Regla de Tres

Dafne, bajo la sombra del acoso


Su historia es de las que se tejen con hebras de distintas violencias, en donde el derecho de la mujer para vivir una vida libre de éstas, es sólo tinta en el papel

“Por favor, devuélveme a mi bebé”, suplicó Dafne entre lágrimas a David, él –desde el otro lado de la línea- respondió: “¿ahora sí?, ¡ahora no!, ahora va la que es”.

A bordo de un automóvil ella recorría las calles a la espera de que él le indicara algún lugar para reunirse. Habían transcurrido un par de días desde que David irrumpió en su casa para sustraer a su bebé de nueve meses, Dafne tenía la esperanza de poder reencontrarse con su hijo en esa ocasión.

La primavera tocaba a la puerta en Uruapan, tercer municipio de México en el que la población se siente más insegura en México conforme a los datos del INEGI. Para marzo de 2024, ya acumulaba 60 denuncias por homicidio, dos por feminicidio, 14 por violencia familiar, tres por secuestro y 92 por amenazas, en suma, mil 324 denuncias por múltiples delitos en un lapso de 13 semanas según cifras de la Fiscalía General del Estado.

Cuando Dafne llegó a Michoacán hace nueve años, jamás pensó que formaría parte de la funesta estadística uruapense. Su historia, es de las que se tejen con hebras de distintas violencias, en donde el derecho de la mujer para vivir una vida libre de éstas, es sólo tinta en el papel

Ella visitó el estado y le gustó, tuvo sus dos primeros hijos en tierras michoacanas, en donde se ha desarrollado en el sector de bienes raíces, aunque también es abogada y chef repostera. Para estar con ella, su madre y su hermano siguieron sus pasos y optaron por mudarse a Uruapan.

Dafne conoció a David a través de las redes sociales, luego en persona, así entablaron amistad que a la larga derivó en una relación amorosa. Esta dinámica es usual en México, país en donde el 41.3 por ciento de los internautas conoció a su pareja actual a través de la web según el estudio “El amor en los tiempos de las Telecom, 2024” que realiza The Competitive Intelligence Unit.

“Primero fue por redes sociales, luego en un restaurante, por amigos, fue como una amistad se podría decir, porque en ese momento yo estaba saliendo con otra persona. Toda la vida me invitaba a Cancún, me marcaba, me decía que cuándo saldríamos y siempre estuvo como muy insistente conmigo”, recuerda Dafne.

Tras concluir la relación que tenía, ella se sentía vulnerable y aceptó salir con él, “no perdió oportunidad, empezó a conquistarme, flores, restaurantes, regalos, más flores y más flores. Fue una relación fue muy intensa, muy bonita, nos la pasábamos todos los días juntos, todo el tiempo para todos lados, todos los días.

“Conmigo siempre fue una persona que aparentaba ser trabajador; lo que sí, es que empecé a ver banderitas rojas por que fumaba mucha marihuana y tomaba mucho, pero yo dije, pues es parte de ¿no?, o sea, es más chico que yo, tengo que entenderlo, tengo que dejarlo ser y comprenderlo”.

A los cinco meses, cuando la relación se había afianzado, David le pidió a Dafne que tuvieran un hijo. “Yo lo que quería era formar una familia, le pregunté si él estaba seguro porque yo lo que quería era eso, me insistió mucho, me dijo que sí, que se iba a casar conmigo, que íbamos a formar una familia, yo pensé, bueno él no tiene hijos, no tiene hermanos, es hijo único, entonces sí puede ser esta una opción de que él forme una familia en serio”.

Dafne no imaginó que volverse a embarazar abriría ruta en su vida a la violencia, al miedo y al acoso, aunque había percibido ya rechazo en el ámbito familiar de David, particularmente de su madre quien, no estaba de acuerdo que él anduviera con una mujer seis años mayor.

“Su mamá desde un principio me dijo que ella jamás iba a permitir que yo me quedara con su hijo, que porque yo era una vividora, que lo embarqué, que… las típicas palabras de una señora que, perdón que lo diga, pueden tener dinero pero no tiene ni educación, principios, ni valores.

“Cuando me embarazo, él se puso feliz, era lo que más quería y andaba contento, le dijo a todo mundo y lo empezaron a atacar, que cómo era posible que fuera a tener un bebé con una persona más grande que él, con hijos, empezaron a hacerlo sentir mal, con bullying, a decir que él merecía una mujer mejor que yo en todos los sentidos, tanto física como económicamente, porque se podría decir que su estatus aparentemente social es de puros niños ricos, hijos de aguacateros, de productores; de una u otra manera siempre me hacían menos por no tener ese estatus económico, sin embargo, siempre les demostré que era una mujer trabajadora, que tenía carrera, en todos lados traté de comportarme bien”.

Revelación de violencia

Para Dafne, la fiesta de revelación sobre el sexo de su bebé, fue también anuncio de la violencia en ciernes. Ese día la madre de David, tomó de más, “arruinó totalmente el evento, tiró la mesa de dulces, yo me fui llorando con mi familia porque hizo un circo, a él le dolió mucho y dejó también a todos sus invitados y se fue a la playa, a mí me dejó irme con mi familia, a mi mamá le pidió disculpas, le dijo que entendieran que su mamá no sabe leer ni escribir y que no entendía muchas cosas, mi mamá le dijo, no te preocupes David no pasa nada, solo quiero decirte que la educación no tiene nada que ver con que si sabes leer, escribir o tengas maestrías, doctorados, viene desde el alma”.

A partir de entonces la relación de Dafne y David empezó a verse afectada, él empezó a poner distancia y al cumplir ella siete meses de embarazo le dijo que ya no podía estar con ella, que lo mejor era que sólo se hiciera cargo de lo económico.

“Me la pasaba llorando porque él no estaba conmigo, y entonces empezó la violencia psicológica cuando me enteré que salía con mujeres, que andaba en excesos, en bares. Al mes quiso regresar, cuando yo ya estaba de nueve meses intentamos otra vez estar juntos. A él le empezó a ir muy bien en cuanto nació nuestro bebé, se compró un tráiler, se compró carros del año, y pues se empezó a volar y a volar. En el parto entró al quirófano, estaba muy contento, aparentemente todo estaba bien, se quedaba en mi casa o yo me quedaba con él en Tancítaro, porque es allá donde trabaja y está su casa”.

La estabilidad fue momentánea, al mes de nacido el bebé volvieron las tensiones: “me vuelvo a enterar por boca de él, ‘es que fui a un centro nocturno’, ‘es que salí con fulana al cine’, empezó a dañarme psicológicamente, ‘es que estaba tomando con amigos’, y yo le decía ¿prefieres estar ahí que apoyarme con nuestro bebé?, a él nunca le cayó el veinte, realmente solo me apoyó económicamente por momentos, ese primer mes me dejó de dar dinero y dejó de ver al bebé dos meses.

“Yo me la pasaba llorando, no sabía qué hacer, volvimos a intentarlo, a regresar, pero él ya se había cansado. Entonces empezaron las agresiones, cualquier cosa que discutíamos ya me agarraba del cabello, del brazo y empezaba a subir de tono, o cuando le decía que si él ya había salido con mujeres, pues yo también quería hacer mi vida, y era cuando se enojaba y me decía ‘es que tú no vas a hacer la vida con nadie, tú vas a estar nada más por mi bebé y para mi bebé y con tus hijos’, y empezaron las agresiones psicológicas, vicariamente y físicamente.

“Me contaba con punto y coma cómo tenía relaciones sexuales con las tipas que tenía, punto y coma, después me decía, ‘pero yo te amo a ti, me di cuenta que contigo quiero estar’, o me decía exactamente a dónde las llevaba, qué les regalaba, detalles que sabía que me estaban doliendo y a él no le importaba lastimarme”.

A principios de marzo de 2024 realizaron un último viaje juntos, fue a la Ciudad de México en donde pasearon y él le regaló un oso de peluche al bebé. Al retornar a Uruapan, el día once, pasó la noche en casa de Dafne y al siguiente día salió rumbo a Morelia por temas de trabajo.

Un par de días después en su cuenta de Facebook, Dafne posteó una felicitación a un amigo acompañada de una foto de antaño en la que aparecen juntos. La imagen detonó la ira de David.

El rapto

Parada frene a la entrada de su casa, la mamá de Dafne la despidió cuando ella acudía acompañada de su hermano a llevar a sus hijos mayores a la escuela. No bien se habían alejado cuando la mujer vio llegar a David, faltaba un cuarto de hora para las ocho de la mañana.

Él la empujó y se abrió paso, su intención era llevarse al  bebé que estaba bajo el cuidado de su abuela.

“Estuvo vigilando y esperó a que yo estuviera sola, me golpeó por toda la sala, forcejeó para quitarme al bebé y lo lastimó, estaba sangrando de su naricita, de su boquita, yo le dije, lastimaste al bebé, aun así me aventó sobre el sillón, me pegué en la cabeza con la pared, luego me aventó sobre la mesa de centro, me trajo por todos lados, como papalote, aun así yo no soltaba el bebé, empecé a gritar, grité mucho que me ayudaran”, recuerda la mujer.

Al lugar arribó un hombre que venía acompañando a David y que usualmente le ayudaba a hacer algunos mandados, cerró la puerta y procedió a ayudar a su amigo a sustraer al bebé del lugar.

“David me dijo que iba a ir con sus amigos de la Fiscalía para levantar falsos contra mi hija, yo le dije ¿de qué hablas?, yo no sé ni de lo que me estaba hablando, porque realmente su voz no era muy clara, en el forcejeo también me dijo, si no suelta al bebé la voy a matar”.

El otro hombre mostró que portaba un arma, junto con David le quitaron a la mujer su nieto de los brazos. Del lugar salieron corriendo y ella detrás, ellos subieron a una camioneta en la que se distinguía una tercera persona.

“Yo les grité que no se llevaran al bebé, traté de abrir la puerta de la camioneta, quería rescatar al bebé a pesar de todos los riesgos, en ese momento no me importó nada. Ya tenían cerradas las puertas con seguro y me aferré, no sé si fue del cofre, supongo que sí, ellos zigzaguearon y yo no me soltaba, se echaron de reversa para seguirse por la calle lateral, yo tratando de decirle a David que no era la manera, que no había necesidad porque aquí las puertas de la casa siempre estuvieron abiertas, él debió llegar como siempre, no se le hubiera negado la entrada.

“Había un carro estacionado y en lugar de seguirse derecho volanteó como para prensarme con el otro auto, ahí fue donde sentí que me lastimó el pie, en la casa ya me había lastimado con la mesa cuando me azotó, pero donde sí me dio fuerte fue ahí y yo siento que por eso me solté”.

El miedo es parte de la vida cotidiana en Uruapan, las balaceras y enfrentamientos en sus calles han derivado en el temor de su población para auxiliar a víctimas en el momento que son objeto de algún delito, por eso, pese a los gritos de la mamá de Dafne los vecinos tardaron en salir. Lastimada de la pierna, ella como pudo retornó a su casa y en la cochera finalmente se desplomó en estado de shock.

“Ya no pude, estaba yo ya muy mal, la garganta la tenía destrozada, ya no podía ni llorar, quedé muy mal la verdad, no sé cómo contar una experiencia tan fea, tan horrible y tan traumática que todavía me cuesta trabajo aceptar. Me culpo porque no pude con ellos”, se lamenta.

Violencia institucional

El martes 19 de marzo, tras dejar a sus dos hijos mayores en la escuela, Dafne se dirigió a Morelia por temas de trabajo, en el trayecto recibió una llamada de su hermano informándole que David había irrumpido en su casa para llevarse al bebé. La sangre se le heló y se apresuró a tomar un taxi que la llevara de vuelta a Uruapan.

Su madre se encontraba en la Fiscalía Regional presentando la denuncia por el rapto del bebé. Dafne la encontró acompañada de su hermano, aún colapsada, temblando, molesta con la ministerio público que le tomó la declaración.

“Yo llegué ahí, me hicieron esperar mucho tiempo y ya cuando me pasan estaba todavía muy nerviosa, cuando la ministerio público toma mi declaración todo estaba normal, me pidió mis datos y que le narrara cómo había pasado todo, el problema fue cuando le enseñé una foto de David con el otro hombre que fue a la casa”, recuerda la mujer.

Los abogados de Dafne se movilizaron para lograr que un juez girara una orden para recuperar al niño. Una actuaria en compañía de elementos de seguridad y Dafne acudieron a la casa de David en Tancítaro, en donde lo encontraron sin el menor.

“Mis abogados se movieron y presentamos una denuncia para recuperar a mi hijo, manifestamos porqué era una emergencia, y la manera en cómo sustrajeron al bebé, obviamente él alegaba que como es el papá tiene derecho de llevárselo, pero como fue con lujo de violencia la juez dijo, sabes que, mañana vamos por tu pequeño”.

Una vez más en Tancítaro, la juez, junto con personal del DIF, de la Fiscalía y de Seguridad Pública acudieron a la casa donde vive David en donde fueron recibidos por su madre. “Como éramos puras mujeres, se puso agresiva, al tú por tú, la juez le dijo, mire señora, yo no vengo aquí a platicar con usted, vengo con una orden, yo soy la juez y vengo por el menor, obviamente llevaron herrero, abrieron la puerta y todo y no estaba ahí mi bebé, la mamá le llamó a David por teléfono y le dijo trae al bebé pero él se negó, mintió diciendo que tenía un amparo que en realidad le habían denegado, entonces obviamente cometió desacato”.

El siguiente paso para Dafne fue acudir a levantar la alerta Amber, el problema fue que la ministerio público que inicialmente tomó la declaración resultó ser amiga de David.

“Ella no quiso levantar la alerta, que porque él era su papá y que esos eran temas familiares, que yo estaba exagerando y que lo iba a archivar, obviamente mi abogada se movió, y al otro día que regresamos con mi mamá y mi hermano ya estaba muy sumisa porque su jefe le había llamado la atención, levantó la alerta pero puso datos incorrectos, como la edad del bebé, el día que ocurrieron los hechos y la vestimenta”.

La violencia digital de familiares y amigos contra Dafne se dejó sentir luego de que se emitió la alerta Amber, incluso corrieron la versión de que estaba pidiendo dos millones de pesos para dejarle a David el bebé. “Me acusaban de ridícula, exagerada, decían que si ya sabía que estaba con su papá, que estaba bien, que para qué tanto drama”.

Mediante llamadas telefónicas David acosaba a Dafne preguntándole si quería recuperar a su hijo, le mandaba videos del menor y la citaba en lugares a los que no llegaba.

Finalmente en abril Dafne recuperó a su hijo, con medidas establecidas para que él no se le acerque, pero ese no fue el punto final de la violencia digital y sicológica, la cual ha prevalecido.

Hasta el momento pesan sobre él cinco denuncias: por lesiones y tentativa de homicidio, violación de domicilio, violencia familiar, sustracción de menor, y desacato a mandato de un juez.


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