“El Otoñal nunca ha cometido errores, pero esta vez Corso encuentra un cabello en el sobre, lo que lo lleva a reanudar la investigación.”
Horacio Cano Camacho
Zona Oscura
Corso Bramardes un policía retirado. A pesar de que desde su juventud dio muestras de ser el investigador más prometedor de Italia, se retiró en circunstancias muy duras cuando su carrera estaba despegando: El Otoñal, un asesino serial que Corso investigaba, asesinó a la esposa y la hija del inspector. Dañado por el hecho y en una tremenda crisis, Corso abandonó todo para irse a vivir al campo, cerca de las montañas que ama y se dedica a escalar solo. Allí languidece con una plaza por horas en un instituto donde da clases de literatura, carrera que logró terminar en sus años de ingreso a la policía.
Corso vive en una casa muy vieja en las colinas, obsesionado por dar caza al Otoñal. Este asesino, cada otoño, le envía versos de canciones de Leonard Cohen mecanografiadas con una Olivetti del 72: ¿una provocación o una burla? ¿Una invitación a un juego perverso? El Otoñal nunca ha cometido errores, pero esta vez Corso encuentra un cabello en el sobre, lo que lo lleva a reanudar la investigación. Corso Bramard cuenta con el apoyo del comisario Vicenzo Arcadipane, quien ocupó su puesto tras su caída. Arcadipane le guarda un gran aprecio y cree en él. Siendo un joven oficial, Corso lo tomó a su cargo y le enseñó todo para convertirse en un gran investigador, y ahora siente que es su deber cuidar de su antiguo mentor.
Arcadipane analiza (bajo cuerda) las pruebas encontradas por Corso en la nueva carta y decide asignarle el apoyo de una agente, Isa Mancini, una friki, grosera, antisocial, que nadie soporta en la comisaría, pero muy brillante y magnífica investigadora, y que Arcadipane sostiene, contra todas las opiniones, por ser hija de un antiguo agente caído en acción. A Isa nadie la extrañará si se aleja de la comisaría, así que es la indicada para ayudar a Corso y, de paso, deshacerse de ella un rato.
Inicia así una aventura contrarreloj para localizar al Otoñal antes de que vuelva a cobrar víctimas, pero además, es una sacudida para el propio Corso Bramard, para su venganza…
Estamos ante el inicio de una nueva saga de gran calado y también el salto de Davide Longo, un reputado autor de obras de teatro y novelas infantiles, al género negro o al giallo (género negro en la terminología italiana). Ha sido tan impactante su aparición en el panorama negro italiano, que se ha dicho de él que representa, en el norte de Italia, lo que Salvo Montalbano, para el sur.
Esta novela es el primer caso de Corso Bramard en una saga que lleva hasta el momento tres títulos en español, incluyendo El caso Bramard (Destino, 2023), Las bestias jóvenes (Destino, 2023) y Pura rabia (Destino, 2024), que en conjunto forman los primeros números de la “serie de los crímenes del Piamonte”. De estos dos últimos hablaré en una próxima entrega, pero de entrada diré que representan una clara evolución de Longo en el género. Las novelas de esta, hasta ahora, trilogía han merecido los premios más importantes del género en Italia y representan un éxito absoluto en su tierra.
Longo hace un uso muy interesante del lenguaje y la poesía para describir paisajes, personajes y situaciones, lo que nos envuelve en un juego para identificar (o aficionarnos) a la canción-poesía que Cohen representa, en una forma muy refinada de thriller. Nada de lo que narra está de más; pronto nos enteramos de la función narrativa que el autor perseguía y nos convence aún más. Los personajes son memorables y el trío que forman Corso, Arcadipane e Isa, es de lo mejor que podemos encontrar en la novela negra reciente.
Los tres libros hasta ahora publicados muestran tramas complejas e inteligentes que han renunciado a los recursos fáciles y lineales, por lo que representan un buen reto para el lector. Creo que estamos, sin duda, ante el surgimiento de un nuevo líder de la novela negra, y estos tres libros parecen confirmarlo. No se los pierda; estas vacaciones seguro puede leer la nueva saga de una sentada.
Ilustración portada: Pity