“La inesperada muerte de Jørgen trastoca el universo de Kastanjesvingen. La policía tiene razones para creer que se trata de un homicidio y no suicidio y de ser así, la víctima debió conocer a su atacante…”
Horacio Cano Camacho
Zona Oscura
Hoy vamos a platicar sobre un libro muy interesante -e inquietante- que se puede enmarcar en lo que se le ha dado en llamar domestic noir, un subgénero que retrata los ambientes domésticos, las relaciones interpersonales y, en general, la vida cotidiana; combinación que se encuentra detrás de un misterio y la comisión de algún crimen.
En esta ocasión se trata de La comunidad (Planeta, 2021), de Helene Flood, una psicóloga noruega doctorada en violencia y culpa postraumática, quien trabaja en el Norwegian Center for Violence and Traumatic Stress Studies y dedica parte de su tiempo a escribir sustentándose en las experiencias logradas en su profesión. Su primera novela, La psicóloga (2018), también del género, causó un muy buen impacto y su candidatura a diversos premios. Ahora regresa con La comunidad, donde afina su estilo.
La historia sucede en Kastanjesvingen, una urbanización de clase media alta, donde todo parece ser idílico: la tranquilidad, la seguridad; aquí todo parece ser más fácil. A este sitio llega Rikke, una mujer moderna, liberada, con su marido Asmund y sus hijos pequeños Emma y Lukas. Todo parece bien. Ellos han encajado perfectamente en una comunidad donde viven periodistas, conductores de televisión, académicos e intelectuales. Rápidamente se integran a la vida apacible, donde las preocupaciones y ocupaciones son las tareas de los niños, sus amistades, la participación en la escuela de los chicos y caminar, ejercitar, leer, cambiar la clave de las puertas de seguridad de vez en cuando, o nunca, y pasar una tarde tomando el té con los vecinos y charlando sobre la vida.
Pero hay algo que flota en el ambiente, una suerte de sensación de que algo no va bien. Comienzan a aparecer gatos muertos con huellas de tortura, dejados, como por casualidad, en los parques, los arriates, algunas puertas.
Rikke piensa que seguro se trata de una broma de adolescentes que han encontrado gatos atropellados o muertos y han decidido asustar al vecindario donde nunca pasa nada, donde nada rompe la tranquilidad. Hasta que un día se descubre el cuerpo de Jørgen, vecino inmediato de Rikke, un hombre joven de la urbanización, casado y dedicado al periodismo, fundamentalmente en aspectos geopolíticos.
La inesperada muerte de Jørgen trastoca el universo de Kastanjesvingen. La policía tiene razones para creer que se trata de un homicidio y no suicidio y de ser así, la víctima debió conocer a su atacante, que no forzó puertas ni llamó la atención del vecindario. Las llaves de casa debajo de una maceta, y todos lo sabían, puesto que seguido se hacían cargo de pequeñas tareas, como regar las plantas o recibir correo, que el matrimonio no podía por ocupaciones. Además, Jørgen avisó a ciertas personas que esos días estaría libre en su casa…
Rikke es la narradora, de hecho, escuchamos sus reflexiones. La muerte del vecino le plantea muchas dudas, para comenzar, darse cuenta de que no conoce a sus conciudadanos, que todos ocultan algo, incluyéndola a ella. Quién tendrá motivos para un acto así o ¿fue su marido?
Este no es un thriller, no está lleno de acción, ni ocurren persecuciones. Se trata de un libro contado a partir de los pensamientos de Rikke, reposado, cotidiano: bueno, apareció un nuevo gato muerto, pero… Emma está desarrollando por fin formas femeninas…
Esta forma reflexiva nos conecta y nos angustia, porque se parece a nuestras propias reflexiones sobre nuestro entorno, los conocidos, los amigos y amigas. Muchos de nosotros mismos en especial en la clase media, nos hemos encerrado en pequeños cotos, asumiendo que el riesgo está afuera, que los otros son el enemigo, pero ¿estamos seguros? ¿realmente conocemos a nuestros vecinos, a nuestra propia familia?
Este es el problema que nos plantea La comunidad, una novela de misterio, de enigmas psicológicos y de mucha introspección sobre nuestra relación con los demás. Magníficamente contada, con un ritmo que nos lleva a la angustia, cada paso de Rikke se parece a los pasos que nosotros mismos damos y eso nos asusta. No se la pierda, para estas vacaciones, seguro verá diferente a sus vecinos…