“…es una verdadera lástima que, en pleno 2023, ninguno de los partidos políticos de nuestro país tenga elecciones primarias abiertas, democráticas y transparentes para definir a sus abanderados…”
Francisco Viveros Dávalos
Vivero de Ideas
Luego de casi dos años de secretos a voces y patadas por debajo de la mesa al interior de los partidos políticos de México, comenzaron por fin los procesos de validación de candidatos (as) a la Presidencia de la República, que hoy día adquieren el eufemismo de “pre campañas”, y de las cuales se encargará el presente Vivero de ideas.
Quizá la que más preocupe es la de la hidalguense Xóchitl Gálvez, pues todavía no se termina de entender bien el concepto de la coalición Frente Amplio por México: dice ser una candidata “externa” a los partidos políticos, postulada por las tres agrupaciones de mayor tradición en México. Asegura ser progresista (inclusive izquierdista) pero inicia su pre campaña felicitando al ultraderechista argentino Javier Milei por su triunfo electoral, al tiempo que integra en su equipo a figuras rancias del panismo y el priismo nacional.
Por si fuera poco, a lo largo de su designación como candidata presidencial, varios militantes de los tres institutos que la postulan, han saltado del barco argumentando dedazos y procesos poco transparentes de selección de candidaturas, al igual que en la carrera por la jefatura de Gobierno de la Ciudad de México.
Para rematar, uno de los argumentos centrales de su campaña (la llamada meritocracia), parece estar alejada de la realidad socioeconómica de la mayoría de los sectores de nuestro país. En su lugar, debería apelar a políticas públicas de carácter progresivo, que comiencen a generar movilidad social en un país sumido en las desigualdades producto del vigente modelo económico neoliberal.
La ausencia de un programa de gobierno robusto y que logre permear en la opinión pública también resulta alarmante, si se tiene en cuenta que hasta ahora, la única astucia de esta trilogía electoral ha sido aglutinar voces furibundas contra Andrés Manuel López Obrador. Por cierto, se cuenta con un documento redactado por el ex titular de la Secretaría de Hacienda, José Ángel Gurría, sin embrago, apenas se menciona como anécdota.
La efímera pre candidatura de Samuel García por parte de Movimiento Ciudadano deja un sabor agridulce. Por un lado, entusiasma mucho un discurso fresco que pretenda desmarcarse de los esquemas tradicionales de la política, y sobre todo, que busque acercarse a las juventudes de nuestro país.
Sin embargo, la inestabilidad política que dejó en Nuevo León su intento de buscar la presidencia de la república (tal como aconteció con su antecesor Jaime Rodríguez El Bronco), lo obliga a bajarse de un proyecto que ya le daba al movimiento naranja hasta diez puntos iniciales en las encuestas. Ojalá la dirigencia de dicha agrupación política, tome una decisión seria en torno a quién será su representante en los próximos comicios.
Queda también la incógnita de cuál será el programa de gobierno que ofrecerá el partido MC, tomando en cuenta que, junto con políticos ex priístas y miembros de la sociedad civil organizada signaron el documento denominado “Mexicolectivo”.
Mientras que del lado del oficialismo, la nada sorpresiva designación de Claudia Sheinbaum como candidata de la coalición Juntos Hacemos Historia deja un fuerte descalabro en el equipo del ex canciller Marcelo Ebrard, quien de haber quedado en segundo lugar, ha desaparecido casi por completo de la escena pública tras denunciar opacidad en el método de selección de candidatos presidenciales.
En este tenor, las respectivas encuestas para definir candidaturas a gobiernos estatales tampoco deja claros los criterios que fueron empleados por la dirigencia nacional. Por citar un ejemplo, en la Ciudad de México quedó desplazado el pre candidato mejor posicionado en las encuestas, Omar García Harfuch, para dar paso a la ex alcaldesa de Iztapalapa, Clara Brugada. ¿La decisión se tomó en virtud de las cuotas de género, o habrá sido acaso para evitar una rebelión en la granja? De ser así ¿Qué tiene más peso: la opinión de la militancia, la paridad de género o las tribus del partido guinda?
Por otro lado, si bien llena de mucho optimismo la inclusión de académicos, intelectuales y prominentes figuras de la política mexicana como Juan Ramón De La Fuente, Gerardo Esquivel, Lorenzo Meyer o Javier Corral, queda la incógnita de qué tanto margen de acción tendrán los notables frente al documento que ya había realizado el ala dura de Morena, esperando que no sea un refrendo de eslóganes baratos de campaña. De igual forma, sigue siendo un enigma qué tanto se podrá desmarcar Sheinbaum de la sombra que hará López Obrador a partir del 2024.
En cualquiera de los tres casos, se pueden enunciar varias reflexiones en torno al proceso de selección de candidaturas presidenciales: Primero, es una verdadera lástima que, en pleno 2023, ninguno de los partidos políticos de nuestro país tenga elecciones primarias abiertas, democráticas y transparentes para definir a sus abanderados; son las cúpulas y camarillas las que tienen la última palabra.
Segundo, de muy poco sirve que la ley marque tiempos para el inicio de pre campañas y campañas presidenciales, si desde mucho tiempo atrás, las decisiones ya están tomadas y la opinión pública está por demás inmersa en las agendas electorales.
Finalmente, a pesar de que aún se trata de un proceso previo, queda claro que los programas de gobierno son dejados al último momento, privilegiando antes los nombres y apellidos que habrán de encabezarlos.
Ilustración portada: Pity