Regla de Tres

Cuidado como DH, llamado para CIDH

Organizaciones de la sociedad civil piden a la Corte reconocer el cuidado como un derecho humano y su directa relación con el derecho a la autonomía reproductiva de las mujeres

Que se reconozca el cuidado como derecho humano y su interrelación con el derecho a la autonomía reproductiva de las mujeres, y que se establezcan obligaciones para que los Estados lo protejan y garanticen, es el llamado formulado por organizaciones de la sociedad civil a la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).

El llamado se hace en el marco de una solicitud de opinión consultiva realizada por Argentina al tribunal interamericano sobre el contenido y el alcance del derecho al cuidado y su interrelación con otros derechos, conforme a información de la red Ipas Lac.

A partir de ello organizaciones presentaron observaciones que resaltan la necesidad de reconocer la carga desproporcionada de cuidados para las mujeres como un factor que afecta su autonomía reproductiva.

La entrega de la opinión consultiva por Fernanda Díaz de León, subdirectora de Incidencia de Ipas LAC a la CIDH se programó para el medio día del miércoles 13 de marzo.

Cabe apuntar que Ipas es una red internacional de organizaciones locales que trabaja con socios en más de 30 países de África, América y Asia para garantizar que todas las personas tengan acceso a servicios de aborto seguro, de alta calidad.

“El cuidado, que se entiende como todas esas tareas necesarias para sostener la vida productiva y reproductiva, es crucial para el bienestar individual y comunitario. Aquí se incluyen desde el autocuidado y el cuidado directo de otras personas (infancias, personas mayores y personas con discapacidad) hasta el cuidado indirecto, a través de actividades cotidianas como cocinar y limpiar. Históricamente estas tareas han recaído sobre las mujeres y ello se ha visto reforzado por los estereotipos de género que presuponen roles asignados a las mujeres. Esta carga desproporcionada ha afectado continuamente el efectivo goce de sus derechos humanos”, señala Ipas a través de un comunicado.

Los datos que proporciona la red consignan que en todo el mundo las mujeres dedican, en promedio, 3.2 veces más tiempo que los hombres a las tareas de cuidado. En América Latina la brecha entre hombres y mujeres es aún mayor: ellos destinan poco más del 7 por ciento de su tiempo, mientras que ellas invierten casi el 20 por ciento del día en trabajos de cuidado no remunerados ni reconocidos.

“La distribución desigual de los cuidados, con las mujeres asumiendo la mayor carga, perpetúa las inequidades de género en todos los ámbitos sociales y económicos; es decir, pone a las mujeres en desventaja. Eso se ve reflejado en mayores barreras para que ellas puedan acceder al mercado laboral formal, una mayor brecha salarial, menor inserción laboral y mayor informalidad en el empleo, así como mayores barreras para acceder a puestos de poder y decisión”.

Se subraya como consecuencia de esa desigualdad, que hoy día se enfrenta una crisis de cuidados, pues cada vez es más difícil que las mujeres se ocupen de los cuidados sin sacrificar su propio desarrollo, autonomía y bienestar.

“Cada año, ocurren 33 millones de embarazos no deseados en el mundo. Cada uno de estos embarazos, es una maternidad impuesta que afecta, entre otros derechos, el derecho a cuidar de las mujeres y personas con capacidad de gestar y el derecho de las infancias a ser cuidadas. Para garantizar el derecho al cuidado y a ser cuidado, los Estados deben garantizar la autonomía reproductiva mediante el acceso a la educación sexual integral, métodos anticonceptivos adecuados y accesibles y servicios de aborto para quienes desean interrumpir su embarazo”.

Conforme a Ipas la Corte Interamericana tiene la oportunidad de consagrar el derecho al cuidado como un derecho humano autónomo, destacando su íntima conexión con la autonomía reproductiva.

“Necesitamos ejercer el cuidado, en todas sus dimensiones, de forma libre y no coaccionada. Por eso es crucial que se reconozca y garantice, entre otros, la educación sexual integral, información sobre salud sexual y reproductiva, métodos de anticoncepción, servicios de aborto y post aborto, así como condiciones de vida digna. El cuidado es esencial para la vida, por ello este llamado es urgente”.

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