El 64 por ciento de los mexicanos y mexicanas tienen miedo de sufrir tortura en caso de ser puestos bajo custodia, reporta Amnistía Internacional
Patricia Monreal
Al menos ocho expedientes diarios en promedio se han abierto en México por el delito de tortura y tratos crueles entre 2018 y marzo de 2023. La cifra es conservadora porque en su mayoría los casos quedan invisibilizados debido al temor de las víctimas para denunciar.
En el mundo cada 26 de junio se conmemora el Día Internacional en Apoyo de las Víctimas de la Tortura, proclamado hace 26 años por la Organización de las Naciones Unidas con el objetivo de erradicar la tortura y la aplicación efectiva de la Convención contra la Tortura y Otros Tratos o Penas, Crueles, Inhumanos, o Degradantes.
La tortura conforme a la Convención es todo acto por el cual se inflija intencionadamente a una persona dolores o sufrimientos graves, ya sean físicos o mentales, con el fin de obtener de ella o de un tercero información o una confesión, de castigarla por un acto que haya cometido, o se sospeche que ha cometido, o de intimidar o coaccionar a esa persona o a otras, o por cualquier razón basada en cualquier tipo de discriminación, cuando dichos dolores o sufrimientos sean infligidos por un funcionario público u otra persona en el ejercicio de funciones públicas, a instigación suya, o con su consentimiento o aquiescencia.
En el caso de México, la Fiscalía General de la República (FGR) a través del Registro Nacional del Delito de Tortura (Renadet), da cuenta de los expedientes abiertos en el fuero federal y común en torno a este delito.
Los datos son acumulados entre el año 2018 y marzo del 2023, y evidencian una mayor comisión de este delito en el fuero común. Los datos del fuero común podrían ser mayores, sin embargo al Registro de la FGR no le han sido proporcionados los datos de los estados de Baja California, Baja California Sur, Durango y Veracruz.
En el periodo referido, los expedientes abiertos por tortura y tratos crueles en México ascienden a 15 mil 994, de los que el 61.97 por ciento corresponden al fuero común y el 37.41 por ciento al federal.
Los expedientes abiertos por tortura suman 13 mil 29, y por tratos crueles dos mil 875.
En el “top ten” de los estados con más casos de tortura y tratos crueles lo ocupan la Ciudad de México a la cabeza (2,248 casos), seguida por Chihuahua (1,400), Estado de México (1,217), Oaxaca (1,056), Quintana Roo (837), Tamaulipas (775), Jalisco (730), Hidalgo (726), Veracruz (670) y Morelos (642).
Amnistía Internacional reporta que existe tortura cuando una persona actuando a título oficial inflige dolor o sufrimiento mental o físico grave a otra persona con un fin específico. En unos casos, las autoridades torturan a una persona para que confiese un delito, o para obtener información de ella. En otros, la tortura se utiliza simplemente como castigo que difunda el miedo en la sociedad.
Los métodos de tortura varían. Pueden ser de carácter físico, como palizas y descargas eléctricas. Pueden ser de índole sexual, como la violación o la humillación sexual. O pueden ser de carácter psicológico, como la privación de sueño o la reclusión prolongada en régimen de aislamiento.
La organización subraya que la tortura no puede justificarse en ningún caso. Es un acto de barbarie, inhumano, que sustituye el Estado de derecho por el terror. Cuando los gobiernos permiten su uso, nadie está a salvo.
“Cuando pensamos en la tortura y otras formas de malos tratos, a menudo pensamos en cosas como posturas en tensión, descargas eléctricas y simulacros de ahogamiento, y es cierto que esos actos de barbarie ocurren de forma habitual en muchos países. Pero esos abusos pueden incluir también cosas como condiciones penitenciarias inhumanas, reclusión en régimen de aislamiento y negación de tratamiento médico”.
En un reporte elaborado por Amnistía Internacional en 2014, consignaba un dato de especial significado: entre la población, existe un temor generalizado a sufrir tortura. El 64 por ciento de los mexicanos y las mexicanas tienen miedo de sufrir tortura en caso de ser puestos bajo custodia”.
La Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) en su Diagnóstico en Materia de Tortura y Malos Tratos de 2019, consigna que en México, existen condiciones institucionales y estructurales de larga raigambre histórica que han potencializado la tortura. “Desde la década de 1990, las instancias jurídicas en México no han reconocido la existencia de la tortura generalizada y sistemática. Ningún juez ha juzgado en México un caso de tortura”.
Asimismo la CNDH reconoce que en nuestro país no hay datos confiables sobre las condiciones en que se ejerce la tortura ya que los registros son inciertos, y existen datos dispersos y cuestionados.
“La tortura es una práctica fuertemente arraigada en la policía, es un modo de trabajo, un ‘modo de hacer las cosas’, un modo de ejercer y mantener el poder. Se forma y capacita a las fuerzas del orden para reprimir y torturar. Hay condiciones institucionales: la policía se permite toda clase de abusos si no hay controles institucionales o formales”, apunta la Comisión en su Diagnóstico.