Más que una agenda de y para las mujeres, en las campañas hay lucro de sus luchas, con temas vetados como el aborto, consideran feministas activistas
Patricia Monreal
Las campañas electorales federales arrancaron el primero de marzo y en los planteamientos que hasta el momento han formulado quienes contienden, más que una agenda de y para las mujeres se observa lucro e instrumentación de sus luchas, con signos que generan alerta y preocupación en materia de derechos, además de temas prácticamente vetados como el caso del aborto.
Así lo consideran mujeres activistas, quienes desde diferentes miradas y posturas en la lucha feminista, coinciden en la carencia de propuestas de fondo entre las y los candidatos sobre la agenda que las mujeres han puesto sobre la mesa en México desde la organización, las calles y la exigencia colectiva.
La preocupación se acrecienta frente al número de prospectos que buscan la reelección, y que en el desempeño público que les antecede no solo han mostrado desinterés y resistencia en la agenda de y para las mujeres, sino también una postura abiertamente antiderechos.
Compromisos sin cumplir
“Las candidatas aún no están hablando del tema de la violencia, y en el caso de quienes sí lo están haciendo, lo hacen como eslogan del que pueden sacar beneficios electorales sin tocar de fondo las problemáticas”, considera Berenice Ágabo, integrante de la colectiva Las Matrioskas.
En el caso de Xóchitl Gálvez Ruiz, candidata a la presidencia por la Coalición Fuerza y Corazón por México (PAN, PRI, PRD), Berenice considera preocupante que hable de estrategias represivas y punitivas como las instrumentadas por Nayib Bukele en El Salvador con la idea de atraer votos.
Por lo que toca a Claudia Sheinbaum Pardo, de la Coalición Sigamos Haciendo Historia (Morena, PT, PVEM), observa que en su afán de echar mano de la estadística oficial para decir que sí dan resultados, minimiza los casos de violencia, los oculta y maquilla para no atenderlos.
Entre aquello que se promete, instrumenta y no se cumple, pone como ejemplo el caso de las Alertas de Violencia de Género contra las Mujeres que consignan territorios donde no existen condiciones para sobrevivir o vivir una vida libre de violencia. “Hay políticas que se derivaban de esas acciones de emergencia que no se han implementado o de las que no se han rendido cuentas, como el tema de dar justicia que para nosotras es fundamental”.
Otro caso es el del aborto, que «no es un tema que rinde muchos votos; inclusive, muchos políticos perciben que les puede restar y por eso evitan abordarlo o lo hacen muy de pasadita. Se les olvida que es un tema que moviliza y ha movilizado a las mujeres cada año de manera muy puntual y que propicia acciones de muchas organizaciones a lo largo del año».
Que se observe voluntad política real para sacar adelante las agendas es, para Berenice, la exigencia de las mujeres hacia las y los contendientes; “Morena tuvo mayoría para sacar adelante esas agendas desde 2018 si así lo hubiera querido, y no lo hizo”.
En torno a movilizaciones como la del 8 de marzo, exige que quienes compiten por un cargo de elección popular no se monten en ellas. “Las marchas son organizadas con un gran esfuerzo y es muy frustrante que lleguen las candidatas y las políticas a montarse sobre ese trabajo, a sacarse la foto, a apropiarse de consignas que no defienden y a las cuales no destinan trabajo; ellas no son capaces de dar la batalla al interior de sus partidos, siguen tomándose la foto con el o la antiderechos, con quienes están contra el aborto, con candidatos que han sido acusados de violencia”.
No instrumentalizar la lucha
No instrumentalizar la lucha feminista es la demanda que Maricela Montero, de la colectiva Incendiarias, hace a candidatas y candidatos. “No olvidamos que los actores políticos, tanto hombres como mujeres, van a tratar de conseguir el voto de nosotras las mujeres con mentiras, llamándose aliados y defensores de los derechos de las mujeres”.
También integrante del Frente Violeta, Maricela asume que la tarea del movimiento feminista es no permitir que se use su lucha como plataforma para seguir defraudando a las mujeres. “Me parece que es algo sumamente triste y condenable que vemos a mujeres diciendo que tienen conciencia de género, pero que llegan al puesto y se les olvida por completo todo esto; nos siguen quedando a deber”.
En la plataforma de quienes contienden, se considera que se deben incluir temas como el retorno de las estancias infantiles con un presupuesto más ejecutable; mayores recursos en atención a la violencia contra las mujeres y para refugios.
“En especial creo que se tiene que garantizar el aborto como un derecho constitucional y la planificación familiar. Eso sí se puede hacer desde el nivel federal y ayudaría a empujar a aquellos estados como Michoacán, donde las y los diputados siguen estando en deuda con nosotras y violando la Constitución al mantenerlo en el Código Penal Estatal. También se necesita reformar la Ley de Salud para que se pueda ejecutar este derecho.”
Maricela señala la necesidad de garantizar el acceso a servicios de salud, no solo en el tema del aborto, sino también para la salud sexual y reproductiva de las mujeres, incluida la educación sexual y los métodos de planificación familiar.
¨La igualdad sustantiva tiene que elevarse a un rango constitucional para que desde ahí, se trate de garantizar la vida una libre de violencia de las mujeres. Algo que también tenemos que buscar implementar es la erradicación de la brecha salarial”.
En el marco de la contienda electoral, recuerda que como resultado de las elecciones de 2021 en el Congreso del Estado hubo mayor número de diputadas que de diputados. “Fue una cosa histórica y desafortunadamente también fue histórico el papel tan reprochable que tuvieron, sumamente mediocre, incluso permitieron que avanzaran de manera preocupante reformas que atentaban contra los derechos de las mujeres”, refiere.
Sin perspectiva transversal
Para Yannick Castro, de la Red Asaleas, en las propuestas de campaña formuladas hasta el momento no se están planteando muchos temas con una perspectiva transversal, es decir, atendiendo diversos puntos de las agendas nacionales también con perspectiva crítica a las propuestas patriarcales.
Como ejemplo pone el tema de inseguridad y de violencias, en donde considera que siguen predominando discursos punitivistas y militaristas, que están siendo impulsados nuevamente tanto por hombres como por mujeres.
“Podemos observar que frente a la violencia feminicida los Estados y gobiernos, quienes están en candidaturas a estos cargos siguen proponiendo penas máximas a feminicidas porque el populismo punitivo es muy clientelar electoralmente. Y mucho muy importante también, no están planteando rigurosamente propuestas más integrales que impulsen nuevas ideas de la justicia más allá del punitivismo”.
Para la activista, se debe evidenciar la ausencia de propuestas legislativas y de políticas públicas con su correspondiente presupuesto público dirigido a la prevención y erradicación de la violencia de género y de la violencia en contra de las mujeres.
“Quisiera que veamos que ante el grave problema de inseguridad en el país con las distintas formas de violencia, las candidaturas más visibles y encarnadas en mujeres de las diferentes geometrías políticas, no están siendo críticas realmente con el militarismo y la militarización”.
Explica: “No es nada más decir que una mujer será el mando superior de las Fuerzas armadas o decir que hay que capacitarles en materia de Derechos humanos, es que no están cuestionando todo el dinero público que se está redistribuyendo y dirigiendo a las Fuerzas Armadas. Además tampoco están poniendo sobre la mesa que las sociedades más militarizadas y con ideologías militaristas son más violentas hacia las mujeres, hacia las defensoras de derechos humanos y hacia las personas periodistas, como bien han podido registrar y sistematizar organizaciones como Intersecta en sus diferentes investigaciones e informes”.
Otro tema que Yannick observa que tampoco es tocado por quienes contienden, es la avanzada de los grupos fundamentalistas y ultraconservadores tanto de derecha como de izquierda, y de porqué sería importante resguardar constitucionalmente el derecho al aborto. “En general, nuestras candidatas no están sabiendo ver más allá de la agenda impuesta por el titular del Ejecutivo Federal ni más allá de sus narrativas patriarcales”.
La ausencia en la crítica “al mujerismo y los esencialismos en el debate público electoral”, es otro punto en el que Yannick pone énfasis, al referir que se instrumentaliza la figura de las mujeres y las experiencias reales de violencias en su contra, incluida le verdadera violencia política en razón de género. “Algunas candidatas están siendo tramposas al querer callar las posturas críticas a sus propuestas y prácticas impulsando discursos falaces en los que sostienen que criticar sus ideas o cuestionarlas es lo mismo que violencia contra las mujeres. Y eso es falso.
“Hace falta un debate público serio y riguroso sobre cómo algo tan grave como la violencia contra las mujeres se está instrumentalizando para censurar las críticas. Esto es grave para toda la sociedad, no sólo para nosotras las mujeres”.
Invita Yannick a hacer uso de la memoria como ciudadanía crítica y recuerda que muchas de las personas que compiten no son nuevas en la política. “¿Porqué habría que creerles a quienes ya vimos que hablan mucho pero no cumplen compromisos de agenda política? O ni siquiera lo intentaron”, cuestiona.
Procesos de simulación
Dentro de la contienda electoral existen procesos que son de simulación, considera Verónica Loaiza, de la RedCoFem, quien sostiene que realmente no se está garantizando una participación política de las mujeres y cuestiona el uso que se hace de las acciones afirmativas. “Me parece grave que haya hombres que se autodenominen mujeres para poder entrar en una fórmula y acceder a una candidatura por diversidad y disidencias sexuales. Es una burla, lo vimos con legisladores y legisladoras actuales que así se colaron”.
Cuestiona también la efectividad de la medida 8 de 8 (antes 3 de 3) para cerrar el paso a agresores en candidaturas, siempre y cuando, haya de por medio una sentencia firme. “Tenemos candidatos en la plataforma federal que han sido agresores, han tenido denuncias, son deudores alimentarios, pero como no hay sentencia de un Tribunal ahí están, entonces realmente no se está garantizando, es como una ley que se impulsó sin querer ser impulsada, pensando en que se siga en un proceso de simulación”.
Verónica apunta que los candidatos que compiten para una diputación, incluso tras haber sido diputados algunos, desconocen cómo funciona el proceso legislativo más allá de sus posturas partidistas. Como ejemplo pone lo ocurrido en torno al tema del aborto, en donde “hay una sentencia ya emitida por la Suprema Corte de Justicia de la Nación pero que en el estado se resisten a acatarla y adecuar la legislación”.
“Entonces es un año complicado, pues la plataforma del movimiento feminista ha sido utilizada por mujeres que no necesariamente tienen una postura o una formación feminista ni en pro de los derechos de las mujeres. Eso es de llamar la atención, porque no se puede decir que eres feminista y después evadir los temas porque perteneces a una alianza en donde hay partidos conservadores y de derecha. Es lamentable ver compañeras que están ocupando espacios en donde se tendría que impulsar una agenda feminista en pro de las mujeres, pero que se alinean con el sistema patriarcal”, señala.
Violencia de género, botín político
La violencia contra las mujeres que participan es un tema de preocupación en este proceso electoral a ojos de Sofía Blanco, integrante de la colectiva Mapas. “Vemos muy endeble la seguridad para las mujeres y las candidatas”, señala poco después de conocer la noticia del asesinato de Karla Herrera, dirigente municipal en Ario de Rosales del Partido Encuentro Solidario.
La activista apunta que como colectiva están preocupadas que las y los contendientes tomen la bandera de la violencia de género como un botín político. “Vemos generalidades, dicen que están a favor de los derechos de las mujeres y que no van a permitir la violencia, pero no precisan los cómo
“De lo que si hablan y nosotras no estamos de acuerdo, es que aumentar las penas y años de cárcel vaya a solucionar el problema. No vemos que se hable por ejemplo de una modificación a las leyes que permita abrir el abanico de tipificación en distintas violencias contra mujeres, incluyendo a las mujeres trans, porque en eso nos falta muchísimo por avanzar”
En el caso de Xóchitl Gálvez consideró grave su discurso de mano dura en la misma ruta que en su momento tuvo Felipe Calderón y bajo la perspectiva de hacer lo que Nayib Bukele en El Salvador. “Muchos del PAN aman a Bukele y entonces el miedo es cómo desearían no tener un estado democrático sino uno de excepción”.
Sobre Claudia Sheinbaum, Sofía apunta que carece de una postura crítica sobre las discusiones más amplias de lo que pasa en el país. “Que no considere una preocupación la violencia que se está viviendo hacia las mujeres, lesbianas, bisexuales, es sorprendente, ella que se dice feminista sin ser cercana al movimiento, incluso en la Ciudad de México tuvo muchos momentos ríspidos y de agresión directa hacia las colectivas”.
Habla también de casos en Michoacán como el de Ernesto Núñez Aguilar y David Cortés Mendoza, que como diputados locales fueron contrarios a la agenda de derechos de las mujeres, y que hoy buscan su voto para ser legisladores federales.
“Es terrible que este tipo de perfiles se reelijan, transiten de un cargo a otro mezclando su color y arrastrando en cada espacio que ocupan la agenda antiderechos para las mujeres. Es la misma clase política que se recicla, yo me siento quizá más fastidiada porque vivimos épocas de mayor violencia y parece que ellos viven en otro en otro país, no les escandalizan muchas cosas y eso es muy preocupante.
“Los vemos salir, decir y sacarse fotografías y utilizar a las familias de víctimas de feminicidio o de desaparición para hacerles promesas. Me parece de lo más vil porque solamente las utilizan, y eso resulta muy doloroso”, recalca.