Esta elección vivió probablemente las precampaña más extensas de la historia de México. Además de los discursos vacíos, hubo algunas líneas que marcaron la narrativa de los candidatos presidenciales
Beatriz Rojas
El proceso electoral 2023-2024 en realidad empezó mucho antes de lo previsto en la ley. Con otros nombres, los partidos políticos más grandes comenzaron a hacer precampaña con meses de anticipación. Aquí un breve vistazo de lo que marcó las campañas presidenciales.
Sheinbaum, en disputa con sus propios compañeros
Claudia Sheinbaum Pardo empezó a hacer pre-precampaña más o menos un año antes de lo previsto en la ley, meses después de que se desplomaran la Línea 12 del metro y antes, el colegio Rébsamen en la Ciudad de México durante su administración, situaciones que según ella misma declaró durante el primer debate presidencial, están explicadas y debidamente justificadas en su página electrónica, pero no lo están.
La primera batalla la libró dentro de su propio partido, contra las otras “corcholatas”, como burlonamente les llamaría en un despliegue de incapacidad para generar metáforas Andrés Manuel López Obrador, porque “se destapan”.
Marcelo Ebrard y Claudia Sheinbaum peleaban por los espacios en los muros de la Ciudad de México, se borraba el nombre de uno y aparecía mágicamente el de la otra, y todavía distaba mucho el inicio de las precampañas.
En distintas partes del país comenzaron a lucir espectaculares con la silueta de la jefa de Gobierno de la Ciudad de México. Se trataba de una enorme casualidad, pues ciudadanos organizados y con buenos ingresos decidieron colocarlas simultáneamente, según Morena. Más tarde, sus diputados federales reconocerían que ellos mismos los habían financiado y debieron retirarlos por determinación judicial.
Luego vino el pleito ya en la definición de precandidaturas, o mejor dicho, del cargo inventado con el pomposo nombre de «Coordinador de la Defensa de la Cuarta Transformación», que automáticamente se transformaría en precandidato, cuando el calendario electoral lo marcara. Ebrard no aceptaba los resultados de las supuestas encuestas y al final, la reconciliación y cargos para todas las corcholatas, menos Ebrard.
Al principio de las campañas, el expresidente Vicente Fox hizo un comentario negativo acerca de que profesa la religión judía y aunque Xóchitl Gálvez lo reprobó en ese momento, para el último debate criticó que a pesar de no ser católica, la candidata de Morena vistió un traje con la imagen de la Virgen de Guadalupe y fue a buscar la bendición del Papa Francisco. En el segundo debate, la vinculó con la figura de la Santa Muerte, por una imagen que circulaba en redes sociales y que se convirtió en playeras para los seguidores de López Obrador, en donde se veía una imagen de la Muerte y la leyenda «un verdadero hombre no habla mal de López Obrador».
Sus principales propuestas de campaña: dar una pensión a mujeres de entre 60 y 65 años, becar a todos los niños de educación básica y media superior en el sistema público y seguir con todas las políticas y reformas llevadas a cabo por su líder moral.
Xóchitl, la candidata anti-AMLO
Xóchitl Gálvez también empezó antes de tiempo, fue destapada por el propio AMLO antes siquiera de que ella misma se imaginara en la silla presidencial. Al menos es lo que ella dice.
Desde el Senado, mantuvo una fuerte crítica hacia Morena y lo que representa la Cuatroté, al grado de llegar vestida de dinosaurio, de grabarse despegando la publicidad de Sheinbaum de las estaciones del metro y de ir a tocar las puertas de Palacio Nacional para exigir su derecho de réplica ante ataques en su contra por parte de López Obrador, pero no se le abrió, a pesar de que había una orden judicial para que se le diera un espacio en la mañanera.
Se le comenzó a voltear a ver más que como una senadora del PAN, como una figura política que representaba una fuerte oposición hacia el Presidente de la República, Morena y todo lo que representaban. El mismo López Obrador y su partido alimentaron esta imagen, que fue creciendo hasta convertirla en la precandidata virtual, también antes de tiempo y también con otro nombre.
Arrancaron las campañas y muchos piensan que la candidata de la coalición Fuerza y Corazón por México se “desinfló”. Su vocero de campaña, Santiago Creel, no se dio por aludido y se fue de vacaciones. Cuando regresó argumentó que no estaba enterado de su cargo, a pesar de que se anunció públicamente. Él quería ser candidato.
Entonces vinieron las oleadas de guerra sucia, de un bando y del otro, a veces hasta fuego interno, aunque un tanto más cargadas hacia la candidata opositora. Probablemente su peor momento fue cuando el presidente del PAN, Marko Cortés, dio a conocer un acuerdo que hizo con el presidente del PRI, Alejandro Moreno, en donde se repartían cargos públicos en Coahuila, en caso de que ganara su candidato.
El mayor ataque de parte de Claudia Sheinbaum y sus seguidores hacia Xóchitl fue llamarla «candidata del PRIAN» y uno de sus mayores lastres fue, precisamente, abanderar a esos partidos y en un lapsus, prácticamente llamó corrupto al dirigente del PRI.
El otro ataque más común iba cargado ya sea de clasismo: «la señora de las gelatinas», en contraposición con «la doctora Claudia» o de violencia de género: «la botarga». O bien, los morenistas optaron por anularla del todo, no llamándola nunca por su nombre. La propia Sheinbaum, durante el primer debate, no volteaba a verla, no la llamaba por su nombre y no respondía a sus cuestionamientos.
Se filtró además un video de años atrás en donde se exhibía a su hijo en estado de ebriedad, situación que públicamente rechazaron su contrincante y la esposa de López Obrador, Beatriz Gutiérrez.
Ya a finales de su campaña, Xóchitl Gálvez se apropiaría de la marea rosa, un movimiento que había surgido como apartidista y que se levantó en defensa del Instituto Nacional Electoral, cuando desde Palacio Nacional se intentaba imponer una reforma que le restaría autonomía, recursos y capacidades.
Coincidió que muchos de los participantes del movimiento estuvieran en contra de las políticas de Andrés Manuel López Obrador y de su partido, lo que aprovechó el equipo de campaña de Xóchitl para convocar a una nueva marcha, con un motivo un tanto confuso, justo el mismo día en que se llevaría a cabo el segundo debate, con la candidata como oradora principal, lo que en opinión de algunos la llevó a llegar cansada al debate.
Curiosamente, la CNTE decidió plantarse en el Zócalo justo antes de que se llevara a cabo esta movilización y justo cuando AMLO anunció un incremento a su salario y más curioso aun, fue que el magisterio accediera a quitarse para el cierre de campaña de Sheinbaum.
Sus principales propuestas: regresar el Seguro Popular, crear una mega cárcel, fortalecer la educación superior, revertir las políticas de la 4T y mantener los programas sociales.
Máynez, entre accidentes
La campaña de Jorge Álvarez Máynez comenzó -y terminó- accidentada. Originalmente, Movimiento Ciudadano había pensado en el gobernador de Nuevo León, Samuel García, para candidato presidencial, pero su mala relación con el Congreso de su entidad, en el que su partido no tiene mayoría, lo llevaría a perder la candidatura, pues para cuando se le concedió la licencia, ya habían vencido los tiempos legales para registrarse.
Se dice que fueron considerados entonces Luis Donaldo Colosio y Patricia Mercado, pero rechazaron la candidatura, quedaban descartados Mariana Rodríguez, por la edad y Enrique Alfaro, quien hizo pública su molestia porque su partido no fuera en alianza con el resto de opositores. Quedó Máynez.
Fue el único candidato que respetó los tiempos legales para hacer campaña y a pesar de tener menos tiempo, su canción lo convirtió en el candidato favorito de los niños. El mayor obstáculo para MC es que los niños no votan.
El hasta entonces diputado federal se enfocó en el sector poblacional que vota por primera vez y se dedicó a recorrer universidades. En ese grupo poblacional tuvo buena recepción, por eso los partidos de Sigamos Haciendo Historia celebrarían por todo lo alto cuando en un ejercicio de simulacro llevado a cabo en algunas universidades del país, Claudia Sheinbaum quedó como ganadora.
Irónicamente, Samuel García se convirtió en un punto fuerte y a la vez un punto débil para el candidato fosfo. Su destape se dio en un video en donde estaban juntos tomando cerveza, lo cual fue criticado por algunos sectores. Su peor momento fue en Nuevo León, en San Pedro Garza García, cuando fuertes vientos desprendieron una pantalla y echaron abajo el templete durante un acto de campaña. Murieron nueve personas.
Desde entonces todo fue en picada para Máynez. Su reacción instintiva de huir cuando comenzó a temblar el escenario fue motivo de ataques por parte de los simpatizantes de otros partidos, el video que grabó desde el hospital desafortunado desde el punto de vista de la comunicación política y su cierre de campaña incierto, puesto que Mariana Rodríguez, candidata a la alcaldía de Monterrey y esposa del gobernador de Nuevo León, sugirió que en vez de cierre de campaña se donara el dinero a los damnificados durante el mitin.
Esta propuesta, por cierto, no es realizable. Basta recordar cuando Morena anunció en el proceso electoral de 2018 que donaría una porción de sus prerrogativas a los damnificados del sismo de 2017, lo cual no sucedió.
Las propuestas de Máynez: impulsar la despenalización del consumo de la mariguana, sacar al Ejército de las calles, crear becas para estudiantes universitarios tanto del sistema público como el privado y atraer Inversión Extranjera Directa mediante el modelo de nearshoring.