Regla de Tres

El gran rojo

“Una madrugada, recibe una llamada para que se presente en una mansión de los barrios más acomodados de la ciudad. Esta extraña forma de contactarlo le indica que algo no va bien…”

La novela negra clásica, la de los fundadores, tiene un canon muy sencillo: un detective privado como protagonista; una profunda ambientación urbana donde la violencia y la corrupción son parte del paisaje; la comisión de un crimen violento, la corrupción policial y otros aspectos oscuros de la sociedad, como la prostitución, las drogas, el juego; una narrativa directa y cruda, contada con mucho sarcasmo; personajes complejos, donde el detective principal suele ser un antihéroe, con sus propias luchas internas y un pasado turbio, y una moral muy ambigua; una mujer fatal de la que se prende el antihéroe y, finalmente, una atmósfera sombría, fatalista y desesperanzadora.

En el libro que ahora recomendamos en esta Zona Oscura, se cumplen todos estos elementos, salvo que, a diferencia del noir norteamericano, el detective es español, la ciudad es alemana, los personajes son turcos y aunque hay rubia fatal, el detective no se prende de ella. Ah, y el autor también es español y contemporáneo.

Estamos ante un excelente homenaje a la novela negra clásica, de la mano de Benito Olmo, un escritor natural de Cádiz y autoexiliado en Frankfurt am Main, donde vive sin hablar una palabra de alemán. Es un escritor, autor de varias novelas de corte negro, como La maniobra de la tortuga (Suma, 2016), La tragedia del girasol (Suma, 2018), estas dos con su personaje icónico, el detective Manuel Bianchetti. Ha sido finalista del I Premio Aragón Negro/La Trama, del III Premio Santa Cruz, del Premio Tormo Negro-Masfarné 2019, del I Premio Negra y Mortal y del III Premio Cartagena Negra a la mejor novela publicada en 2018.

Ahora nos presenta El gran rojo (AdeN, 2021), obra galardonada con el Premio Novelpol a la mejor novela negra publicada en 2021. En esta nueva novela conoceremos a otro detective, Mascarell, un detective de origen español, refugiado también en Frankfurt. Hijo de madre gaditana y padre valenciano, es el tipo al que recurres cuando no te queda otra salida. Acostumbrado a moverse por el barrio rojo, las narcosalas y algunos de los tugurios más peligrosos de Frankfurt, su fama de resolutivo le ha proporcionado una sólida reputación como detective de casos perdidos. Para más datos, a Mascarell le falta una pierna, perdida en un accidente, misma que sustituye con una prótesis, es un perdedor en toda línea, pobre y abandonado por su gran amor, cínico, pero con un sentido del honor muy peculiar.

Una madrugada, recibe una llamada para que se presente en una mansión de los barrios más acomodados de la ciudad. Esta extraña forma de contactarlo le indica que algo no va bien, pero su carencia de fondos y la necesidad de hacerse de un poco de efectivo lo llevan a la mansión de la Señora Niemann, una mujer muy despampanante y con pose de mujer fatal, quien le encarga encontrar a alguien. Se trata de un tal Gerard, del cual no le proporciona más información que una fotografía, nada de quién es, dónde vive, cuáles son sus señas… La vida quebrada de Mascarell le lleva a aceptar un caso que de antemano parece perdido, pero le ofrecen mucho dinero a cambio.

Pero resulta que no es el único que lo busca. Una chica de 16 años, Ayla, joven de origen turco, también está tras su pista. Gerard era el mejor amigo de Samir, el hermano mayor de Ayla y quien fue encontrado muerto por una aparente sobredosis de heroína. Ayla no acepta esa conclusión precipitada de la policía alemana y la atribuye a su condición de inmigrantes pobres. A esta chica, solo le queda su padre, el señor Aldemir, un anciano derrotado por el Alzhéimer e incapaz de valerse por sí mismo. Ayla está sola, en un mundo muy masculino, trafica con droga para sobrevivir y atender a su padre. Tiene un sentido de la justicia muy sólido.

Ayla está decidida a encontrar a Gerard y descubrir la verdad sobre la muerte de su hermano. Aquí su vida se cruza con la del detective, pues encontrar a Gerard, desaparecido, podría tener las claves del asesinato de Samir. El mundo transcurre en el barrio rojo de Frankfurt, que a diferencia del barrio rojo de Ámsterdam, de alto nivel, vistoso y construido pensando en el turismo, este es oscuro, sórdido, maloliente.

A Gerard también lo buscan los mafiosos del barrio rojo, traficantes de mujeres, drogas, y de todo aquello que representa la corrupción de la ciudad.

La novela está contada a dos voces, la de Mascarell y la de Ayla, en un gran libro. Y como dijimos al principio, siguiendo el canon del género al pie de la letra, sobre todo con el sarcasmo característico y la visión del perdedor o perdedores eternos. No se la pierda, seguro se prenderá de estos personajes que muy bien pueden ser el inicio de una nueva saga. Le servirá también para conocer a uno de los autores más interesantes del noir español reciente.


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