“A nivel mundial, las áreas de investigación científicas y tecnológicas están representadas en un 29 por ciento por mujeres, aunque este porcentaje está lejos de la equidad o la paridad con respecto de los hombres…”
Leonor Solís
Ecodepresión
El Día Internacional de la Niña y la Mujer en la Ciencia empezó a celebrarse en 2015, hace tan sólo nueve años, una fecha que decidió impulsar la ONU enfocada al desarrollo específico de las niñas en las áreas conocidas como STEM por sus siglas en inglés, y que se refieren a las ciencias, tecnología, ingenierías y matemáticas (Science, Technology, Engineering, Maths).
El 20 de diciembre del 2013 la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer de la ONU, aprobó por primera vez la resolución relativa a la ciencia, la tecnología y la innovación para el desarrollo, en donde reconoció que el acceso y la participación plenos y en condiciones de igualdad en la ciencia, la tecnología y la innovación para las mujeres y las niñas de todas las edades, eran imprescindibles para lograr la igualdad entre los géneros y el empoderamiento de la mujer y la niña.
Dos años después, La Asamblea General de la ONU, declaró el 11 de febrero Día Internacional de las Mujeres y las Niñas en la Ciencia en reconocimiento al papel clave que desempeñan las mujeres en la comunidad científica y tecnológica. En aquella resolución, el órgano de las Naciones Unidas dónde están representados todos los Estados Miembros justificaba la proclamación de este Día Internacional y las iniciativas llevadas a cabo de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), la Entidad de las Naciones Unidas para la Igualdad de Género y el Empoderamiento de las Mujeres (ONU Mujeres), la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT) y otras competentes para apoyar a las mujeres científicas y promover el acceso de las mujeres y las niñas a la educación, la capacitación y la investigación en los ámbitos del conocimiento ya indicados en el STEM.
La primera pregunta que se me viene a la mente es, ¿por qué tardó tanto en celebrarse el papel que ha jugado y jugarán las mujeres en el desarrollo científico planetario?
Desafortunadamente, gran parte de la respuesta se encuentra en que también la ciencia esta permeada por un sistema patriarcal dominante, que hasta hace muy poco y con resistencia comienza a abrirse. Imagino que hay un gran trabajo y una lucha de muchas mujeres, detrás del logro a nivel global para la celebración de este día, que desearon colectivamente impulsar la relevancia del papel que tienen las mujeres en la ciencia y la relevancia para el planeta de que cada vez más niñas vean estas áreas como una opción y no como un camino imposible a desarrollar.
Algunos datos
A nivel mundial, las áreas de investigación científicas y tecnológicas están representadas en un 29 por ciento por mujeres, aunque este porcentaje está lejos de la equidad o la paridad con respecto de los hombres, esta brecha se acrecienta aún más, cuando hablamos de puestos ejecutivos y de toma de decisiones, como direcciones en la academia, ya que disminuye a un 13 por ciento. También existen algunas diferencias en algunas áreas del conocimiento como, por ejemplo, áreas biotecnológicas donde tan sólo hay un 5 por ciento de mujeres Todo esto es con datos recientes de la UNESCO. De todas las mujeres con doctorado en el mundo únicamente el 4 por ciento son latinas. Esto nos muestra la poca representación que tienen las mujeres en los ámbitos de ciencia, ingenierías y matemáticas.
Todos estos datos han llamado la atención a personas quienes evalúan y diseñan políticas públicas globales para la inclusividad, pues son datos que muestran como los procesos no son homogéneos y esconden mecanismos de exclusión para las mujeres, basados en obstáculos estructurales, como la división sexual del trabajo en algunas áreas en particular.
¿Por qué no hay más mujeres en ciencias, ingenierías, artes y matemáticas?
La respuesta se encuentra con diversos puntos o mecanismos de exclusión que se presentan comúnmente a lo largo de nuestra vida, nuestra lo digo por las mujeres a quienes nos gusta o nos queremos dedicar a la ciencia. Los mecanismos incluyen, en el caso de la infancia, las diferencias entre el tipo de juguetes entre niñas y niños, al igual que algunas actividades extracurriculares. Desde allí, a las niñas se les sugiere y promueve el cuidado de los hijos con los muñecos, el cuidado del hogar. Mientras que los niños arman cosas con legos, coches, robots, etc. Desde allí no hay equidad en las oportunidades, dado que su acceso, en el caso de algunos juguetes que favorecen el desarrollo de ciertas habilidades es inequitativo.
El segundo punto, tiene que ver con la falta de reconocimiento a nivel histórico y visibilidad de las mujeres científicas. Si piensas en científicos famosos de inmediato seguramente se te vendrán a la mente hombres: Galileo, Edison, Darwin, Einstein, etc.
Sin embargo, la figura de una mujer científica que forme parte de la cultura colectiva seguramente es únicamente Marie Curie.
Requerimos visibilizar más el trabajo de científicas que han estado detrás de gigantes descubrimientos científicos, a quienes muchas veces a lo largo de la historia se les ha quitado el crédito de sus investigaciones o el reconocimiento a su trabajo.
El efecto que tiene invisibilizar el papel de las mujeres en la ciencia es que a su vez provoca una ausencia de modelos, ejemplos o referentes que puedan tener las niñas en cuanto a personajes de la vida pública o celebridades a quienes admirar y desear seguir su ejemplo que sean científicas.
La tercera cuestión es referente a las mujeres que logran estudiar una carrera científica, a pesar de los obstáculos mencionados previamente. Ese obstáculo es lograr permanecer en el sistema científico a lo largo de tu vida. Hay muchas mujeres en algunas carreras científicas como por ejemplo biología, ciencias ambientales, podemos observar que la proporción de estudiantes mujeres es mucho mayor que la de los hombres. Sin embargo, posterior a la carrera en la mejor época para tener pareja, hijos, formar una familia.
El ámbito laboral en la academia es difícil de compaginar, ahora no tengo los datos, pero recuerdo una conferencia que escuché hace varios años, donde académicas del sistema de investigación científica de la UNAM, señalaron que la mayoría de ellas eran solteras o se habían divorciado, es decir que la vida académica les había costado la vida familiar. Quienes apuestan por la vida familiar, regularmente abandonan la academia. En este sentido unos datos globales del 2015 muestran que en las licenciaturas STEM hay un 53 por ciento de estudiantes mujeres, 53 por ciento en maestrías, 43 por ciento en doctorados y 28 por ciento en investigación.
El que exista un día dedicado a la niña y la mujer en la ciencia nos ayuda por un lado a promover que aquellas niñas que no siguen los patrones sociales y les gustan las ingenierías, las matemáticas y las ciencias, se sientan seguras de sus gustos y aficiones.
Que sean capaces de desarrollarlos, porque estoy segura de que pueden realizar muchos aportes innovadores y creativos.
La efeméride ayuda a visibilizar a científicas que si bien en su momento no tuvieron reconocimiento, hoy se los damos y las celebramos y agradecemos su labor que, seguro, lo tuvieron mucho más difícil que nosotras, que somos científicas en la actualidad.
Nos permite también cambiar los estereotipos que existen en la profesionalización de las mujeres
Recordar este día, favorece la creación de espacios y redes donde mujeres que nos dedicamos a estos ámbitos conversemos, discutamos y busquemos crear oportunidades y condiciones de respeto y equidad en estas áreas.
También favorece que podamos dar acompañamiento a quienes vienen después, que hagamos todo lo que está en nuestras manos para que su camino sea más fácil.
Ilustración portada: Reco
Consulta:
11F: El Club de Toby en la ciencia