Decenas de feligreses partieron de la parroquia El Salvador del Mundo para presenciar el viacrucis en la colonia Juárez de la ciudad de Morelia
Wendy Rufino
Ataviado en túnica blanca y con una manta roja colgando del hombro derecho, Alfredo Hernández, panadero de profesión, interpretó por tercer año consecutivo a Jesucristo en la colonia Juárez de Morelia. Ya son 54 años que en el lugar los vecinos se organizan para la representación religiosa.
En esta ocasión el calvario fue más intenso, no sólo por los 70 kilos de pesos de la cruz que Alfredo llevaba a cuestas, o por el intenso calor de medio día que cada año es más feroz por el calentamiento global, sino también, por el compromiso asumido con sus personajes por los jóvenes vestidos de soldados romanos, quienes le propinaron al Cristo de la Juárez una mayor golpiza que en años anteriores.
A paso lento, debajo de sombrillas que los protegían del sol, decenas de feligreses de la parroquia El Salvador del Mundo, observaban el suplicio de Alfredo, algunos tomando fotos y videos con sus teléfonos, otros más dando sorbos de agua en botellitas para hidratarse y resistir las temperaturas, y con ello, poder llegar al fin del camino para atestiguar la crucifixión.
