“En lo que se refiere a Salud Pública, la administración queda a deber el modelo danés…”
Francisco Vivero Dávalos
Vivero de Ideas
No hay fecha que no llegue ni plazo que no se venza, y el gobierno de Andrés Manuel López Obrador ha llegado a su fin. El presente Vivero de Ideasintentará hacer una breve evaluación, más allá de filias y fobias, de la llamada Cuarta Transformación.
Mención honorífica amerita el trabajo realizado en la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano: Las obras que llevó a cabo la dependencia cuentan con enfoque de bienestar social, fueron ganadoras de premios internacionales y contrastan abismalmente con la Estafa Maestra de Rosario Robles.
El desempeño de Marcelo Ebrard fue muy sobresaliente: no solo condujo la Secretaría de Relaciones Exteriores, sino también sacó a su jefe de varios apuros frente a las crisis migratoria, de seguridad pública o por covid-19, por mencionar algunas.
La Nueva Escuela Mexicana promete un cambio en los paradigmas de la Educación Pública. Ojalá se le dé seguimiento y se pulan algunos detalles, sobre todo aquellos relacionados con los polémicos Libros de Texto Gratuitos.
En materia laboral es de reconocer el aumento al salario mínimo, el acompañamiento a la iniciativa Vacaciones Dignas(impulsada también por legisladores de Movimiento Ciudadano), así como el programa Jóvenes Construyendo el Futuro. Políticas que lucirían aún más si Morena y aliados se hubieran atrevido a promover una Reforma Fiscal.
Los programas sociales (como apoyos a las personas de la tercera edad o las becas “Benito Juárez”), tienen buenas intenciones, pero podrían estar diseñados de tal forma que fueran más progresivos y transparentes.
En materia económica, la administración pasó de panzazo: si bien se observa un aumento en los precios de la comida y algunos servicios, éstos no han sido tan bruscos como en otros países, especialmente en un contexto post pandemia. De nueva cuenta, es una pena que sean pocas las voces que pugnemos por una Reforma Fiscal.
La cartera ambiental está llena de claroscuros: Por un lado se deja de lado el proyecto del Aeropuerto de Texcoco, al tiempo que el tramo 5 del Tren Maya activó las alarmas de activistas ambientales. Por su parte, la lucha contra el uso del glifosato iniciada por el doctor Víctor Toledo y obstaculizada por Alfonso Romo, sigue pendiente. Mientras que los recortes presupuestales golpearon severamente a las dependencias del ramo.
En lo que se refiere a Salud Pública, esta administración queda a deber el modelo danés y la breve existencia del Instituto Nacional de Salud para el Bienestar deja un mal sabor de boca.
La gestión de la pandemia por Covid-19 también se llena de contrastes: Un Jorge Alcocer prácticamente ausente frente a un Hugo López Gatell con una gran responsabilidad a cuestas, hecho a un lado por sus compañeros, e indebidamente maltratado por la oposición. Esto sin contar el sistema de salud ya debilitado por gobiernos anteriores, y la problemática de enfermedades crónicas y obesidad sin ser atendida.
La Austeridad Republicanapor su parte fue un craso error: En vez de acabar con la corrupción, lo único que logró fue debilitar a las instituciones encargadas de rubros que van desde investigación científica y protección ambiental, hasta deporte, cultura y artes, e incluso la protección civil ante desastres naturales.
El esquema de comunicación institucional a lo largo del sexenio, también fue desafortunado: un vocero muy mediocre, conferencias de prensa matutinas que expusieron al Presidente a episodios penosos como aquél de los otros datos y una relación hostil con otras fuerzas políticas, Poderes de la Unión y poderes fácticos, desgastaron innecesariamente la opinión pública.
Pero quizás el pendiente más grave que deja AMLO es el de inseguridad y violaciones a los Derechos Humanos: un Fiscal General pernicioso para el país, la sumisión ante el Ejército Mexicano, la ocupación territorial por grupos del crimen organizado, una creciente ola de homicidios y feminicidios, millares de personas desaparecidas y ataques contra periodistas y defensores del territorio, constituyen una herencia poco amigable para la doctora Claudia Sheinbaum.
En síntesis: Sin duda nos encontramos frente a un gobierno que cierra el sexenio con una aprobación que ronda el 60 por ciento, pero a su vez deja varios pendientes y no logra instalar del todo la noción de ser de izquierda progresista.
Se espera con ansias que en este segundo piso de la Cuarta Transformaciónse dé continuidad a los programas exitosos y se corrija el rumbo en las áreas que no lo fueron.
Ilustración portada: Luna Monreal