“Hemos deteriorado al planeta hasta casi ponerlo al borde del colapso. ¿Ya estaremos en él sin siquiera darnos cuenta? ¿Nos estamos suicidando, aplicando la eutanasia involuntaria?”
Leopoldo Chassin Ramírez
Palabras y Utopías
Ahora me meto en las fauces, la cueva del lobo de la Ciencia-Tecnología (C-T).
Los científicos-técnicos, quemando su sesera y las pestañas en aras del conocimiento científico han publicado cientos de libros, revistas, miles de páginas, donde vierten su experiencia que generalmente se encuentra circunscrita, encerrada, encarcelada en la parcela del conocimiento en la que han invertido su vida, llevando a cuestas esfuerzos inimaginables por los legos.
Ese terrible encierro en el que se metieron bajo los cánones del conocimiento fáctico, que generalmente se nos introyecta en las escuelas, que a su vez ha nublado nuestra visión-oído-tacto-gusto y quizá lo peor, sea el no sentir lo que siente y sufre el prójimo, y no me refiero únicamente a los seres humanos, a los seres vivos. ¿Acaso la tierra no es un ser vivo?
Ellos, los guardianes de la vida, continúan llamando “madre tierra, pachamama” a la tierra, pues en ella, afirma la C-T, nació la vida, y de ahí que se diga que estamos asesinando a nuestra “madre tierra”.
Hemos deteriorado al planeta hasta casi ponerlo al borde del colapso. ¿Ya estaremos en él sin siquiera darnos cuenta? ¿Nos estamos suicidando, aplicando la eutanasia involuntaria?
Agua-Vida
Nos hablan por doquier sobre algunas de las medidas que se están tomando para resolver el problema del desabasto de agua, desabasto que la misma C-T creó para la insaciabilidad y consumo irrefrenable del homo…
La perforación de pozos profundísimos para dar agua principalmente a las industrias depredadoras productoras de forraje, carne para consumo humano, agua embotellada, productoras de berries, aguacate, jitomate…. (que consumen 7 de cada 10 litros de agua disponible) y los 3 litros restantes para los sedientos habitantes. Eso dicen los expertos y con cierto escepticismo lo creo.
¿Acaso seguiremos en el municipio, estado, país, mundo el mismo caminito de la Ciudad de México que cada día se hunde más y más y depende del agua subterránea y saqueando a los estados colindantes? Según la Comisión Nacional del Agua (Conagua) cientos de pozos han dejado de bombear ante la baja continua de los niveles de agua subterránea. ¿Pretenderemos encontrar agua en el mismito magma?
La Conagua dice que en el país existen 5 mil presas y bordos y de ellas el 45 por ciento de las presas se encuentran con menos la mitad de su capacidad, llevando consigo una menos disponibilidad para la generación de energía eléctrica.
En su Número Especial de Conagua resalta en su encabezado: “Celebramos juntos 35 años de una administración hídrica eficiente y llena de retos” ¿Eficiente? ¿Será? Sinvergüenzas.
¿Alguien me podría explicar?
Se supone que la C-T se creó para otros propósitos diferentes a la destrucción de la vida, sin embargo la paradoja es que la misma medida que avanza, el mundo, nuestra casa, cada día se encuentra al borde de la extinción.
Una más. ¿Cómo es posible explicar la conducta de creadores del conocimiento científico que se dicen preocupados por lo que está aconteciendo a nuestro rededor, y por supuesto el de ellos también, y que publiquen en diferentes medios que tratan sobre los desastres provocados por el homo? ¿Por qué casi nunca van a la raíz de las causas que provocan tan letales efectos? ¿Será que su investigación está tan encerrada, encarcelada en la parcela del conocimiento en la que han invertido su vida? ¿Temor?
Otra más. Si hacemos una pequeña búsqueda en las entrañas del diosito que nos saca del apuro momentáneo, es decir la web, encontraremos varias paradojas en la ciencia-tecnología y sus creadores.
Por ejemplo, hace algunos días llegó a mis manos un suplemento compartido por un compañero por medio de la web, que contenía una introducción sobre el Cambio Climático salido de investigadores que presupongo trabajan en la Universidad Nacional Autónoma de México.
En el suplemento aparecen varias contribuciones, pero vaya sorpresa. No son de acceso gratuito. ¿Qué los motivó a realizar su investigación? ¿El conocimiento, el dinero, el ego, la ideología? ¿Es ético?
En la película Oppenheimer aparece ese dilema. Gracias al queridísimo Tona la vimos en su cantón en medio de palomitas, chelas. Imperdible. ¿Cómo entender que Oppenheimer haya recibido de L. B. Johnson un premio?
¿Se habrán preguntado los creadores de C-T si sus aportaciones contribuyen en algo para preservar la VIDA en la madre tierra? ¿Será que no se han preguntado si su contribución científica-tecnológica está tan aislada del bien común en la tierra?
Quizá viendo la peli podrán meditar su quehacer.
Fuentes:
Una carta del jefe Seattle, de la tribu Suwamish al presidente de EU
Somos Conagua
Libros UNAM, cambio climático
Oppenheimer
Ilustración portada: Luna Monreal