Para el presidente de México, vender mariguana y sus derivados resulta inmoral, pero la Suprema Corte, la ley, los mexicanos y hasta los diputados de Morena, tienen otros datos
Beatriz Rojas
Los manuales de periodismo dictan que una nota no debe ir en primera persona, el autor es solo una herramienta, un vehículo entre la sociedad y las instituciones o un método para visualizar un problema, una voz omnisciente; sin embargo, este tema en particular lo hace necesario.
Hola, soy Beatriz y fumo mariguana con regularidad. Escribo en tres medios de comunicación, estudio un posgrado, tengo dos hijos y cinco gatos y también tomo CBD para los síntomas de la depresión y el cansancio y THC para insomnio, la ansiedad, el aburrimiento… Habría que partir de ahí, por aquello de los dobles discursos.
Ahora que el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, ha sentenciado que es «inmoral» vender mariguana, productos de cannabis o sus derivados a raíz de su pleito personal con Vicente Fox, surgen múltiples interrogantes: ¿quiénes son esos inmorales?, ¿qué venden?, ¿quién consume?, ¿qué dice la ley?
«Pienso que es totalmente reprobable que quien ocupó un cargo como presidente de México decida dedicarse a un negocio de esa naturaleza. Una cosa es el consumo, el que una persona de manera libre y si lo permite la ley, pueda consumir mariguana (…) El asunto es la comercialización, el hacer un negocio de eso y más si se ocupó un cargo tan importante como el de presidente de México, independientemente si es legal o no, es a todas luces una inmoralidad», fue lo que declaró desde su mañanera el titular del Ejecutivo el pasado 13 de abril.
Fox inmoral
Vayamos aclarando las cosas, los productos que se comercializan en las franquicias que el expresidente Vicente Fox Quesada puso en venta de la filial Paradise Shop, no son propiamente mariguana, están elaborados a partir de uno de sus componentes, el cannabidiol (CBD), cuya venta es legal desde el 2017, pues se trata de productos de carácter medicinal que no tienen un carácter psicotrópico.
López Obrador se alarmó recientemente de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) haya otorgado “tan rápido” los permisos correspondientes a las empresas que ofertan estos productos.
En realidad no fue tan rápido, para finales de 2018 apenas se habían otorgado 60 permisos para productos con CBD, la mayoría para empresas trasnacionales y algunas mexicanas, como Farmacias Magistrales, que después sería absorbida por la gigantes canadiense Aurora Cannabis.
Con el argumento de que la competencia no era equitativa para el mercado mexicano y de que había fallas en el reglamento, una de las primeras acciones del gobierno de López Obrador fue retirarlo para “mejorarlo”, pero no fue sino hasta 2021 que por mandato de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) que se emitió uno nuevo, ya que los padres de niños con epilepsia, cáncer y otros padecimientos cuyos síntomas se tratan con CBD interpusieron amparos.
“Me ayuda a calmar nervios y a dormir mejor”, me dijo un auditor, consultor y estudiante de 40 años, padre de dos niños, quien toma CDB dos veces a la semana.
El PND inmoral
A veces las cosas no salen como las planeamos; a veces decimos unas cosas y hacemos otras. Normal, cuando eres una persona, preocupante, cuando se trata del gobierno de un país.
El Plan Nacional de Desarrollo de la 4T, correspondiente a 2019 a 2024, a la letra dice en su quinto apartado:
“La alternativa es que el Estado renuncie a la pretensión de combatir las adicciones mediante la prohibición de las sustancias que las generan y se dedique a mantener bajo control las de quienes ya las padecen mediante un seguimiento clínico y el suministro de dosis con prescripción”.
Aparentemente, lo que se estaba planteando en la agenda que seguiría el gobierno de López Obrador era despenalizar el consumo de sustancias y monopolizar su distribución, de manera controlada.
El mismo López Obrador, pero en su versión de marzo de 2021, declaró: “Hay un equipo interdisciplinario que está atendiendo todo lo relacionado con la posibilidad de permitir el uso de drogas no destructivas o con efectos leves.”
“Fumo diario de uno a tres cigarros para controlar el estado de ánimo y tolerar el día a día. En general me gusta cómo me hace sentir”, me platicó J.L., quien se labora como encargado de almacén y tiene 40 años.
Los diputados inmorales
Bajo esta línea, los diputados federales de Morena -y de otras fracciones parlamentarias como Movimiento Ciudadano y el Partido de la Revolución Democrática- presentaron múltiples iniciativas para despenalizar el uso lúdico del cannabis. Se llegaron a contabilizar 500.
El día de la discusión llegó y en marzo de 2021 en ese momento quienes se oponían a su aprobación eran algunos diputados “conservadores” del Partido Acción Nacional (PAN) y del Partido Revolucionario Institucional (PRI), entre quienes destacó Cynthia López Castro, quien aseguró que con tres mordidas de un “panqué” de mariguana se agarraba un viaje de ¡cuatro días! “¿Eso es lo que quieren, eso es lo que quieren?”, cuestionó con dramatismo. Las risas y los memes no faltaron.
Sin duda el ganador de ese debate, al menos si se mide por la huella que dejó en la memoria colectiva, fue el michoacano Hirepan Maya, de Morena, quien se forjó en tribuna y no sólo ello, sino que pudo articular un discurso mientras armaba su toque en donde hablaba de los beneficios del clima michoacano para el cultivo y culminaba:
“Regular el uso del cannabis de manera recreativa en México es, sin duda, un gran reto, pero también nos permite posicionar a la sociedad mexicana en un modelo avanzado de responsabilidad y representa un impulso en el desarrollo económico de país”.
Al final del largo debate, fueron los mismos diputados de Morena quienes echaron por la borda la posibilidad de despenalizar por completo el consumo y todo quedó en un incremento a las cantidades máximas que se pueden portar y la posibilidad de tener plantas de cannabis en el hogar, con una serie de limitantes. Se regresó al Senado y ahí permanece, durmiendo el sueño de los justos.
“Tengo 39 años, soy profesora de secundaria y preparatoria. Consumo diario dos o tres fumadas, me gusta para relajarme al final del día”, me platica otra usuaria.
La SCJN inmoral
Las cosas no terminaron ahí, lo usuarios siguieron interponiendo amparos para sembrar y consumir cannabis y el 28 de junio de 2021, la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) declaró como anticonstitucional la penalización del consumo de mariguana, ya que va en contra del derecho al libre desarrollo de la personalidad.
De acuerdo con esta resolución, la Cofepris tendría que dar permisos para sembrar, cosechar, preparar y transportar la planta, pero no avala la venta, por lo que los pachecos que no tengan habilidades para lo agricultura, pues “se la pelan”.
Ese día, una vez más, se hizo un exhorto al Congreso para que legisle sobre ello.
Un amigo librero, músico, escritor, periodista y conductor de televisión de 39 años me dijo que consume mariguana en cigarrillo dos o tres veces a la semana. “Consumo marihuana porque me gusta su sabor, me relaja y a veces potencia mi creatividad”, explicó.
¿Quiénes somos los inmorales?
Volviendo a atravesar la cuarta pared, me atrevería a decir que los “mariguanos” no son los jovencitos, los chakas, delincuentillos de poca monta, tontos, adictos, improductivos y hasta violentos, los mariguanos somos todos o más bien podríamos ser cualquiera.
Consumen la planta o sus derivados pacientes de enfermedades neurológicas, depresión, cáncer, ansiedad y dolor crónico, así como profesionistas, amas de casa, padres de familia, obreros, cocineras, estudiantes, académicos y -aunque usted no lo crea-, hasta periodistas.