Regla de Tres

Isela, de la ilusión al infierno

Hoy ella enfrenta una demanda promovida por su agresor, quien argumenta violencia en su contra y daño a su imagen por tratarse de un servidor público: el alcalde de San Juan Nuevo Parangaricutiro

Escondida, como echa bolita, Isela se ocultó para que Jesús no la viera, ella había apagado las luces de su casa para aparentar que no estaba ahí, él optó por romper los cristales de una ventana para introducir la mano y con la luz del teléfono celular mirar entre las sombras para descubrirla.

A sus 34 años Isela Valdes Morfín sabe lo que es el miedo, la relación que inició como cuento de hadas acabó por tornarse en pesadilla, en donde su integridad y la de sus familiares están en riesgo.

Hoy ella enfrenta una demanda promovida por su agresor, quien argumenta violencia en su contra y daño a su imagen por tratarse de un servidor público. La actuación de las autoridades evidencia –por decir lo menos- irregularidades.

Isela se abstiene de mencionar el nombre de su agresor, teme que decirlo pueda agravar el acoso legal del que ahora es objeto, por lo que evita siquiera aludir a su nombre de pila.

Sin embargo, es un hecho público su noviazgo con Jesús Espinoza Rochín, presidente municipal de San Juan Nuevo Parangaricutiro, de ello dan cuenta múltiples fotografías de eventos en los que ella estuvo presente acompañando al alcalde, tanto en territorio nacional como fuera de él. También abundan las imágenes de ambos como pareja en la cuenta de Facebook de Isela.

En Michoacán, Isela y Jesús en evento público | Fotografía; redes sociales Isela Valdez
Para el evento del hermanamiento entre Orlando y san Juan, en Estados Unidos Isela y Jesús | Fotografía; redes sociales Isela Valdez

El pasado 17 de enero ella decidió hacer pública en sus redes sociales la situación que está viviendo, lo hizo a través de cuatro videos en los aparece narrando algunos hechos de violencia, también posteó otros tres que grabó siendo acosada por Jesús en su casa.

Con el temor que acompaña a las víctimas la primera vez que deciden hacer público su testimonio, Isela accede a esta entrevista, intuyendo que el poder de su agresor puede encontrar freno frente a la opinión pública y la solidaridad colectiva.

El «cuento de hadas»

Por dos años Jesús estuvo rondando a Isela, lo hacía a través de sus redes sociales, monitoreando sus publicaciones. Ahí fue conociendo sus gustos, actividades y familia, fue ahí donde tras una larga espera logró contactarla. Ella lo supo hasta tiempo después, cuando ya tenían una relación.

Isela había iniciado la construcción de su casa en un predio que le fue heredado en Uruapan, pero se encontró con un problema en los registros del trazado. A través de sus redes sociales solicitó la ayuda de alguien que le pudiera dar asesoría para solucionar el asunto, de manera inmediata Jesús respondió al llamado y el tema se resolvió.

“Ya que tuvimos contacto, todos los días iba a verme a Uruapan, siempre pasaba de regreso cuando iba a sus reuniones en Morelia, lo que sea, camino a San Juan siempre llegaba con unos chocolates, con algún detallito, algún pretexto aunque fuera de rápido, pero siempre se hizo presente, a tal grado que yo le dije una vez: no inventes, yo estoy en mi cuarto y veo las flores que me diste, voy a la cocina y está la proteína que me regalaste y voy para el comedor y está también algún detalle. Siempre me tenía llena de cosas, un bombardeo, estaba muy presente en todo, desde mi casa, llamadas y mensajes en la mañana, tarde y noche”.

Jesús procuró regalos para la hija de Isela y con ello, dispersar toda duda de indiferencia, rechazo o desinterés hacia la menor.

A tres semanas de conocerse Jesús llegó con boletos invitando a Isela a un par de conciertos, el primero al siguiente mes y el segundo siete meses después. “Él sabía cuáles eran mis gustos musicales y llevó los boletos como asegurado el inicio y una temporada más larga que nos ligara.

“Fuimos al primer concierto, todo fue perfecto para mí, era así como que ¡wow, esto fue lo que esperé toda la vida! Fue así, yo la verdad sí pensaba que los cuentos de hadas existían, todo bonito, muy dedicado, mucha atención, mucho tiempo, mucho cariño presente en todos los aspectos, era una cosa increíble”.

Seis meses transcurrieron cuando Isela descubrió que Jesús tenía años siguiéndola por Facebook, “él ya me tenía vista, tenía la noción de todo lo que a mí me rodeaba, todo lo que era yo, encontré mensajes de hacía dos años diciendo ‘hola, ¿cómo estás?’, ‘¡qué padre está esto!’ en mis historias. Ya estaba pendiente. Se lo comenté, le dije: no inventes, ya me mandabas mensajes desde antes, entonces tal vez no es que fueras tan así, sino que supiste cómo llegarme.

“A mí me gustan mucho los carros clásicos, me gusta mucho la velocidad y todo eso, no se habían cumplido 15 días que habíamos salido la primera vez cuando llegó a mi casa en un Camaro clásico, como 82, diciendo que era un proyecto para restaurar juntos. Desde un principio hacía planes, situaciones que nos unieran de alguna u otra manera”.

El primero de septiembre de 2021, Jesús asumió la presidencia municipal de San Juan Nuevo Parangaricutiro y con sus nuevas responsabilidades llegaron también los viajes.

En el municipio se comentaba que había dos primeras damas, la que despachaba en el DIF municipal, madre de las hijas del alcalde –con quien ya no eran pareja-, e Isela.

Su posición permitió al edil atenciones que pocos pueden prodigar a su pareja. Durante las fiestas de un municipio vecino, en el jolgorio, a la par de la pirotécnica y frente al estupor de los asistentes, en vez del clásico sonido de la banda, se dejó escuchar una pieza de rock del gusto de Isela. Ahí Jesús la sorprendió entregándole un primer anillo de compromiso.

Las salidas que Jesús realizaba debido a sus funciones, eran aprovechadas para ir tres o cuatro días de viaje con Isela.

“Cumplíamos con el compromiso de él y de ahí siempre buscaba la manera de hacer… Una cosa increíble lo que él planeaba para un viaje, porque era todo perfecto, desde el traslado hasta la estancia, el regreso, todo era increíble, me sentí amada, me sentí procurada, me sentía bien, nunca me hubiera imaginado que las cosas fueran a terminar como terminaron. Así transcurrió un año ocho meses, casi dos años, hasta que yo viajé al extranjero en diciembre de 2022”, refiere.

Isela, cuento de hadas roto | Fotografía: Patricia Monreal

El infierno

El cuento de hadas escrito por Jesús para Isela llevaba “letras chiquitas” de las que no se percató sino hasta tiempo después. Quería que ella pensara, sintiera, mirara, latiera y respirara la vida a través de él.

Ella no lo conoció en el ámbito político, su relación no se gestó en ese mundo, pero Isela no quedó exenta de participar de éste cuando Jesús asumió la presidencia municipal. Con el tiempo, acompañarlo a sus compromisos resultó una pesadilla. El alcoholismo de él incomodaba a propios y extraños y para ella significaba violencia que disimulaba para cuidar la imagen pública de su agresor.

Sobrio y alcoholizado, Jesús se convirtió en una pesadilla de la que Isela no ha podido escapar.

Poco más de cuatro semanas ella estuvo en Estados Unidos para visitar a su madre y pasar la Navidad de 2022 y el Año Nuevo de 2023. Al regresar, su historia de amor se esfumó.

“A mi regreso me entero que me había sido infiel con cuatro personas simultáneamente, eso a mí me destrozó completamente, destrozó la confianza que le tenía, todo lo que pensaba que él era, porque yo juraba que ningún hombre me iba a amar y respetar más que él”.

Tras la infidelidad, Jesús logró mantener la relación con Isela, pero la situación cambió y en la medida que los problemas crecían, también lo hacía su obsesión por controlarla y aislarla de sus amigos y familia.

“Llegaba sin avisarme, tenía personas que estaban atentas afuera de mi domicilio para cuidarme, empezó a marcar el territorio. Ya me había entregado un anillo y me pedía mucho que tratara que se viera. Uno lo ve como una situación de amor: te celo porque te quiero, porque si no te se celara no me interesas; porque me interesa y te quiero, te procuro y te mando flores al gimnasio y todo el rollo. Todo eran muestras de amor para que los demás vieran que estaba con él, de momento yo lo vi como si fuera mucho amor, pero realmente era como para establecer su territorio, decir ‘está ocupada, no te le acerques'».

Amigos y contactos hombres de Isela fueron amedrentados por Jesús: “algunas personas me lo comentaron en su momento, unas creo que jamás en la vida me lo van a comentar y otras más me lo están comentando ahora. Algunos casos sí desencadenan en cosas graves. Yo pensé que se quedaban en mensajes, llamadas, hostigamiento, pero ya hay tres personas que tuvieron afectaciones en cuestión laboral, física y familiar.

“Yo era un borreguito, olvídate que hablara con alguien, llegaba al gimnasio y siempre con mis audífonos puestos desde que entraba, porque sabía que si estaba hablando con alguien él podía presentarse, lo hacía en cualquier lugar, obviamente sin avisarme.

“Uno empieza a normalizar ese tipo de situaciones, te crees que es por tu seguridad, él me decía: está muy feo Uruapan, no tienes idea de todo lo que sucede, qué tal si algo pasa”.

La violencia sicológica, verbal y física se volvió una constante en el trato de él hacia ella. Isela recuerda cómo la apretaba, lo hacía en los brazos y en el cuello.

Luego optó por victimizarse acusándola de lo que pasaba, diciéndole que no tenía corazón, que no lo amaba ni valoraba, que se quitaría la vida por ella. Con el chantaje aparecieron las “veladas” amenazas de muerte. “Si no estás conmigo, no vas a estar con nadie, y si no estoy yo, pues tampoco tú”, le decía.

“Es cuando me empieza a dar miedito, cuando uno empieza a pensar: ay, si lo dijo es porque ya lo pensó, y si ya lo pensó es porque lo va a hacer”.

La obsesión de Jesús sobre Isela fue agudizándose, ella ya no le permitía entrar a su casa y él optaba por quedarse a dormir afuera, romper los cristales buscando entrar, forzar las puertas, las ventanas, quitar protecciones, era entonces que ella apagaba las luces para esconderse.

El edil había dispuesto personal para que la custodiaran mañana, tarde, noche. “Al principio yo gritaba, me enojaba y decía ‘quítate’ y todo, pero después normalicé la situación, yo salía, hacia mis mandados y ellos ahí y regresaba y ellos regresaban conmigo».

Fue un hecho público que el 15 de septiembre de 2023 Jesús no se presentó a San Juan Nuevo para dar el Grito en los festejos por la Independencia de México. Estaba ocupado acosando a Isela.

Violencia y temor para Isela | Fotografía: Patricia Monreal

Un día, al regresar de Puebla, estuvo dispuesto a cumplir sus advertencias. En la carretera con Isela al volante -molesta porque se había alcoholizado en un evento público- empezaron a discutir, él le advirtió: “aquí nos vamos los dos”, y empezó a jalar el volante.

“Él empieza con el coraje bajo los efectos del alcohol, íbamos como en zigzag, una cosa fea, ese es el forcejeo que hubo y fue dentro del carro, se me tronó la llanta izquierda de adelante del copiloto porque caímos en un pozo, no lo podía controlar y como los chicos que lo acompañan iban en un vehículo atrás, pues realmente nosotros íbamos solos”.

En otra ocasión, durante una cena de trabajo en Morelia, Jesús volvió a alcoholizarse y ofendió públicamente a Isela. Ella salió del lugar para esperarlo en el carro. “Salió, lloró, me dijo que no lo podía dejar como un tonto, que tenía que regresar al restaurante porque él me había presumido como siempre como el amor de su vida, abrió la puerta y me bajó”.

Más tarde hicieron parada en un hotel de paso, ella prefirió que fuera así porque Jesús venía tan alcoholizado que le resultaba más sencillo para cargarlo y meterlo al cuarto. Una vez dentro empezó la violencia verbal y las ofensas. Ella, harta, aventó al piso un par de botellas de Clamato, mientras que él, del otro lado del cuarto, resbaló debido a su estado etílico y se golpeó la cabeza. Ella salió de la habitación, pero temió que por su condición a Jesús le pasara algo.

Cuando volvió, lo vio caminando sobre los cristales del Clamato, por su estado parecía no percatarse, él la acusó de haberlo golpeado y ella le dio tres palmadas en la espalda en réplica para que pudiera decir que lo había golpeado. Lo ayudó a bañarse, se acostaron, él pretendió juguetear con ella sobre de qué lado de la cama dormirían y se quedó dormido.

Ese hecho es la violencia familiar que Jesús arguye en la demanda que promovió contra Isela.

Para ella la gota que derramó el vaso tiene que ver con su hija. Jesús llegó un día a su casa y le pidió a la menor que le abriera la puerta para darle una sorpresa a su mamá. Isela se duchaba y Jesús se metió al cuarto de baño.

“Para mí fue lo que determinó todo, porque se me hizo una situación humillante y muy fuerte para mi hija, verme ahí sin ropa, con una mano en la toalla tratando de taparme y con la otra forcejeando con él, y ella viendo, no sé, tal vez el que no trajera ropa me sacó mucho de onda. Fue mi hija la que le llamó a la policía”.

La menor tuvo que abandonar su escuela luego que su mamá descubrió a Jesús merodeando en el plantel. Ella temió por la integridad de su hija.

Isela tuvo que cambiarse de casa debido a algunos incidentes que se registraron luego de su llegada a Uruapan y que ponían en riesgo su seguridad y la de su hija. “No me siento segura y tengo miedo por mí y mis cercanos, sobre todo por mi hija, él sabe que ella solo me tiene a mí y a mi mamá. Y pensar que él decía que siempre vería por ella”.

Jesús, rondando afuera de la escuela de la hija de Isela | Imagen: capturas de pantalla de video

En diciembre de 2023, Isela acudió a Estados Unidos a pasar las fiestas de fin de año con su madre. Le contó lo que estaba viviendo y le compartió su decisión de denunciar a Jesús por violencia, pero él se le adelantó, procedió a denunciarla mientras ella estaba de viaje. No era la primera vez que el munícipe acudía a la Fiscalía General del Estado para denunciar por violencia a una mujer que había decidido romper con él.

Confiado de su poder e influencia política, él inició la etapa del acoso legal contra Isela mientras estaba fuera del país. A su regreso, ella se enteró de que su agresor la había demandado por violencia física, sicológica y daño a su imagen.

Con gran celeridad – la que suele existir en casos apadrinados-, las autoridades citaron en tres ocasiones a Isela para que se presentara. Como no lo hizo -pues estaba en el extranjero-, le habían impuesto tres multas por 26 mil pesos cada una. Ella no recibió nunca los citatorios.

Apenas regresó, fue retenida por ministeriales que la incomunicaron para trasladarla fuera de Uruapan y buscar que declarara “su culpabilidad”. No llevaban orden expedida por juez alguno, ni se le permitió tener presente a un abogado.

Lo que las autoridades hicieron fue despojar a Isela de sus teléfonos celulares en donde tenía videos de las agresiones de Jesús. Ella ya procuraba tomar fotografías y videos de las violencias que el edil ejercía contra ella.

“Ahora mi temor es que ante la negativa de regresarme mis teléfonos a más de nueve días de quitármelos, fabrique pruebas como ya lo ha hecho antes con otras personas y conmigo misma con su falso cáncer, manipulando análisis médicos para que no lo dejara. Sé de lo que es capaz”.

El jueves 18 fue citada para comparecer nuevamente y luego por WhatsApp le informaron que se reagendaba la cita. Ella igual hizo acto de presencia para asegurarse que fuera cierto.

IIsela en la Fiscalía General del Estado el jueves 18 de enero | Fotografías; Patricia Monreal

Hoy Isela pide transparencia a las autoridades que llevan el caso en su contra, que actúen con apego a la Ley: “Yo desconozco todo este tipo de procedimientos, pero siendo sincera, mi noción es que hay cosas que no deberían ser como están siendo, no estoy de acuerdo con cómo están establecidas las leyes y si no son así y se están dando de otra manera, se me hace injusto”.

Su intención de proceder legalmente contra su agresor es firme: “Tengo que defenderme porque no puedo decidir quedarme como si nada ante unas acusaciones tan fuertes, si esto ya se está dando mediante vías legales, tengo que responder legalmente”.

Isela reconoce: “Me siento fatal, estamos intranquilas, mi hija no está yendo al colegio, y en este punto yo sí lo creo capaz de alguna otra cuestión. Por supuesto que temo por mi seguridad”.



2 comentarios

Mm 23/01/2024 at 15:52

Que clase de autoridades don esas que bueno que no intimiden de esa manera

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Amitaf saile 01/02/2024 at 18:57

Me paso lo mismo pero no era alcohólico solo adicto al sindelafil, ya que es impotente cosa que tambien me di cuenta tiempo después, gracias a Dios no tiene tanto poder, solo es empleado del imss, pero el acoso, afectaciones a mis bienes muebles e inmuebles si lo hizo, en cuanto termine la relacion al descubrir sus infidelidades haberlo dejado de la noche a la mañana él convirtió mi vida en un infierno, tambien lo denuncie por la violencia de todo tipo que ejercio en mi contra durante y después de la relación, tengo un buen tiempo sin saber nada de el, pero de manera vulgar en redes sociales es el bufon de mi historia contada por perfiles manipulados.
Diis no libre de bestias como estas,
«niñas lean y aprendan para que no les pase:

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