Unos más sorpresivos que otros, los guindas han ido alzando la mano para la alcaldía de Morelia. Ya van como 10
Beatriz Rojas
Algunos más sorpresivos que otros, son cada vez más los morenistas que levantan la mano por la presidencia municipal de Morelia.
El proceso interno de registro había cerrado el 28 de noviembre de 2023. En teoría, no podrían inscribirse, pero legalmente sí, porque independientemente del proceso de candidaturas, los partidos pueden registrar como candidato a quien determinen, independientemente de los resultados de las precampañas, e incluso sin haber realizado precampañas.
“Ya se cerró el registro en la plataforma pero también puede haber la construcción de acuerdos, también está contemplado en el propio marco normativo”, explicó al respecto el diputado local Juan Carlos Barragán en una entrevista que concedió en diciembre.
La “democrática” y mística tómbola dio paso a las opacas encuestas, pero sólo cuatro pueden ser medidos, según los estatutos de Morena. Los resultados se darán a conocer el 10 de febrero.
No se ha determinado si el espacio será para un hombre o para una mujer, porque de acuerdo con el dirigente estatal, Juan Pablo Celis, eso lo definirá la encuesta, aunque el partido tendrá que cumplir con los lineamientos de paridad de género.
De acuerdo con Celis, la encuesta tomará en cuenta no solo las preferencias electorales, sino quiénes son más conocidos y a la vez inspiran más confianza. “Puede ser la persona más conocida, pero puede ser conocida por mala, entonces ahí no… Hay una parte que valora mucho nuestro movimiento que es la confianza del pueblo”, explicó en una rueda de prensa ofrecida en Los Reyes.
Los grupos
A pesar de que los estatutos de Morena establecen que no puede haber “tribus” o corrientes políticas, la realidad es que sí los hay, y tanto a nivel nacional pero sobre todo a nivel local, son tan evidentes como cruciales en las definiciones.
No fue sorpresa para nadie ninguno de los destapes de Luis Navarro, actual secretario de Finanzas, pues el mismo gobernador le alzó la mano desde meses atrás y la publicidad con su nombre sigue afeando las bardas de la ciudad.
Por otro lado, Ana Lilia Guillén, quien durante meses encabezó una dirigencia “en rebeldía”, contraria a la de Juan Pablo Celis, aliado de Giulianna Bugarini, Carlos Torres Piña, Luis Navarro y por supuesto, Alfredo Ramírez Bedolla, anunció a finales del año pasado que buscaría la candidatura.
Como satélites, están por un lado Omega Vázquez, que pertenece al grupo que decidió apoyar a Marcelo Ebrard en su fallida pre-precampaña presidencial, cuyos integrantes en algún momento se dijeron dispuestos a dejar el partido y por otro, está también Osvaldo Ruiz Ramírez, director del Conalep. En todo caso, más cercano al gobernador por ser parte de sus funcionarios. Sería el cuarto de ellos con esta aspiración.
Tenemos a los que querían ser senadores: Fabiola Alanís -que podría vincularse con el grupo de Claudia Sheinbaum, pero no del lado de Morón, sino del otro-, Carlos Torres Piña y Giulianna Bugarini. Los dos últimos no han externado directamente su interés por la presidencia municipal; sin embargo, una vez descartado el Senado, han publicado en sus redes sociales múltiples fotografías, videos y posteos en donde resaltan sus paseos por la ciudad y se les ve comiendo gaspachos, menudo, pozole o reuniéndose con gente de colonias populares.
Del lado de los militantes de más o menos reciente adquisición se coloca Juan Carlos Barragán, quien desde que llegó a la actual legislatura pareciera haber encaminado su trabajo a buscar la candidatura, creando casas de atención ciudadana por toda la ciudad, patrocinando esterilizaciones para mascotas, renovando escuelas y atacando al actual alcalde prácticamente en cada declaración pública que hace.
Se dice que incluso Iván Pérez Negrón tendrá el valor de volver a intentarlo, a pesar de su decepcionante resultado en 2021, cuando quedó un poco más de 15 mil votos por debajo de Alfonso Martínez.
El Partido Verde Ecologista de México (PVEM) es el que lleva mano para esta candidatura, en teoría, pues ya han declarado los tres dirigentes de la coalición que el siglado es solo por cumplir un requisito legal, pero que las candidaturas no las determinará un partido en concreto, sino la mística mágica popular encuesta. De este modo, no ha sobresalido ningún nombre en particular por parte de este partido y tampoco del Partido del Trabajo (PT).
Finalmente, también hay lugar para los chapulines. Marco Polo Aguirre ha ambicionado la presidencia municipal desde hace años, desde que era diputado local por el PRI en la 74 Legislatura, o aun antes, cuando era diputado federal por el PRI, o tal vez un poco más en esta última legislatura, la 75, cuando empezó siendo diputado local por el PRI, hasta que dejó la bancada para presidir la Representación Parlamentaria y coquetear con Morena.
Más o menos es el estatus de Miguel Ángel Villegas Soto, quien fue diputado por el PAN en la 73 Legislatura -hace casi seis años-, pero ahora se ha venido desempeñando como regidor de Morena.
¿Qué dicen los estatutos?
Las reglas que puso Morena dicen que la Asamblea Municipal Electoral podrá elegir mediante voto secreto hasta a cuatro afiliados para participar en la encuesta, aunque no precisa el criterio para elegirlos ni qué sucede cuando se registran más de cuatro aspirantes.
Los estatutos dicen que se debe elegir a los candidatos a partir de los resultados de las encuestas mediante asambleas electorales municipales a las que se debe invitar a todos los militantes con 30 días de antelación, y a los miembros de las planillas por sorteo (insaculación).
Morelia, un sueño que se les escurre de las manos
Los nombres se repiten, solo cambian los colores de la camiseta. Ana Lilia Guillén fue candidata a la presidencia municipal, pero por Movimiento Ciudadano, en 2011, elección que ganó el PRI, con Wilfrido Lázaro Medina.
En 2015, ya Alfredo Ramírez Bedolla añoraba la presidencia municipal. Fue el primer candidato de Morena para ese cargo, pues el partido se fundó el 2 de octubre de 2011. En aquella ocasión contendió contra Alfonso Martínez, en aquel momento independiente, y Raúl Morón, quien todavía militaba en el PRD. Desde entonces ya rivalizaban, pero ganó el independiente.
En 2018, la oleada de AMLO arrasó con gran parte de las candidaturas y esto incluyó la presidencia municipal de la capital del estado, convirtiendo a Raúl Morón, ya teñido de guinda, en el primer y único alcalde de Morena en Morelia, desplazando incluso al todavía independiente Alfonso Martínez y hasta al tres veces alcalde y exgobernador Fausto Vallejo, abanderado esta vez por el PES.
2021 fue un año curioso, pues Alfredo Ramírez Bedolla intentaría una vez más ser presidente municipal, mientras que Raúl Morón decidió no buscar la reelección, sino la gubernatura del estado. Ninguno de los dos obtuvo lo que esperaba, pues olvidaron reportar sus gastos de precampaña, por lo que en lo que muchos consideran un chispazo de suerte, Ramírez Bedolla se convirtió en candidato a gobernador y para la alcaldía se designó al entonces diputado federal Iván Pérez Negrón, mejor conocido por impulsar la eliminación del Fondo de Salud para el Bienestar, que entre otras cosas proveía de tratamiento a los niños con cáncer y pacientes de VIH, pero perdió estrepitosamente contra Alfonso Martínez, quien ya no tan independiente, recuperó su puesto con los colores del PRD y el PAN, dejando en un poco honroso tercer lugar al hoy dirigente del PRI, Guillermo Valencia.
Consulta:
La encarnizada pugna de Morena por el Senado