Regla de Tres

Aguacate, tolerancia binacional al saqueo de recursos

Tanto México como EU solapan una producción basada en la deforestación, el robo de agua y el asesinato de dirigentes comunitarios en la defensa de sus recursos y que se oponen al cambio de uso del suelo, destaca un informe de Climate Rights International

Morelia, Mich.- La deforestación generalizada además del robo de agua se encuentran atrás del cultivo en Michoacán y Jalisco del aguacate para la exportación, señala la organización Climate Rights International en un informe que se publica este martes 28 de noviembre, mismo que destaca que la expansión del cultivo del fruto se ha dado en un marco de ilegalidad solapada por los gobiernos de EU y México que incluye el asesinato de defensores ambientales con el involucramiento del crimen organizado en el control de la producción del fruto.

El documento señala que “líderes indígenas y otros residentes que intentan defender sus bosques y el agua han sido amenazados, atacados y asesinados”, al igual que destaca que “cualquier aguacate que proceda de México puede haber sido cultivado en terrenos deforestados ilegalmente, usando agua robada, en una región donde se registran hechos de violencia e intimidación contra defensores ambientales”, de acuerdo con Brad Adams, director ejecutivo de Climate Rights International, tendencia que afirma podría revertirse si los centros de ventas además de exportadores e importadores adquirieran el fruto “libres de deforestación”, certificación que necesariamente deberán propiciar e imponer los gobiernos de los Estados Unidos y de nuestro país.  

En 250 páginas, el informe señala que tanto los gobiernos de México como de Estados Unidos -principal ventana comercial a donde se dirigen las ventas de aguacate mexicano-, “no están adoptando medidas básicas para detener la devastación, a pesar de que asumieron compromisos relativos al cambio climático de poner fin a la deforestación mundial.”

Intitulado, “El saldo insostenible de la expansión aguacatera: Deforestación, acaparamiento de agua y violencia detrás de las exportaciones de aguacates de México a EE. UU. y otros mercados”, el informe aporta “evidencias nuevas y cuantiosas que vinculan a grandes importadores y supermercados estadounidenses con esta destrucción ambiental.”

Entre los corporativos, el informe menciona que “sobre la base del análisis de registros del gobierno mexicano no publicados previamente, el informe documenta -con 75 ejemplos ilustrativos- que, en 2022, las empresas estadounidenses Calavo Growers, Fresh Del Monte Produce, Mission Produce y West Pak Avocado, y la mexicana Aztecavo, se abastecieron de aguacates cultivados en huertas en las que había suelos deforestados. A su vez, esas empresas distribuyeron aguacates de origen mexicano a cadenas de supermercados importantes, entre ellas Albertsons, Costco, Kroger, Trader Joe’s, Walmart y Whole Foods.”

En un análisis y mapeo inédito sobre más de 50 mil huertas de aguacates certificadas en enero de 2023 por México y EU para su exportación al vecino país del norte, se identificaron huertas de aguacate “que contenían tierras deforestadas en 49 de los 56 municipios de Michoacán y Jalisco que exportan a Estados Unidos. Michoacán y Jalisco, los únicos dos estados mexicanos autorizados por Estados Unidos para exportar a ese país.

“A pesar de plantear afirmaciones sobre sostenibilidad contundentes, muchas empresas importantes adoptan medidas escasas o nulas para prevenir que productores vinculados con la deforestación en México contaminen sus cadenas de suministro.”

Con entrevistas a más de cien personas en Michoacán y Jalisco, el informe señala que hay temor de denunciar acciones de deforestación o robo de agua ante las amenazas de la delincuencia. “Si pones el dedo o hablas, te matan”, refiere un testimonio anónimo.

“Las comunidades indígenas purépechas y otros residentes se han movilizado para defender los bosques, pero sus esfuerzos se han visto frustrados por violencia e intimidación, que atribuyen en muchos casos a grupos de crimen organizado que tienen una fuerte presencia en la región y mantienen múltiples nexos con sectores de la industria del aguacate. Por ejemplo, después de que la comunidad de Ocumicho prohibió que personas externas plantaran aguacates, dos líderes comunitarios recibieron disparos, uno de ellos con consecuencias letales, otro fue secuestrado y un integrante de la comunidad que participaba en acciones de preservación de bosques fue asesinado”

Ilegalidad y saqueo

“Prácticamente la totalidad de la deforestación para el cultivo de aguacates que se produjo en Michoacán y Jalisco en las últimas dos décadas ha sido ilegal, en contravención de las leyes penales mexicanas, concluyó Climate Rights International. En muchos casos, la tierra ha sido despejada provocando deliberadamente incendios forestales, lo que también constituye un delito. La conversión de bosques naturales en plantaciones de aguacate libera gases de efecto invernadero que contribuyen al calentamiento climático, reduce el almacenamiento de carbono y menoscaba la biodiversidad y la recuperación de los acuíferos.

“Los productores de aguacates utilizan enormes cantidades de agua, y muchos la extraen ilegalmente de arroyos, ríos y acuíferos subterráneos para regar sus huertos. La deforestación y el acaparamiento de agua han tenido consecuencias graves para las poblaciones locales, puesto que han contribuido a la escasez de agua y han incrementado el riesgo de deslaves e inundaciones letales. El informe presenta evidencias que vinculan la producción del aguacate con la deforestación y los incendios forestales que, según las autoridades mexicanas, estuvieron entre las causas centrales de una inundación repentina que, en 2019, provocó la muerte de cinco personas en San Gabriel, Jalisco”, indica la información.

“No obstante, las autoridades en general no aseguran el cumplimiento de las leyes ambientales en las regiones productoras de aguacate. Una causa importante es la corrupción, especialmente en la unidad de la Fiscalía General del Estado de Michoacán dedicada a investigar deforestación relacionada con el cultivo de aguacates, según indicaron varios funcionarios federales y estatales que hablaron con Climate Rights International, así como residentes. Un alto funcionario usó la frase ´bola de corrupción´ para referirse a las prácticas por las que se investiga y procesa penalmente a nivel estatal a la deforestación relacionada con el cultivo de aguacates en Michoacán.

Romper la catástrofe climática

“La deforestación y los abusos sin freno en la región aguacatera de México son sintomáticos de una urgencia mundial de promover más acciones efectivas para proteger a los bosques y a las personas defensoras de los bosques”, señala Adams. “La adopción e implementación con carácter urgente de leyes y políticas que terminen con la deforestación para la producción agrícola es un paso esencial para evitar una catástrofe climática, y para proteger los derechos de las poblaciones en los lugares donde se generan estos productos”.

De acuerdo con la organización y “dada la impunidad en el ámbito local, impedir que los aguacates vinculados con la deforestación lleguen a mercados valorados en miles de millones de dólares —especialmente en Estados Unidos— es un paso clave para contener el problema, según lo señalaron funcionarios ambientales y líderes comunitarios mexicanos.”

Los datos del informe refieren sin embargo que ha sido más la resistencia de los EU al respecto sobre certificación del requisito de que el fruto no procediera de deforestación ilegal, que propusieron funcionarios mexicanos. “Sin embargo, los funcionarios estadounidenses no actuaron a partir de esta propuesta, y en vez siguen certificando huertas que contienen terrenos deforestados ilegalmente para la exportación a consumidores estadounidenses.”

“Para agravar el problema, en registros obtenidos a través de la Ley sobre Libertad de Información (Freedom of Information Act, FOIA) se muestra que el gobierno estadounidense aprobó que el estado de Jalisco empezara a exportar aguacates a Estados Unidos sin adoptar medidas para abordar el riesgo de que, como se alertó en un informe interno del gobierno de EE. UU. en ese momento, la aprobación ´probablemente aumente la deforestación´ en Jalisco, como lo habían hecho las presiones del mercado´ en Michoacán.´”

Como parte de una solución, el informe señala que “las autoridades estadounidenses y mexicanas cuentan con mapas de todas las huertas certificadas para exportación, y cualquier empresa también puede acceder a ellos, tal como lo hizo Climate Rights International. Comparando estos mapas con imágenes satelitales, las autoridades podrían identificar huertas que hayan sido deforestadas recientemente y bloquearlas de la certificación para exportación, y las empresas podrían identificarlas y excluirlas de sus cadenas de suministro. Las políticas no destruirían a la industria del aguacate en México, dado que la mayoría de las huertas existentes no resultarían afectadas pues están en terrenos que desde hace mucho tiempo se destinan a la agricultura. Sin embargo, reducirían el incentivo para talar más árboles con el propósito de lucrar con la demanda creciente de aguacates.”

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