“Ellos, los dueños del mundo, de nuestras voluntades y deseos son los que nos han llevado hasta el extremo del exterminio de la vida en la tierra. Y nosotros muy obedientitos, los seguimos.”
Leopoldo Chassin Ramírez
Palabras y Utopías
En la pasada colaboración a Regla de Tres, del 6 de julio, preguntándonos acerca de lo dicho por el director del Instituto de Ciencias de la Atmósfera y Cambio Climático de la UNAM, Jorge Zavala Hidalgo, sobre la solución al envenenamiento de agua, suelo y atmósfera “debería de estar fincado en la cooperación de tres sectores: público, privado y académico”. ¿Es factible? ¿Estamos incluidos en sus planes?
El sector privado y la contaminación atmosférica
Ahora referiremos algunas preguntas sobre el papel que juega la iniciativa privada, es decir los amos que realmente nos gobiernan y que en complicidad con los mayordomos-gobiernos en turno, les ordenan omitir leyes o recomendaciones que puedan entorpecer su actividad depredadora. Aunque sabemos de antemano que entre ellos no hay conflicto de interés, son cuadernos de la misma mochila.
Por definición, y bajo los principios morales que intrínsecamente habitan los cerebros-impulsos del sector público y el privado, ya que ambos únicamente piensan en sí y no en el prójimo, es decir, en el agua, tierra, aire, fuego, la vida de las especies humana, vegetal y animal, en la Madre Tierra.
Ellos, los dueños del mundo, de nuestras voluntades y deseos son los que nos han llevado hasta el extremo del exterminio de la vida en la tierra. Y nosotros muy obedientitos, los seguimos.
El “primer mundo”, ¿en qué?
Los países que manejan la economía mundial, por medio de sus aparatos de control, Fondo Monetario Internacional (FMI), Banco Mundial (BM), Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), Organización de la Naciones Unidas (ONU) y sus organismos dependientes como la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), Organización Mundial de la Salud (OMS), La Organización Internacional del Trabajo (OIT), Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), son los que más contaminan la atmósfera. ¿Se le vienen a la mente eventos en que estos organismos han torcido la moral?
Ellos, los del “primer mundo” los poderosos son los que más contaminan agua, tierra aire. Dentro de los países que más contaminan la atmósfera son China, Estados Unidos, Japón, India, Alemania y otros países maquiladores como Brasil, México donde se asientan sus empresas.
Así mismo, en el mapa de contaminación atmosférica por CO2 por habitante, nos indica que los “países del primer mundo” económico, también son los que más contaminan.
Los países menos avanzados emiten menos de una tonelada de CO2 por habitante al año, mientras que los ricos suelen superar las 5 toneladas.
El consumo de fósiles para producir electricidad recae y coincide con los países del “primer mundo”.
Nuevamente los “países del primer mundo” son líderes en el consumo de carne. Alimentar con cárnicos al homo ¿sapiens? implica la ganadería-deforestación o desforestación, una ligada a la otra son camino a la extinción. Producir alimento o pienso (¿y pensamos?) para alimentar bueyes para que lo comamos los otros güeyes. ¿Es el camino correcto? Sólo veamos el consumo per cápita y tipo de carne.
¿Seguiremos imitando a los países del primer mundo para acelerar la extinción en la Nana?
Lucha por la vida
El “primer mundo” controlado por el sector privado y por lo tanto la correa de transmisión del sector público, nos están llevando hacia la extinción de la vida en el planeta. Para los aún pensantes, la tarea y el deber moral y ético es preservar la vida en el planeta y tratar de predicar con el ejemplo y tratar de hablar y emprender acciones para detener el ecocidio.
Ilustración portada: Reco