“El mensaje es claro: Los jóvenes les interesamos sólo como electorado, pero dentro de sus espacios de toma de decisiones no tenemos mucha cabida.”
Francisco Viveros Dávalos
Vivero de Ideas
Hace un par de semanas, llegó a mis manos un video de tik tok en donde Enrique De La Madrid, integrante del equipo de campaña presidencial de Xóchitl Gálvez, asegura que “los jóvenes no decidimos porque votamos poco” ¿Será cierto eso o será más bien que la candidatura presidencial de la alianza PRI-PAN-PRD no está conectando con los sectores más jóvenes del electorado?
El presente Vivero de Ideas se centrará en la segunda posibilidad. Apenas en marzo del año en curso, el diario de circulación nacional Milenio publicaba una encuesta, en la que muestra que la intención del voto entre los sectores más jóvenes, se inclina hacia el partido Movimiento Ciudadano (25 por ciento) y en segundo lugar hacia Morena (17 por ciento), mientras que el PRI y el PAN son los que generan mayor rechazo (69 por ciento y 39 por ciento, respectivamente), superando incluso a quienes mostraron indiferencia (32 por ciento).
Estas cifras fueron ratificadas a principios de mes, en el marco del Simulacro Electoral Universitario, en el cual la candidata Claudia Sheinbaum obtuvo un 65 por ciento de votos, seguida de Jorge Álvarez Máynez (22 por ciento) y dejando a Xóchitl Gálvez en un lejano tercer lugar, con tan solo el 7 por ciento de intención de voto.
Evidentemente, la pregunta siguiente sería, ¿a qué se deben estas tendencias? Se puede deber a dos factores.
El primero de ellos tiene qué ver con las agendas que ha propuesto cada candidatura. Xóchitl Gálvez y los partidos que la postulan, dedican demasiado tiempo en descalificar a Claudia Sheinbaum y criticar la administración de Andrés Manuel López Obrador, dejando apenas un par de propuestas que se tratan muy someramente: tabletas electrónicas y becas universitarias, apoyo para proyectos emprendedores, mayor cobertura de internet y condonación de impuestos a quienes ganen menos de 10 mil pesos mensuales.
Por si fuera poco, su gran estrategia de proselitismo, la Marea Rosa, disfrazada con el eufemismo de organizada por la sociedad civil, libra una quijotesca batalla en contra de molinos de viento como la hipotética venezuelización de México, el “avance del socialismo en el sexenio actual”, la disminución de los salarios a funcionarios del Poder Judicial y del Instituto Nacional Electoral; y demás temas que no permean en jóvenes que estamos más preocupados por el acceso a la vivienda digna, mejoras en nuestras condiciones laborales, la creciente ola de violencia de género o la crisis ambiental que afectan a nuestro país.
Al respecto, en el equipo de Claudia Sheinbaum saben que el programa Jóvenes Construyendo el Futuro ha dado resultados entre la juventud; y aunado a ello ponen sobre la mesa temas como el aumento al salario mínimo, un programa de vivienda dirigido a jóvenes y garantizar seguridad social para repartidores de plataformas digitales.
De igual forma, el candidato del partido naranja habla de aumento al salario mínimo, estímulos para que los jóvenes estudiantes puedan acceder a eventos culturales, un programa de vivienda social, políticas públicas orientadas hacia lo que llama la justicia intergeneracional y una reforma fiscal de carácter progresivo.
Con esto, queda claro qué bunker hizo bien la tarea y quiénes no están entendiendo los intereses de las juventudes.
El otro factor que pueda influir en la intención del voto de los sectores jóvenes, es el hecho de que, a diferencia del equipo de campaña de Movimiento Ciudadano, los de las dos grandes coaliciones electorales están conformados en su mayoría por personas de mayor edad y sobre todo, los cargos se reparten beneficiando a las cúpulas partidistas. El mensaje es claro: Los jóvenes les interesamos sólo como electorado, pero dentro de sus espacios de toma de decisiones no tenemos mucha cabida.
Nuevamente, el partido fosfo fosfo leyó entre líneas, y desde hace por lo menos seis años ha postulado candidaturas jóvenes, yendo desde la misma candidatura presidencial, pasando por diputaciones federales y locales, gubernaturas, ayuntamientos y alcaldías, y regidurías.
En síntesis, no es cierto que los jóvenes no nos interesemos en la política, sino que no estamos de acuerdo con la forma de hacer política de los partidos hegemónicos de nuestro país hoy día.
Ilustración portada: Pity
1 comentarios
Muy bueno y coincido contigo