de áreas en el inmueble del siglo XVI ubicado en Pátzcuaro.
La ahora ex funcionaria presentó su dimisión desde el pasado 6 de enero, con límite para dejar el cargo el 31 de enero de este año. En su estancia, señala, se trabajó en medio de carencias y teniendo que recurrir a acciones urgentes como reponer tejas ante el deterioro del edificio, del que queda como pendiente y urgente su rehabilitación en ciertas áreas cuyo deterioro calificó como “grave”.
Stamatio indica en sus redes sociales que ante un primer escrito presentado donde señala las deficiencias y escollos que enfrentó en el Jesuita -administrado por la Secretaría de Cultura de Michoacán (Secum), a cuya titular Tamara Sosa dirige su escrito-, se le pidió que presentara otra carta de renuncia, “aséptica, preformateada e inocua”, lo cual dice hizo “porque no deseo seguir siendo parte de ninguna institución pública que, abúlica, se tape los ojos y las orejas frente a la realidad, además de perpetuar modelos arcaicos maquillados de color vino”.
Considera al Antiguo Colegio Jesuita como “un edificio huérfano de cuidado oficial”, para aducir que el inmueble y su proyecto es de la comunidad y como tal, “debemos exigir a las instituciones públicas pertinentes (Secretaría de Cultura, Secretaría de Finanzas, Gobierno del Estado, INAH) que aporten a nuestro centro cultural todos los recursos necesarios para que permanezca vivo, efervescente, abierto y en pie muchos siglos más. Y si no pueden, cuando menos que no estorben.”
En los señalamientos que hace en la carta de renuncia original, Stamatio plantea que el presupuesto que recibe el Colegio apenas representa el 10 por ciento del destinado a las tareas generales de la Secum, al destinarle en el 2024 la cantidad de 169 mil pesos “cantidad por demás exigua para atender las necesidades de un recinto de tales magnitudes y relevancia histórica, comunitaria y artística”.

Señala como “grave” el deterioro de ciertas áreas del inmueble, como el estado del tejado del lado oriente y donde se ubican salones de clase, además de que no se atiende “el escenario de madera del auditorio, los sanitarios de la planta alta, la iluminación de salas de exposición, salones, taller de Grabado y auditorio, así como la infraestructura del taller de Cerámica, todos ellos en pésimas condiciones”.
En su carta demanda las garantías para el personal del Colegio, con una trayectoria de 20 años y sin embargo sujetas cada año a la firma de un contrato, es decir, sin seguridad laboral.
También propone la creación de un área de comunicación específica para la difusión de las actividades y que en su caso implica que además atienda estas tareas incluido el manejo de contenidos en redes sociales, así como también propone “la creación de una jefatura de departamento que se ocupe de la vinculación administrativa del recinto con la Secretaría de Cultura”, de manera que la subdirección se ocupe de lo que deben ser sus funciones específicas, la vinculación con la comunidad de creadores local, nacional e internacional, al igual que con otras instituciones culturales, además de procurar “fondos y la instauración de mecanismos de sostenibilidad financiera, en caso de que el presupuesto asignado no se vea incrementado hasta alcanzar el mínimo necesario”.


Alude también a que el Jesuita comete discriminación a los alumnos y docentes al cobrarles una cuota a los primeros en tanto que a los segundos no se les cubren adecuadamente y a tiempo sus honorarios por la carencia presupuestal, situación que indica también afecta a la Orquesta Comunitaria del Jesuita.
Finalmente sugiere que se cuide la relación entre turismo y patrimonio cultural que impulsa la Secum y el gobierno estatal, “desencadenando un proceso grave de gentrificación y turistificación que se traduce en el desplazamiento de habitantes, la devastación del entorno natural y la degradación del patrimonio y la identidad culturales”.
