A poco más de 12 años que la comunidad eligió por vez primera su Concejo Mayor de Gobierno Comunal, la participación de los cheranenses para definir a sus autoridades se encuentra en declive
Patricia Monreal
El 22 de enero de 2012, en un hecho histórico en Michoacán, cerca de tres mil cheranenses acudieron a las asambleas de sus cuatro barrios para elegir por el método de usos y costumbres a los doce integrantes de su Concejo Mayor Comunal. Doce años después, el ánimo se percibe distinto y los llamados a la participación retumban afanosos entre comuneros.
Es 19 de mayo, domingo, y por quinta ocasión los cheranenses eligen a sus autoridades en las asambleas de sus cuatro barrios: Jarhukutini, Ketsïkua, Karakua y P’arhikutini.
Cerca de las nueve de la mañana los integrantes de la Comisión de Enlace de Cherán y autoridades del Instituto Electoral de Michoacán (IEM) realizan los preparativos para la jornada con la instalación de las mesas de registro, la sillería en cada una de las sedes, y la colocación de toldos en el barrio cuarto.
La intención es superar la participación registrada en 2021, cuando los respaldos registrados ascendieron a dos mil 219, según expone la consejera electoral Viridiana Villaseñor Aguirre, presidenta de la Comisión Electoral para la Atención a Pueblos Indígenas del IEM.
“Trabajamos ampliamente con la Comisión de Enlace que es la encargada de organizar el proceso de renovación en cuanto a la difusión, tuvimos difusión en radio, en Facebook con pautados para llegar a más personas de Cherán”, refiere en entrevista previa al arranque de las asambleas.
En la convocatoria quedó asentado que para formar parte del Concejo Mayor de Gobierno Comunal había que cumplir seis principios: Ánchikurhiti (trabajador), Jakájkuti (el que obedece, respeta y conoce), P’urhéjkuti (el que cumple con su deber en la familia, en la comunidad y en la sociedad en general), Kaxúmbiti (el que nos representa en valores y principios), Marhuátspeti (el que sirve y ayuda), y Jánaskati (el que sabe, el de la experiencia).
También, en la convocatoria se incorporó el requisito de la edad para ser kʼeri, es decir, autoridad integrante del Concejo. Como en ocasiones anteriores, un mínimo de 45 años fue el candado previsto.
A las once de la mañana se dan los primeros registros de participantes para las asambleas programadas a las 12:00 horas. El sonido de un cohetón anuncia al medio día el arranque de los trabajos en uno de los barrios.
En Jarhukutini, el barrio primero, el párroco de la comunidad da un breve mensaje pidiendo llevar en paz los trabajos; tras manifestar respeto a los no católicos convoca a rezar el rosario antes de iniciar la asamblea, es su primera vez en una elección en Cherán, comunidad a la que arribó para oficiar hace apenas siete meses.
Durante el desarrollo de las asambleas en cada uno de los barrios, sólo participan quienes habitan en ellos y la autoridad electoral. Medios de comunicación no tienen acceso, como tampoco quienes viven en otros barrios.
Los sonidos que se escapan entre los muros y enrejados de las escuelas en que se desarrollan los trabajos permiten conocer parte de las discusiones y el ánimo que priva. Sólo en el barrio cuarto, P’arhikutini, el evento se realiza sobre la calle, a un costado de la primaria “Federico Hernández Tapia”.
En el barrio primero, se escucha el nombre de una comunera propuesta por una de las fogatas establecidas para cuidar la comunidad, su voz apenas se percibe entre los muros de la escuela “Casimiro Leco López”: “no voy a poder aceptar, no puedo, tengo que llevarle yo la comida a mis papás todos los días”.
Aunque se ha venido incrementando, la participación de las cheranenses en el Concejo Mayor del Gobierno Comunal nunca ha sido paritaria, los hombres han predominado en los 12 espacios y las convocatorias no establecen la obligación de que ésta se dé.
“Aquí quien determina es la comunidad”, apunta Marco Hugo Guardián Lemus, integrante de la Comisión de Enlace Uandakua Kuajpiri Cherán, K´eri: “nosotros como Comisión no podemos decir qué cantidad de hombres o mujeres van a participar dentro del proceso, eso lo determina la comunidad en las asambleas; es la misma gente la que decide cuántos hombres y mujeres participan con base a las cualidades que ven, cualidades morales que cada una de las fogatas y las asambleas analizan”.
Marco explica que el proceso se ha dado de esa manera, aunque acota que en la estructura actual del Gobierno Comunal es en la que más mujeres han participado, no específicamente en el Concejo Mayor sino en el cuerpo de toda la administración. “Entonces quiere decir que la mujer ha tenido más presencia con los años dentro del propio sistema de usos y costumbres”, defiende.
De los 60 integrantes del Concejo que han sido nombrados de 2012 a la fecha en Cherán, sólo 16 han sido mujeres: en 2012 fue designada Gloria Fabián Campos; en 2015, María Dolores Santaclara Gembe, Seferiana Fabián Torja y María Elena Hurtado Rosas; en 2018, Patricia Hernández Pulido, Albertina Sánchez Juárez y Claudia Rojas Hernández; en 2021, Sonia Xóchitl Guerrero Sánchez, Isabel Fabián Fabián, Josefina Velázquez Romero, Silvia Silvia Hernández y María de la Luz Estrada Velázquez; y en este 2024 Fidela Durán Herrera, María de la Luz Torres Tomás, María Guadalupe Ríos Amezcua y Genoveva Lemus Juárez.
Las asambleas en los barrios primero, tercero y cuarto se desarrollan sin mayores contratiempos, no así en la del barrio segundo Ketsïkua celebrada en la secundaria federal “General Lázaro Cárdenas”, en donde no hay las propuestas suficientes para lograr los tres integrantes del Concejo que les corresponden.
La álgida discusión puede escucharse hasta la calle, con duros reproches por la resistencia a participar. Incluso se cuestiona el por qué la convocatoria estableció como edad mínima 45 años para ser concejal, lo que reduce el margen para contar con más perfiles.
Entre las propuestas está el bajar la edad a 40 años, o bien sólo elegir a los dos perfiles existentes y postergar la definición del tercero para el domingo 26 de mayo en una nueva asamblea, al final, el último planteamiento es el que prevalece.
Poco después, reunidos los comuneros de los cuatro barrios en la plaza principal de Cherán en asamblea general para que los nuevos k´eri sean presentados, el consejero Juan Adolfo Montiel Hernández del IEM, tras atestiguar los trabajos de la asamblea en el barrio segundo, hace un recuento de lo ocurrido y pone especial énfasis en el tema de la participación.
“Habría que observar que es necesario trabajar en la participación, ya que en los anteriores procesos, en los barrios siempre ha habido más de tres propuestas, y creo que ahora el que haya sólo dos deja mucho qué pensar en que es necesario generar interés y participación para que pueda haber más propuestas y no menos en cada barrio”, señala.
Y sí, el tema de la participación preocupa no sólo a quienes forman parte del barrio segundo. En su presentación ante la comunidad, entre los nuevos k´eri hay quienes se pronuncian al respecto.
Los números lo demuestran, este año, la participación de los cheranenses ha sido la más baja desde que optaron por designar a sus autoridades por la vía de usos y costumbres.
En 2012, cuando fue la primera elección de su Concejo, el número de respaldos para sus autoridades fue de dos mil 981 cheranenses; para 2015 la cifra creció a tres mil 333 respaldos; en 2018 empezó a bajar, fueron dos mil 954; para 2021, sumaron dos mil 219 respaldos; y en este 2024, el número sólo alcanzó los mil 657.
Con un respaldo a la baja -y un concejal por definir- los k´eri designados en esta jornada y que habrán de iniciar funciones el primero de septiembre próximo son: Fidel Ambrosio Sebastián, Genoveva Lemus Juárez y Joel Mateo Cortés del barrio primero; María de la Luz Torres Tomás y Galindo Sosa Sosa del barrio segundo; María Guadalupe Ríos Amezcua, Francisco Rosas Tomás y Melquiades Romero Huerta del barrio tercero; y Francisco Tapia Campanur, César Montoya Hernández y Fidela Durán Herrera del barrio cuatro.
La preocupación sobre la participación no radica sólo en torno a la elección de las autoridades de la comunidad, sino también en tareas como el cuidado y la defensa del bosque que fue el origen de la lucha en Cherán.
En la madrugada del 15 de abril de 2011, hartos de las omisiones de las autoridades estatales, de la colusión de las municipales con grupos delincuenciales, y de la constante irrupción de talamontes arrasando los bosques, los comuneros optaron por la autodefensa, montando barricadas en sus barrios y controles de acceso a la comunidad.
Fidela Durán Herrera, nueva k´eri espeta ante la asamblea congregada en la plaza principal: “¿por qué nos levantamos?, ¡por el bosque!, ¿no es cierto compañeros?, ¿qué dijo el señor cura cuando nos levantamos?, gracias mujeres valientes porque no hay hombres dijo, solamente hay mujeres porque ¿cómo está quedando el cerro de San Miguel?, dijo, y dejen darles la bendición, y nos dio la bendición, y ¿quién murió de mujeres me pregunto yo?, ¿por qué?, porque el señor cura ya nos había dado la bendición, y todas ¿por qué?, ¡por los bosques!”.
Micrófono en mano Fidela convoca: “Yo espero que vayamos a seguir plantando bosques porque ya no se ha hecho, ahorita con todos los compañeros vamos a ponernos de acuerdo, y que sigamos adelante los 12, y ¡que no se desgrane la mazorca como se ha desgranado!”.
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